Śrīmad-Bhāgavatam
Canto 10 - La Verdad Suprema

<< 89 - Krishna y Arjuna rescatan a los hijos de un brāhmaṇa >>
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10.89.1Śukadeva Gosvāmī dijo: ¡Oh, rey! una vez mientras un grupo de sabios estaba realizando un sacrificio védico en las orillas del río Sarasvatī, surgió una controversia entre ellos acerca de cuál de las tres deidades principales es la suprema.
10.89.2¡Oh, rey! ansiosos por resolver esta cuestión, los sabios enviaron a Bhṛgu, el hijo del Señor Brahmā, para que encontrara la respuesta. Él primero fue a la corte de su padre.
10.89.3Para comprobar hasta qué punto el Señor Brahmā se encontraba en el plano de la modalidad de la bondad, Bhṛgu no se postró ante él ni lo glorificó con oraciones. Enfurecido por su propia pasión el señor se enojó con él.
10.89.4Aunque la ira hacia su hijo ahora estaba creciendo en su corazón, el Señor Brahmā fue capaz de dominarla aplicando su inteligencia, de la misma manera que el fuego es extinguido por su propio producto, el agua.
10.89.5Después, Bhṛgu fue al monte Kailasa. Allí, el Señor Śiva se puso de pie y se acercó felizmente a abrazar a su hermano.
10.89.6-7Pero Bhṛgu rechazó su abrazo, diciéndole: «Eres un hereje desviado». Ante esto, el Señor Śiva se enojó y sus ojos ardieron ferozmente. Levantó su tridente y estaba a punto de matar a Bhṛgu cuando la diosa Devī cayó a sus pies y le dijo algunas palabras para apaciguarlo. Entonces Bhṛgu abandonó ese lugar y fue a Vaikuṇṭha, donde reside el Señor Janārdana.
10.89.8-9Allí se acercó al Señor Supremo, que yacía con la cabeza sobre el regazo de Su consorte, Śrī y le dio una patada en el pecho. Entonces el Señor se levantó, junto con la diosa Lakṣmī, en señal de respeto. Al bajar de Su lecho, ese objetivo supremo de todos los devotos puros postró Su cabeza hasta el suelo ante el sabio y le dijo: «Bienvenido, brāhmaṇa. Por favor, siéntate en esta silla y descansa un rato. Por favor, querido señor perdónanos por no habernos dado cuenta de tu llegada».
10.89.10-11«Por favor, purifícame a Mí, a Mi reino y a los reinos de los gobernantes universales consagrados a Mí, dándonos el agua que ha lavado tus pies. Esta agua en verdad es sagrada, lo que hace que todos los lugares de peregrinación sean sagrados. Mi señor, hoy me convertí en el refugio exclusivo de la diosa de la fortuna, Lakṣmī; ella consentirá en residir en Mi pecho porque tu pie se ha librado de los pecados».
10.89.12Śukadeva Gosvāmī dijo: Bhṛgu se sintió satisfecho y encantado de escuchar las solemnes palabras pronunciadas por el Señor Vaikuṇṭha. Abrumado por el éxtasis devocional, permaneció en silencio, con los ojos llenos de lágrimas.
10.89.13¡Oh, Rey! entonces Bhṛgu regresó a la arena de sacrificios de las sabias autoridades védicas y les describió toda su experiencia.
10.89.14-17Los sabios, asombrados al escuchar el relato de Bhṛgu, se liberaron de todas sus dudas y se convencieron de que Viṣṇu es el Señor más grande. De Él provienen la paz, la intrepidez, los principios esenciales de la religión, el desapego con conocimiento, los ocho poderes del yoga místico y Su glorificación, que limpia la mente de todas las impurezas. Se le conoce como el destino supremo de aquellos que son pacíficos y equilibrados: los santos sabios y desinteresados ​​que abandonaron toda violencia. Su forma más querida es la de la bondad pura y los brāhmaṇas son Sus adorables deidades. Las personas de intelecto agudo que alcanaron la paz espiritual Lo adoran sin motivos egoístas.
