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Śrīmad-Bhāgavatam << Canto 10, La Verdad Suprema >> << 87 - Oraciones de los Vedas personificados >> <<VERSO 39 >>
yadi na samuddharanti yatayo hṛdi kāma-jaṭā duradhigamo ’satāṁ hṛdi gato ’smṛta-kaṇṭha-maṇiḥ asu-tṛpa-yoginām ubhayato ’py asukhaṁ bhagavann anapagatāntakād anadhirūḍha-padād bhavataḥ
PALABRA POR PALABRA
TRADUCCION
 | Los miembros de la orden de renuncia que no logran arrancar de sus corazones los últimos rastros de deseo material permanecen impuros, por eso Tú no les permites comprenderte. Aunque Tú estás presente en sus corazones, para ellos eres como una joya que lleva colgada del cuello un hombre que ha olvidado por completo que está ahí. ¡Oh Señor! aquellos que practican yoga sólo para la complacencia de los sentidos deben sufrir castigo tanto en esta vida como en la próxima: de la muerte, que no los liberará y de Ti, cuyo reino no pueden alcanzar.
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SIGNIFICADO
 | Una simple muestra de renunciación no es suficiente para que una persona pueda entrar en el reino de Dios. Uno debe experimentar un cambio profundo en su corazón, que se manifieste en una completa falta de interés en los hábitos autodestructivos de la complacencia de los sentidos, tanto burdos como sutiles. El verdadero sabio no sólo debe abstenerse de siquiera pensar en sexo ilícito, comer carne, embriagarse y jugar, sino que también debe abandonar sus deseos de reputación y posición. Todas estas exigencias juntas constituyen un desafío formidable, pero los frutos de la verdadera renunciación en el proceso de la Conciencia de Kṛṣṇa bien valen toda una vida de esfuerzo.
|  | El Muṇḍaka Upaniṣad (3.2.2) confirma las afirmaciones de este verso: kāmān yaḥ kāmayate manyamānaḥ sa karmabhir jāyate tatra tatra. «Incluso un renunciante reflexivo, si mantiene algún deseo mundano, se verá obligado por sus reacciones kármicas a nacer una y otra vez en diversas circunstancias». Los filósofos y los yogīs trabajan arduamente para liberarse del nacimiento y la muerte, pero como no están dispuestos a renunciar a su orgullosa independencia, sus meditaciones están desprovistas de devoción al Señor Supremo, por lo tanto, no alcanzan la perfección de la renunciación: el amor puro por Dios. Este amor puro es la única meta de un vaiṣṇava sincero, por lo tanto, debe resistir vigilantemente las tentaciones naturales de lucro, adoración y distinción, también el impulso de fundirse en un olvido impersonal que todo lo consume. Así como lo afirma Śrīla Rūpa Gosvāmī en su Bhakti-rasāmṛta-sindhu (1.1.11):
|  | anyābhilāṣitā-śūnyaṁ
jñāna-karmādy-anāvṛtam
ānukūlyena kṛṣṇānu-
śīlanaṁ bhaktir uttamā
|  | «Para desarrollar un servicio devocional de primera clase, uno debe estar libre de todos los deseos materiales, del conocimiento obtenido mediante la filosofía monista y de la acción fruitiva. El devoto debe servir constantemente a Kṛṣṇa de manera favorable, tal como Kṛṣṇa lo desea».
|  | Para quienes se someten a una rigurosa disciplina del yoga sólo para complacer sus sentidos, el sufrimiento prolongado es inevitable. El hambre, la enfermedad, la degeneración de la vejez, las lesiones por accidentes, la violencia de los demás... éstas son algunas de las ilimitadas variedades de sufrimiento que uno puede experimentar en diversos grados en este mundo. En última instancia, le aguarda la muerte, seguida de un doloroso castigo por las actividades pecaminosas. Especialmente aquellos que se entregaron libremente a los placeres sensuales a costa de las vidas de otros pueden esperar un castigo tan severo que es inimaginable. Pero el mayor dolor de la existencia material no es la desgracia en esta vida ni ser enviado al infierno después de la muerte: es el vacío de haber olvidado la relación eterna que uno tiene con la Personalidad de Dios.
|  | Śrīla Śrīdhara Svāmī ora:
dambha-nyāsa-miṣeṇa vañcita-janaṁ bhogaika-cintāturaṁ
sammuhyantam ahar-niśaṁ viracitodyoga-klamair ākulam
ājñā-laṅghinam ajñam ajña-janatā-sammānanāsan-madaṁ
dīnānātha dayā-nidhāna paramānanda prabho pāhi mām
|  | «El hipócrita que se engaña a sí mismo con una apariencia de renunciación sólo piensa en el disfrute de los sentidos, por lo tanto, sufre constantemente. Desconcertado día y noche, se ve abrumado por los agotadores esfuerzos que idea para sí mismo. Este necio desobedece Tus leyes y se corrompe por la codicia del respeto de otros necios. ¡Oh protector de los caídos! ¡oh otorgador de misericordia! ¡oh maestro supremamente dichoso! por favor salva a esta persona, salvame a mí».
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