Cuando vio a sus hijos perdidos, la diosa Devakī sintió tanto cariño por ellos que de sus pechos fluyó leche. Los abrazó y los sentó en su regazo, oliendo sus cabezas una y otra vez.
SIGNIFICADO
Este verso no tiene significado por parte de Su Santidad Hṛdayānanda dās Gosvāmi, discípulo iniciado de Su Divina Gracia A.C. Bhaktivedanta Svāmī Prabhupāda.