10.89.18El Señor se expande en tres clases de seres manifiestos: los rākṣasas, los demonios y los semidioses, todos ellos creados por la energía material del Señor y condicionados por sus modalidades. De entre estas tres modalidades, la modalidad de la bondad es el medio para alcanzar el éxito final en la vida.
10.89.19Śukadeva Gosvāmī dijo: Los brāhmaṇas eruditos que vivían a orillas del río Sarasvatī llegaron a esta conclusión para disipar las dudas de toda la gente. A partir de entonces, ofrecieron servicio devocional a los pies de loto del Señor Supremo y alcanzaron Su morada.
10.89.20Śrī Sūta Gosvāmī dijo: Así fluyó este néctar fragante de la boca de loto de Śukadeva Gosvāmī, el hijo del sabio Vyāsadeva. Esta maravillosa glorificación de la Persona Suprema destruye todo temor a la existencia material. Un viajero que bebe constantemente este néctar a través de los orificios de sus oídos olvidará la fatiga que produce el vagar por los senderos de la vida mundana.
10.89.21Śukadeva Gosvāmī dijo: En una ocasión, en Dvārakā, la esposa de un brāhmaṇa dio a luz un hijo, pero el recién nacido murió tan pronto como tocó el suelo, ¡oh, Bhārata!
10.89.22El brāhmaṇa tomó el cadáver y lo colocó a la puerta de la corte del rey Ugrasena. Entonces, agitado y lamentándose miserablemente, dijo lo siguiente:
10.89.23[El brāhmaṇa dijo:] Este enemigo codicioso y engañodor de los brāhmaṇas, este gobernante no calificado y adicto al placer de los sentidos, causó la muerte de mi hijo por algunas discrepancias en la ejecución de sus deberes.
10.89.24Los ciudadanos que sirven a un rey tan malvado, que se complace en la violencia y no puede controlar sus sentidos, están condenados a sufrir pobreza y miseria constante.
10.89.25El brāhmaṇa sabio sufrió la misma tragedia con su segundo y tercer hijo. En cada ocasión, dejó el cuerpo de su hijo muerto en la puerta del rey y cantó la misma canción de lamentación.
10.89.26-27Cuando murió su noveno hijo, Arjuna, que estaba cerca del Señor Keśava, escuchó por casualidad al brāhmaṇa lamentándose. Entonces Arjuna se dirigió al brāhmaṇa: «¿Qué sucede, mi querido brāhmaṇa? ¿No hay aquí algún miembro inferior de la orden real que al menos pueda pararse frente a tu casa con un arco en la mano? Estos kṣatriyas se están comportando como si fueran brāhmaṇas ocupados ociosamente en sacrificios de fuego».
10.89.28«Los gobernantes de un reino en el que los brāhmaṇas se lamentan por la pérdida de riquezas, esposas e hijos son simplemente impostores que desempeñan el papel de reyes sólo para ganarse el sustento».
10.89.29«Señor mío, protegeré a tu descendencia y a la de tu esposa, que están en tal apuro. Si no cumplo esta promesa, entraré en el fuego para expiar mi pecado».
10.89.30-31El brāhmaṇa dijo: Ni Saṅkarṣaṇa, ni Vāsudeva, ni Pradyumna, el mejor de los arqueros, ni el inigualable guerrero Aniruddha pudieron salvar a mis hijos. ¿Por qué entonces ingenuamente intentas una hazaña que los todopoderosos Señores del universo no pudieron realizar? No podemos tomarte en serio.
10.89.32Śrī Arjuna dijo: ¡Oh, brāhmaṇa! yo no soy el Señor Saṅkarṣaṇa, ni el Señor Kṛṣṇa, ni siquiera el hijo de Kṛṣṇa. Más bien, yo soy Arjuna, el portador del arco Gāṇḍīva.
10.89.33No minimices mi habilidad, que fue suficiente para satisfacer al Señor Śiva, ¡oh, brāhmaṇa! Traeré de regreso a tus hijos, querido señor, incluso si tengo que derrotar a la propia Muerte en batalla.
10.89.34Así convencido por Arjuna, ¡oh, atormentador de enemigos!, el brāhmaṇa regresó a casa, satisfecho de haber escuchado la declaración de Arjuna sobre su destreza.
