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Śrīmad-Bhāgavatam << Canto 10, La Verdad Suprema >> << 87 - Oraciones de los Vedas personificados >> <<VERSO 36 >>
sata idaṁ utthitaṁ sad iti cen nanu tarka-hataṁ vyabhicarati kva ca kva ca mṛṣā na tathobhaya-yuk vyavahṛtaye vikalpa iṣito ’ndha-paramparayā bhramayati bhāratī ta uru-vṛttibhir uktha-jaḍān
PALABRA POR PALABRA
TRADUCCION
 | Se podría proponer que este mundo es permanentemente real porque se genera a partir de la realidad permanente, pero tal argumento está sujeto a refutación lógica. De hecho a veces la aparente no diferencia entre una causa y su efecto no resulta cierta, en otras ocasiones el producto de algo real es ilusorio. Además, este mundo no puede ser permanentemente real, porque participa no sólo de la naturaleza de la realidad absoluta, sino también de la ilusión que disfraza esa realidad. En verdad, las formas visibles de este mundo son sólo un arreglo imaginario al que recurren una sucesión de personas ignorantes para facilitar sus asuntos materiales. Con sus diversos significados e implicaciones, las palabras eruditas de Tus Vedas confunden a todas las personas cuya mente se ha embotado al escuchar los encantamientos de los rituales de sacrificio.
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SIGNIFICADO
 | Según Śrīla Viśvanātha Cakravartī Ṭhākura, los Upaniṣads enseñan que este mundo creado es real pero temporal. Esta es la interpretación que los devotos del Señor Viṣṇu comparten. Pero también hay filósofos materialistas, como los defensores del Karma mīmāṁsā de Jaimini Ṛṣi, que afirman que este mundo es la única realidad y existe eternamente. Para Jaimini, el ciclo de acción y reacción kármica es perpetuo, sin posibilidad de liberación hacia un reino diferente y trascendental. Sin embargo, este punto de vista se demuestra falaz si se examinan cuidadosamente los mantras de los Upaniṣads, que contienen muchas descripciones de una existencia espiritual superior. Por ejemplo, sad eva saumyedam agra āsīd ekam evādvitīyam: «Mi querido muchacho, solo la Verdad Absoluta existía antes de esta creación, una sin igual». (Chāndogya Upaniṣad 6.2.1) También, vijñānam ānandaṁ brahma: «La realidad suprema es el conocimiento y la dicha divinos». (Bṛhad-āraṇyaka Upaniṣad 3.9.34)
|  | En esta oración de los Vedas personificados, el argumento de los materialistas se resume en las palabras sata idam utthitaṁ sat: «El mundo visible es permanentemente real porque se genera a partir de la realidad permanente». En general, este argumento sostiene que lo que se produce a partir de una cosa determinada se compone de esa cosa. Por ejemplo, los pendientes y otros adornos hechos de oro comparten la substancia del oro. Así, los lógicos Mīmāṁsā concluyen que, dado que el mundo tal como lo conocemos es una manifestación de una realidad eterna, también es eternamente real. Pero la expresión ablativa sánscrita sataḥ, «de la realidad eterna», implica una separación definida de causa y efecto. Por lo tanto, lo que se crea a partir de sat, la realidad permanente, debe ser significativamente diferente de ella; en otras palabras, temporal. De este modo, el argumento de los materialistas es defectuoso porque prueba exactamente lo contrario de lo que pretende probar (tarka-hatam), es decir, que el mundo tal como lo conocemos es todo lo que existe, que es eterno y que no existe una realidad separada y trascendental.
|  | En su defensa, los Mīmāṁsakas pueden afirmar que no están tratando de demostrar la no diferencia per se, sino más bien tratando de refutar la posibilidad de la diferencia, o en otras palabras, la posibilidad de cualquier realidad separada del mundo conocido. Este intento de apoyar el argumento Mīmāṁsā es fácilmente refutado por la frase vyabhicarati kva ca: es decir, hay contraejemplos que se desvían de la regla general. De hecho, a veces la fuente es muy diferente de lo que produce, como en el caso de un hombre y su hijo pequeño o de un martillo y la destrucción de una olla de barro.
|  | Pero los Mīmāṁsakas responden que la creación del universo no es el mismo tipo de causalidad que sus contraejemplos: el padre y el martillo son sólo causas eficientes, mientras que sat también es la causa ingrediente de este universo. Esta respuesta se anticipa con las palabras kva ca mṛṣā («y a veces el efecto es ilusorio»). En el caso de la falsa percepción de una serpiente donde hay una cuerda en el suelo, la cuerda es la causa ingrediente de la ilusión de la serpiente, que difiere en muchos aspectos de la serpiente imaginada, más obviamente en que es real.
|  | Los Mīmāṁsakas replican una vez más: Pero la causa de la serpiente ilusoria no es sólo la cuerda en sí misma: es la cuerda más la ignorancia del observador (avidyā). Puesto que avidyā no es una substancia, la serpiente que produce se llama ilusión. Sin embargo, lo mismo es cierto, responden los Vedas personificados, en el caso de la creación del universo a partir de sat en conjunción con la ignorancia (tathobhaya-yuk); aquí el elemento irreal de la ilusión, Māyā, es la concepción errónea de los seres vivos de que sus propios cuerpos y otras formas materiales cambiantes son permanentes.
