Śrīmad-Bhāgavatam
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yady adharma-rataḥ saṅgād
asatāṁ vājitendriyaḥ
kāmātmā kṛpaṇo lubdhaḥ
straiṇo bhūta-vihiṁsakaḥ
paśūn avidhinālabhya
preta-bhūta-gaṇān yajan
narakān avaśo jantur
gatvā yāty ulbaṇaṁ tamaḥ
karmāṇi duḥkhodarkāṇi
kurvan dehena taiḥ punaḥ
deham ābhajate tatra
kiṁ sukhaṁ martya-dharmiṇaḥ

PALABRA POR PALABRA



TRADUCCION

Si un ser humano se dedica a actividades pecaminosas e irreligiosas, ya sea por malas compañías o por no controlar sus sentidos, sin duda desarrollará una personalidad llena de deseos materiales. De ese modo, se vuelve avaro con los demás, codicioso y siempre ansioso de explotar el cuerpo de las mujeres. Cuando la mente está tan contaminada, uno se vuelve violento y agresivo, sin la autoridad de los mandamientos védicos, mata animales inocentes para complacer los sentidos. Al adorar a fantasmas y espíritus, la persona confundida cae completamente en las garras de las actividades no autorizadas, de ese modo va al infierno, en donde recibe un cuerpo material infectado por las modalidades más obscuras de la naturaleza. En ese cuerpo degradado, lamentablemente continúa realizando actividades desfavorables que aumentan enormemente su futura infelicidad, por lo tanto, acepta de nuevo un cuerpo material similar. ¿Qué felicidad posible podrá haber para alguien que se dedica a actividades que inevitablemente terminan en la muerte?

SIGNIFICADO

En el análisis védico de la vida civilizada hay dos caminos. Quien emprende el sendero de nivṛtti-mārga renuncia de inmediato a la complacencia material de los sentidos y purifica su existencia mediante la ejecución de austeridades y actividades devocionales. En el sendero de pravṛtti-mārga, uno proporciona un suministro constante de objetos de los sentidos, pero los consume bajo estrictas regulaciones y mediante ceremonias rituales, purificando así gradualmente el corazón y saciando los sentidos materiales. Como se explica en este verso y en el anterior, desafortunadamente el sendero de pravṛtti-mārga es extremadamente volátil, porque en lugar de desapegarse, a menudo la entidad viviente se vuelve incontrolable y completamente adicta a una mayor complacencia de los sentidos. En el verso anterior se describió el sendero de la complacencia de los sentidos regulado y autorizado, en este verso se describe el sendero de la complacencia de los sentidos no autorizado y demoníaco.

En este verso, las palabras saṅgād asatāṁ vājitendriyaḥ son muy significativas. Uno puede caer en la vida pecaminosa por malas compañías, incluso en buenas compañías puede dejar de controlar sus sentidos. En última instancia, cada entidad viviente es responsable de su situación existencial. En este verso la palabra adharma-rataḥ se refiere a aquellos que se dedican a una vida sexual excesiva, a comer carne, a beber y a otras actividades desfavorables que transgreden los códigos de la vida humana civilizada. Al estar bajo la modalidad de la ignorancia, estas personas desarrollan una mentalidad tan cruel que no consideran completa ninguna ocasión festiva sin el consumo de grandes cantidades de carne obtenida mediante el sacrificio de indefensos animales. Con el tiempo, estas personas son influenciadas por fantasmas y espíritus, que las privan de toda capacidad de discernir entre lo correcto y lo incorrecto. Al perder todo sentido de la decencia, se convierten en candidatos aptos para entrar en las modalidades más obscuras de la existencia material. en ocasiones estos carnívoros lujuriosos y ebrios, considerándose piadosos, oran a Dios de manera inútil. Afligidos por innumerables deseos materiales, rotan de un cuerpo material a otro sin experimentar la verdadera felicidad. Śrīla Bhaktisiddhānta Sarasvatī Ṭhākura señala que la vida material es tan perturbadora que incluso si a uno se le permite vivir un día entero de Brahmā —aproximadamente 8,640,000,000 años—, eventualmente se verá afligido por el miedo a la muerte. De hecho, el propio Brahmā está perturbado por el miedo a la muerte, qué decir de los diminutos seres humanos que viven unos miserables setenta u ochenta años como máximo. Así pues, como se afirma aquí, kiṁ sukhaṁ martya-dharmiṇaḥ: ¿qué posible felicidad puede uno encontrar dentro del doloroso dominio de la ilusión material?

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