10.89.35Cuando la esposa del elevado brāhmaṇa estaba nuevamente a punto de dar a luz, él fue a ver a Arjuna con gran ansiedad y le rogó: «¡Por ​​favor, por favor protege a mi hijo de la muerte!»
10.89.36Después de tocar agua pura, ofrecer reverencias al Señor Maheśvara y recordar los mantras de sus armas celestiales, Arjuna tensó su arco Gāṇḍīva.
10.89.37Arjuna cercó la casa donde se estaba produciendo el parto disparando flechas sujetas a diversos proyectiles. De este modo, el hijo de Pṛthā construyó con flechas una jaula protectora que cubría la casa por arriba, por abajo y por los lados.
10.89.38Entonces la esposa del brāhmaṇa dio a luz, pero después de que el recién nacido estuvo llorando por un corto tiempo, de repente desapareció en el cielo con su mismo cuerpo.
10.89.39Entonces el brāhmaṇa se burló de Arjuna delante del Señor Kṛṣṇa: «¡Mira cuán tonto fui al poner mi fe en la jactancia de un eunuco!»
10.89.40«Si ni Pradyumna, ni Aniruddha, ni Rāma, ni Keśava pueden salvar a una persona, ¿quién más podrá protegerla?»
10.89.41«¡Al diablo con este mentiroso Arjuna! ¡Al diablo con el arco de este fanfarrón! Es tan tonto que se engañó a sí mismo pensando que podía traer de vuelta a una persona a quien el destino la ha arrebatado».
10.89.42Mientras el brāhmaṇa sabio continuaba colmándolo de insultos, Arjuna empleó un encantamiento místico para ir de inmediato a Saṁyamanī, la ciudad del cielo donde reside el Señor Yamarāja.
10.89.43-44Al no ver allí al hijo del brāhmaṇa, Arjuna fue a las ciudades de Indra, Agni, Nirṛti, Soma, Vāyu y Varuṇa. Armado con todas sus armas, buscó en todos los dominios del universo, desde el fondo de la región subterránea hasta el techo del cielo. Finalmente, al no encontrar al hijo del brāhmaṇa por ninguna parte, Arjuna decidió entrar en el fuego sagrado, pues no cumplió su promesa. Justo cuando estaba a punto de hacerlo, el Señor Kṛṣṇa lo detuvo y le dijo las siguientes palabras.
10.89.45[El Señor Kṛṣṇa dijo:] Te mostraré a los hijos del brāhmaṇa, así que por favor no te desprecies de esa manera. Estos mismos hombres que ahora nos critican pronto establecerán nuestra fama intachable.
10.89.46Después de aconsejar así a Arjuna, la Suprema Personalidad de Dios hizo que Arjuna se uniera a Él en Su divino carro y juntos partieron hacia el oeste.
10.89.47El carro del Señor pasó por encima de las siete islas del universo medio, cada una con su océano y sus siete montañas principales. Después cruzó el límite de Lokāloka y entró en la vasta región de obscuridad total.
10.89.48-49¡oh, el mejor de los Bhāratas! en esa obscuridad, los caballos de la cuadriga —Śaibya, Sugrīva, Meghapuṣpa y Balāhaka— se extraviaron. Al verlos en esa condición, el Señor Kṛṣṇa, el maestro supremo de todos los maestros del yoga, envió Su disco Sudarśana delante de la cuadriga. Este disco brilló como miles de soles.
10.89.50El disco Sudarśana del Señor penetró la obscuridad con su llameante refulgencia. Avanzando a la velocidad de la mente, atravesó el temible y denso olvido que se expandió a partir de la materia primigenia, como una flecha disparada por el arco del Señor Rāma atraviesa el ejército de Su enemigo.
10.89.51Siguiendo al disco Sudarśana, el carro atravesó la obscuridad y alcanzó la infinita luz espiritual del omnipresente brahmajyoti. Cuando Arjuna contempló esa refulgencia deslumbrante, le dolieron los ojos, así que los cerró.
