Śrīmad-Bhāgavatam
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ka iha nu veda batāvara-janma-layo ’gra-saraṁ
yata udagād ṛṣir yam anu deva-gaṇā ubhaye
tarhi na san na cāsad ubhayaṁ na ca kāla-javaḥ
kim api na tatra śāstram avakṛṣya śayīta yadā

PALABRA POR PALABRA



TRADUCCION

Todos en este mundo nacieron recientemente y pronto morirán. Entonces, ¿cómo puede alguien aquí conocer a Aquel que existió antes de todo lo demás y que dio origen al primer sabio erudito, Brahmā, y a todos los semidioses posteriores, tanto menores como mayores? Cuando Él se acuesta y retira todo dentro de Sí mismo, no queda nada más: ni materia burda ni sutil ni cuerpos compuestos de estas, ni fuerza del tiempo ni escritura revelada.

SIGNIFICADO

Aquí los śrutis expresan la dificultad de conocer al Supremo. El servicio devocional o bhakti-yoga, tal como se describe en estas oraciones de los Vedas personificados, es el camino más seguro y fácil para obtener el conocimiento acerca del Señor y para obtener la liberación. En comparación, la búsqueda filosófica del conocimiento, conocida como jñāna-yoga, es muy difícil, a pesar de que la favorecen aquellos que están disgustados con la vida material, pero que aun así no están dispuestos a entregarse al Señor. Mientras el alma finita siga envidiosa de la supremacía del Señor, el Señor no se revelará. Como Él afirma en el Bhagavad-gītā (7.25):

nāhaṁ prakāśaḥ sarvasya
yoga-māyā-samāvṛtaḥ
mūdho ’yaṁ nābhijānāti
loko mām ajam avyayam


«Yo nunca me manifiesto a los necios y a los ignorantes. Para ellos estoy cubierto por Mi potencia interna, por lo tanto no saben que Yo soy innato e infalible».



Y en las palabras del Señor Brahmā:

panthās tu koṭi-śata-vatsara-sampragamyo
vāyor athāpi manaso muni-puṅgavānām
so ’py asti yat-prapada-sīmny avicintya-tattve
govindam ādi-puruṣaṁ tam ahaṁ bhajāmi


«Yo adoro a Govinda, el Señor primordial, a cuyos pies de loto sólo se acercan los yogīs, que aspiran a lo trascendental y se entregan al prāṇāyāma ejercitando la respiración; o los jñānīs, que buscan el Brahman indiferenciado mediante el proceso de eliminación de lo mundano, que se extiende a lo largo de miles de millones de años».

(Brahma-saṁhitā 5.34)

Brahmā, el primer ser viviente que nació en este universo, es también el sabio más destacado. Nació del Señor Nārāyaṇa, de él surgen las huestes de semidioses, entre los que se incluyen tanto los controladores de las actividades terrenales como los gobernantes del cielo. Todos estos seres poderosos e inteligentes son producciones relativamente recientes de la energía creativa del Señor. Como el primer orador de los Vedas, el Señor Brahmā debería conocer su significado al menos tan bien como cualquier otra autoridad, pero incluso él conoce a la Personalidad de Dios solo en una medida limitada. Tal como lo afirma el Śrīmad-Bhāgavatam (1.3.35): veda-guhyāni hṛt-pateḥ: «El Señor del corazón Se oculta en lo profundo de los recónditos secretos del sonido védico». Si Brahmā y los semidioses nacidos de él no pueden conocer fácilmente al Señor Supremo, ¿entonces cómo pueden los simples mortales esperar tener éxito en su búsqueda independiente del conocimiento?

Mientras dura esta creación, los seres vivos se enfrentan a muchos obstáculos en el sendero del conocimiento. Debido a que se identifican con sus envolturas materiales, que consisten en cuerpo, mente y ego, adquieren toda clase de prejuicios y conceptos erróneos. Incluso si tienen la Escritura divina para guiarlos y la oportunidad de ejecutar los métodos prescritos de karma, jñāna y yoga, las almas condicionadas tienen muy poco poder para obtener conocimiento acerca del Absoluto. Cuando llega el momento de la aniquilación, las Escrituras védicas y sus preceptos regulativos dejan de manifestarse, dejando a las jīvas latentes, completamente en la obscuridad. Por lo tanto, debemos abandonar nuestros esfuerzos inútiles por obtener conocimiento sin devoción y simplemente entregarnos a la misericordia del Señor Supremo, siguiendo el consejo del Señor Brahmā:

jñāne prayāsam udapāsya namanta eva
jīvanti san-mukharitāṁ bhavadīya-vārtām
sthāne sthitāḥ śruti-gataṁ tanu-vāṅ-manobhiḥ
ye prāyaśo jita jito ’py asi tais tri-lokyām


«Quienes, aun permaneciendo situados en sus posiciones sociales establecidas, desechan el proceso del conocimiento especulativo y con su cuerpo, palabras y mente ofrecen todos los respetos a las descripciones de Tu personalidad y actividades, dedicando sus vidas a estas narraciones, que son vibradas por Ti personalmente y por Tus devotos puros, ciertamente conquistan Tu Señorío, aunque de otra manera eres inconquistable para nadie dentro de los tres mundos».

(Śrīmad-Bhāgavatam 10.14.3)

A este respecto, el Taittirīya Upaniṣad (2.4.1) se refiere al Supremo como yato vāco nivartante aprāpya manasā saha, «donde las palabras cesan y donde la mente no puede llegar».

El Īśopaniṣad (4) afirma:
anejad ekaṁ manaso javīyo
naitad devā āpnuvan pūrvam arśat
tad dhāvato ’nyān atyeti tiṣṭhat
tasmin apo mātariśvā dadhāti


«Aunque está fija en Su morada, la Personalidad de Dios es más veloz que la mente y puede vencer a todos los demás que corren. Los poderosos semidioses no pueden acercarse a Él. Aunque se encuentra en un solo lugar, Él controla a quienes proveen el aire y la lluvia. Él supera a todos en excelencia».



Y en el Ṛg Veda (3.54.5) encontramos este mantra:

ko ’ddhā veda ka iha pravocat
kuta āyātāḥ kuta iyaṁ visṛṣṭiḥ
arvāg devā visarjanenā-
thā ko veda yata ā babhūva


«¿Quién sabe realmente en este mundo y quién puede explicar de dónde proviene esta creación? Después de todo, los semidioses son más jóvenes que la creación. ¿Quién, entonces, puede decir de dónde surgió este mundo?»



Śrīla Śrīdhara Svāmī ora así:

kvāhaṁ buddhy-ādi-saṁruddhaḥ
kva ca bhūman mahas tava
dīna-bandho dayā-sindho
bhaktiṁ me nṛ-hare diśa


«¿Qué soy yo, un ser atrapado por las envolturas materiales de la inteligencia mundana y demás? Y ¿qué son Tus glorias en comparación, ¡oh Todopoderoso!? ¡Oh, amigo de los caídos! ¡Oh, océano de misericordia! Señor Nṛhari, por favor bendíceme con Tu servicio devocional».



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