|  | Pero, como dicen los Mīmāṁsakas, nuestra experiencia de este mundo es válida porque las cosas que experimentamos son útiles para la actividad práctica. Si nuestra experiencia no fuera válida, nunca podríamos estar seguros de que nuestras percepciones se corresponden con los hechos. Seríamos como un hombre que, a pesar de un examen exhaustivo, todavía tuviera que sospechar que una cuerda pueda ser una serpiente. Aquí los śrutis responden que no, no obstante las configuraciones temporales de la materia son una imitación ilusoria de la realidad espiritual eterna, ingeniosamente inventada para satisfacer el deseo de las entidades vivientes condicionadas de realizar actividades materiales (vyavahṛtaye vikalpa iṣitaḥ). La ilusión de la permanencia de este mundo se sustenta en una sucesión de hombres ciegos que aprenden la idea materialista de sus predecesores y transmiten esta ilusión a sus descendientes. Cualquiera puede ver que una ilusión a menudo continúa por el impulso de las impresiones mentales persistentes, incluso cuando su base ya no está presente. Así, a lo largo de la historia, los filósofos ciegos han engañado a otros ciegos convenciéndolos de la absurda idea de que pueden alcanzar la perfección participando en rituales mundanos. Las personas tontas pueden estar dispuestas a intercambiar monedas falsas entre sí, pero un hombre sabio sabe que ese dinero es inútil para el negocio práctico de comprar alimentos, medicinas y otras necesidades y si se da en caridad, el dinero falso no ganará ningún crédito piadoso.
|  | Pero, dicen los Mīmāṁsakas, ¿cómo puede el ejecutante sincero de los rituales védicos ser un tonto engañado, ya que los Saṁhitās y Brāhmaṇas de las Escrituras védicas establecen que los frutos del karma son eternos? Por ejemplo, akṣayyaṁ ha vai cāturmāsya-yājinaḥ su-kṛtaṁ bhavati: «Para aquel que observa los votos de Cāturmāsya surge un buen karma inagotable» y apāma somam amṛta babhūma: «Bebimos el soma y nos hemos vuelto inmortales» (Ṛg Veda 8.43.3).
|  | Los śrutis responden señalando que las eruditas palabras de la Personalidad de Dios, que comprenden los Vedas, confunden a aquellos cuya débil inteligencia ha sido aplastada por el peso de una fe excesiva en el karma. La palabra específica que se utiliza aquí es uru-vṛttibhiḥ, que indica que los mantras védicos, con su confusa variedad de significados en las modalidades semánticas de gauṇa, lakṣaṇā, etc., protegen sus sublimes misterios de todos, excepto de aquellos que tienen fe en el Señor Viṣṇu. Los Vedas no quieren decir verdaderamente en sus preceptos que los frutos del karma sean eternos, sino que solo describen indirectamente en metáforas lo dignos de alabanza de los sacrificios regulados. El Chāndogya Upaniṣad afirma en términos inequívocos que los resultados del karma ritual son no permanentes: tad yatheha karma-cito lokaḥ kṣīyate evam evāmutra puṇya-cito lokaḥ kṣīyate. «Así como cualquier beneficio que uno se esfuerce por obtener en este mundo con el tiempo se agota, así también cualquier vida que uno gane para sí mismo en el próximo mundo mediante su piedad también terminará con el tiempo». (Chāndogya Upaniṣad 8.1.16) Según el testimonio de numerosos śruti-mantras, todo el universo material no es más que una emanación temporal de la Verdad Suprema; por ejemplo el Muṇḍaka Upaniṣad dice:
|  | yathorṇa-nābhiḥ sṛjate gṛhṇate ca
yathā pṛthivyām oṣadhayaḥ sambhavanti
yathā sataḥ puruṣāt keśa-lomāni
tathākṣarāt sambhavatīha viśvam
|  | «Así como una araña extiende y retrae una red, así como las plantas crecen de la tierra, así como el cabello crece de la cabeza y el cuerpo de una persona viva, así también este universo se genera a partir del Supremo inagotable». (Muṇḍaka Upaniṣad 1.1.7)
|  | Śrīla Śrīdhara Svāmī ora:
udbhūtaṁ bhavataḥ sato ’pi bhuvanaṁ san naiva sarpaḥ srajaḥ
kurvat kāryaṁ apīha kūta-kanakaṁ vedo ’pi naivaṁ paraḥ
advaitaṁ tava sat paraṁ tu paramānandaṁ padaṁ tan mudā
vande sundaram indirānuta hare mā muñca mām ānatam
|  | «Aunque este mundo surge de Ti, que eres la substancia misma de la realidad, no es eternamente real. La serpiente ilusoria que surge de una cuerda no es una realidad permanente, ni tampoco lo son las transformaciones producidas por el oro. Los Vedas nunca dicen que lo sean. La verdadera realidad, trascendental y no dual es Tu reino personal supremamente dichoso. A esa hermosa morada le ofrezco mis reverencias. ¡Oh, Señor Hari! ante quien la diosa Indirā siempre se postra, yo también me postro ante Ti. Por lo tanto, por favor, nunca me sueltes».
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