10.89.52Desde esa región entraron en un cuerpo de agua resplandeciente con enormes olas agitadas por un poderoso viento. Dentro de ese océano, Arjuna vio un palacio asombroso, más radiante que cualquier cosa que hubiera visto antes. Su belleza se veía realzada por miles de pilares ornamentales adornados con brillantes gemas.
10.89.53En ese palacio se encontraba la enorme e imponente serpiente Ananta Śeṣa. Brillaba intensamente con el resplandor que emana de las gemas de Sus miles de capuchas y que se reflejaba en el doble de temibles ojos. Se parecía al blanco monte Kailasa, Su cuello y Su lengua eran de un azul obscuro.
10.89.54-56Entonces Arjuna vio a la Suprema Personalidad de Dios, Mahā-Viṣṇu, omnipresente y omnipotente, sentado a sus anchas en el lecho de serpientes. Su tez azulada era del color de una densa nube de lluvia, vestía una hermosa prenda amarilla, Su rostro lucía encantador, Sus grandes ojos eran sumamente atractivos, tenía ocho largos y hermosos brazos. Sus abundantes mechones de cabello estaban bañados por todos lados por el brillo que se reflejaba en los racimos de preciosas joyas que decoraban Su corona y Sus aretes. Llevaba la gema Kaustubha, la marca de Śrīvatsa, y una guirnalda de flores del bosque. Al servicio de ese Señor supremo de todos estaban Sus asistentes personales, encabezados por Sunanda y Nanda; Su cakra y otras armas en sus formas personificadas; Sus potencias consortes Puṣṭi, Śrī, Kīrti y Ajā; y todos Sus diversos poderes místicos.
10.89.57El Señor Krishna se ofreció homenaje a Sí mismo en esa forma ilimitada, Arjuna, asombrado al ver al Señor Mahā-Viṣṇu, también se postró. Entonces, cuando los dos se encontraban de pie ante Él con las palmas de las manos unidas, el todopoderoso Mahā-Viṣṇu, el amo supremo de todos los gobernantes del universo, sonrió y les habló con una voz llena de solemne autoridad.
10.89.58[El Señor Mahā-Viṣṇu dijo:] Traje a los hijos del brāhmaṇa aquí porque quería verlos a ustedes dos, Mis expansiones, quienes descendieron a la Tierra para salvar los principios de la religión. Tan pronto como terminen de matar a los demonios que agobian la Tierra, regresen rápidamente aquí a Mí.
10.89.59¡Oh, la mejor de las personalidades exaltadas! aunque todos tus deseos se cumplan por completo debes continuar ejemplificando el comportamiento religioso como los sabios Nara y Nārāyaṇa para el beneficio de la gente en general.
10.89.60-61Así instruidos por el Señor Supremo del planeta más elevado, Kṛṣṇa y Arjuna asintieron cantando om, después se postraron ante el todopoderoso Señor Mahā-Viṣṇu. Llevando consigo a los hijos del brāhmaṇa, regresaron con gran deleite a Dvārakā por el mismo camino por el que llegaron. Allí le presentaron al brāhmaṇa sus hijos, que estaban en los mismos cuerpos infantiles con los que se habían perdido.
10.89.62Arjuna quedó totalmente asombrado al ver el dominio del Señor Viṣṇu. Llegó a la conclusión de que cualquier poder extraordinario que exhiba una persona solo puede ser una manifestación de la misericordia de Śrī Kṛṣṇa.
10.89.63El Señor Kṛṣṇa exhibió muchos otros pasatiempos heroicos similares en este mundo. Aparentemente, disfrutó de los placeres de la vida humana común y realizó sacrificios de fuego sumamente potentes.
10.89.64Habiendo demostrado Su supremacía en los momentos adecuados, el Señor derramó todas las cosas deseables sobre los brāhmaṇas y Sus otros súbditos, tal como Indra vierte su lluvia.
10.89.65Ahora que Él mató a muchos reyes malvados y ocupó a devotos como Arjuna en matar a otros, el Señor podía asegurar fácilmente la ejecución de los principios religiosos por medio de gobernantes piadosos como Yudhiṣṭhira.
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