Śrīmad-Bhāgavatam
<< Canto 10, La Verdad Suprema >>
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sva-kṛta-vicitra-yoniṣu viśann iva hetutayā
taratamataś cakāssy anala-vat sva-kṛtānukṛtiḥ
atha vitathāsv amūṣv avitathāṁ tava dhāma samaṁ
viraja-dhiyo ’nuyanty abhivipaṇyava eka-rasam

PALABRA POR PALABRA



TRADUCCION

Al entrar aparentemente entre las diversas especies de seres vivos que Tú has creado, Tú los inspiras a actuar, manifestándote según sus posiciones superiores e inferiores, tal como el fuego se manifiesta de manera diferente según la forma de lo que quema. Por lo tanto, aquellos de inteligencia inmaculada, que están completamente libres de apegos materiales, comprenden que Tu Ser indiferenciado e inmutable es la realidad permanente entre todas estas formas de vida no permanentes.

SIGNIFICADO

Al escuchar estas oraciones de los Vedas personificados, en las que los śrutis describen a la Superalma entrando en incontables variedades de cuerpos materiales, un crítico puede preguntarse cómo el Supremo puede hacer esto sin volverse limitado. De hecho, los defensores de la Filosofía Advaita no ven ninguna distinción esencial entre el Alma Suprema y Su creación. En la concepción de los impersonalistas, el Absoluto inexplicablemente se vio atrapado por la ilusión y así se convirtió primero en un Dios personal, después en los semidioses, los humanos, los animales, las plantas y finalmente la materia. Śaṅkarācārya y sus seguidores se toman grandes molestias para citar evidencia védica para apoyar esta teoría de cómo la ilusión se impone al Absoluto. Pero hablando por sí mismos, los Vedas aquí responden a esta objeción y se niegan a prestar su autoridad al Impersonalismo Māyāvāda.

Técnicamente, el proceso de creación se denomina sṛṣṭi, «emisión». El Señor Supremo envía Sus variadas energías y éstas participan de Su naturaleza, aunque siguen siendo distintas de Él. Este hecho se expresa en la verdadera filosofía védica de acintya-bhedābheda, la inconcebible y simultánea unidad y diferencia del Señor Supremo y Sus energías. Así pues, aunque cada una de las múltiples almas individuales es una entidad distinta, todas las almas están compuestas de la misma substancia espiritual que el Supremo. Puesto que participan de la esencia espiritual del Señor Supremo, las jīvas son innacientes y eternas, tal como Él. El Señor Kṛṣṇa, hablándole a Arjuna en el campo de batalla de Kurukṣetra, confirma esto:

na tv evāhaṁ jātu nāsaṁ
na tvaṁ neme janādhipāḥ
na caiva na bhaviṣyāmaḥ
sarve vayam ataḥ param


«Nunca hubo un tiempo en que yo no existiera, ni tú, ni todos estos reyes; ni en el futuro ninguno de nosotros dejará de existir».

(Bhagavad-gītā 2.12)

La creación material es un arreglo especial para aquellas jīvas que eligen separarse del servicio del Señor Supremo, por lo tanto, la creación implica producir un mundo de imitación donde estas jīvas puedan tratar de ser independientes.

Después de crear las muchas especies de vida material, el Señor Supremo se expande en Su propia creación como la Superalma, a fin de proporcionar la inteligencia y la inspiración que todo ser viviente necesita para su existencia cotidiana. Como se afirma en el Taittirīya Upaniṣad (2.6.2), tat sṛṣṭvā tad evānuprāviśat: «Después de crear este mundo, entró en él». Sin embargo, el Señor entra en el mundo material sin formar ninguna conexión vinculante con él; esto lo declaran aquí los śrutis con la frase viśann iva, «solo aparentando entrar». Taratamataś cakāssi significa que el Paramātmā entra en el cuerpo de todo ser viviente, desde el gran semidiós Brahmā hasta el insignificante germen y exhibe diferentes grados de Su potencia según la capacidad de cada alma para la iluminación. Analavat sva-kṛtānukṛtiḥ: Así como el fuego encendido en varios objetos arde según las diferentes formas de esos objetos, así también el Alma Suprema, entrando en los cuerpos de todas las criaturas vivientes, ilumina la conciencia de cada alma condicionada según su capacidad individual.

Incluso en medio de la creación y la destrucción material, el Señor de todas las criaturas permanece eternamente inmutable, como se expresa aquí con la palabra eka-rasam. En otras palabras, el Señor mantiene eternamente Su forma personal de placer espiritual inmensurable y puro. Los raros seres vivientes que se desentienden por completo (abhitas) de las relaciones materiales o paṇa (volviéndose así abhivipaṇyavaḥ), llegan a conocer al Señor Supremo tal como es. Toda persona inteligente debe seguir el ejemplo de estas grandes almas y rogar que le den la oportunidad de dedicarse también al servicio devocional del Señor Supremo.

Esta oración es recitada por los śrutis cuyo estado de ánimo es similar al expresado en el siguiente mantra del Śvetāśvatara Upaniṣad (6.11):

eko devaḥ sarva-bhūteṣu gūḍhaḥ
sarva-vyāpī sarva-bhūtāntarātmā
karmādhyakṣaḥ sarva-bhūtādhivāsaḥ
sākṣī cetā kevalo nirguṇaś ca


«El único Señor Supremo vive oculto dentro de todas las cosas creadas. Él penetra toda la materia y se encuentra dentro del corazón de todos los seres vivos. Como la Superalma que mora en el interior, Él supervisa sus actividades materiales. Así pues, aunque Él mismo no tiene cualidades materiales, es el único testigo y dador de conciencia».



Śrīla Śrīdhara Svāmī presenta su propia oración:

sva-nirmiteṣu kāryeṣu
tāratamya-vivarjitam
sarvānusyūta-san-mātraṁ
bhagavantaṁ bhajāmahe


«Adoremos al Señor Supremo, que entra en los productos de Su propia creación, pero permanece apartado de sus gradaciones materiales superiores e inferiores. Él es la existencia pura e indiferenciada que lo impregna todo».



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