Śrīmad-Bhāgavatam
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na ghaṭata udbhavaḥ prakṛti-pūruṣayor ajayor
ubhaya-yujā bhavanty asu-bhṛto jala-budbuda-vat
tvayi ta ime tato vividha-nāma-guṇaiḥ parame
sarita ivārṇave madhuni lilyur aśeṣa-rasāḥ

PALABRA POR PALABRA



TRADUCCION

Ni la naturaleza material ni el alma que trata de disfrutarla jamás nacen, pero los cuerpos vivos surgen cuando ambos se combinan, tal como las burbujas se forman cuando el agua se encuentra con el aire. Tal como los ríos se funden en el océano o el néctar de muchas flores diferentes se mezcla para formar la miel, así todos estos seres condicionados finalmente se funden de nuevo en Ti, el Supremo, junto con sus diversos nombres y cualidades.

SIGNIFICADO

Sin una guía espiritual adecuada, uno puede malinterpretar la descripción que hacen los Vedas de las entidades vivientes que emanan del Señor, como si significaran que llegaron a existir en este proceso y que eventualmente pasarán de nuevo a la inexistencia. Si las entidades vivientes tuvieran una existencia temporal, entonces cuando una de ellas muriera, su karma restante simplemente desaparecería sin ser utilizado y cuando un alma naciera, aparecería con un karma inexplicable que no habría hecho nada para obtener. Además, la liberación de un ser viviente equivaldría a la erradicación total de su identidad y de su ser.

Sin embargo, la verdad es que la esencia del alma es una con la del Brahman, tal como la pequeña porción de espacio contenida dentro de las paredes de una vasija de barro es una en esencia con el cielo que todo lo expande. Al igual que la fabricación y la rotura de una vasija, el «nacimiento» de un alma individual consiste en que primero se cubra con un cuerpo material y su «muerte» o liberación, consiste en la destrucción de sus cuerpos burdo y sutil de una vez por todas. Ciertamente, este «nacimiento» y esta «muerte» ocurren únicamente por la misericordia del Señor Supremo.

La combinación de la naturaleza material y su controlador, que produce los numerosos seres condicionados de la creación material, se asemeja aquí a la combinación del agua y el aire que produce incontables burbujas de espuma en la superficie del mar. Así como la causa eficiente, el aire, impulsa a la causa ingrediente, el agua, a formarse en burbujas, así también, con Su mirada, el Puruṣa Supremo inspira a prakṛti a transformarse en la serie de elementos materiales y en las innumerables formas materiales que se manifiestan a partir de esos elementos. Entonces prakṛti sirve como upādāna-kāraṇa, o causa ingrediente, de la creación. Sin embargo, en última instancia, puesto que ella también es una expansión del Señor Supremo, es únicamente el Señor quien es la causa ingrediente, así como la causa eficiente. Esto es tal como se afirma en el Taittirīya Upaniṣad (2.2.1), tasmād vā etasmād ātmana ākāśaḥ sambhūtaḥ: «De esta Alma Suprema evolucionó el éter», también: so ’kāmayata bahu syāṁ prajāyeya: «Él deseó: ‘Que me vuelva múltiple expandiéndome en progenie’».

Las almas jīvas individuales no son creadas cuando «nacen» del Señor Supremo y prakṛti, ni son destruidas cuando «se funden» de nuevo en el Señor, uniéndose a Él en los pasatiempos de placer de Su reino eterno. De la misma manera que las jīvas infinitesimales pueden parecer pasar por el nacimiento y la muerte sin ningún cambio real, el Señor Supremo puede enviar y retirar Sus emanaciones sin pasar por ninguna transformación. Así, el Bṛhad-āraṇyaka Upaniṣad (4.5.14) afirma: avināśi vāre ’yam ātmā: «Esta ātmā es en verdad indestructible», una declaración que puede aplicarse tanto al Alma Suprema como al alma jīva subordinada.

Como explicó Śrīla Śrīdhara Svāmī, la disolución de la condición material del ser viviente ocurre de dos maneras: parcial y completa. La disolución parcial ocurre cuando el alma experimenta un sueño sin sueños, cuando abandona su cuerpo y cuando todas las almas vuelven a entrar en el cuerpo de Mahā-Viṣṇu en el momento de la aniquilación universal. Estos diferentes tipos de disolución son como la mezcla de néctar que traen las abejas de diferentes tipos de flores. Los diferentes sabores del néctar representan las reacciones kármicas individuales latentes de cada entidad viviente, que aún existen pero no se pueden distinguir fácilmente entre sí. En cambio, la disolución definitiva de la condición material del alma es su liberación del samsara, que es como el fluir de los ríos hacia el océano. Así como las aguas de diferentes ríos se fusionan después de entrar en el océano y se vuelven indistinguibles unas de otras, así también las falsas designaciones materiales de las jīvas se abandonan en el momento de la liberación y todas las jīvas liberadas vuelven a estar igualmente situadas como sirvientes del Señor Supremo.

Los Upaniṣads describen estas disoluciones de la siguiente manera: yathā saumya madhu madhu-kṛto nistiṣṭhanti nānātyayānāṁ vṛkṣānāṁ rasān samavahāram ekatāṁ saṅgayanti; te yathā tatra na vivekaṁ labhante amuṣyāhaṁ vṛkṣasya raso ’smy amuṣyāham raso ’smīty evam eva khalu saumyemāḥ sarvāḥ prajāḥ sati sampadya na viduḥ sati sampadyāmahe:

«Mi querido muchacho, esto [la disolución parcial] se asemeja a lo que sucede cuando las abejas recolectan miel extrayendo el néctar de las flores de varios tipos de árboles y lo fusionan todo en una sola mezcla. Así como los néctares mezclados no se pueden distinguir: ‘Soy el jugo de tal o cual flor’ o ‘Soy el jugo de otra flor’, así también, querido muchacho, cuando todas estas entidades vivientes se fusionan, no pueden pensar conscientemente: ‘Ahora nos hemos fusionado’».

(Chāndogya Upaniṣad 6.9.1-2)

yathā nadyaḥ syandamānāḥ samudre
’staṁ gacchanti nāma-rūpe vihāya
tathā vidvān nāma-rūpād vimuktaḥ
parāt-paraṁ puruṣam upaiti divyam


«Así como los ríos fluyen hasta su disolución en el mar, abandonando sus nombre y forma en su destino, así también el hombre sabio que se libera de los nombres y formas materiales alcanza al Absoluto Supremo, la maravillosa Personalidad de Dios».

(Muṇḍaka Upaniṣad 3.2.8)

Śrīla Śrīdhara Svāmī ora:

yasminn udyad-vilayam api yad bhāti viśvaṁ layādau
jīvopetaṁ guru-karuṇayā kevalātmāvabodhe
atyantāntaṁ vrajati sahasā sindhu-vat sindhu-madhye
madhye cittaṁ tri-bhuvana-guruṁ bhāvaye taṁ nṛ-siṁham


«El Señor Supremo es omnisciente y resplandeciente. Por Su gran misericordia, este universo, que está sujeto a repetidas creaciones y destrucciones, permanece presente en Él después de fundirse nuevamente en Él junto con las entidades vivientes en el momento de la disolución cósmica. Esta retirada total de la manifestación universal ocurre de repente, como el fluir de un río hacia el océano. En lo más profundo de mi corazón medito en ese maestro de los tres mundos, el Señor Nṛsiṁha».



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