 | Śrīla Prabhupāda escribe en su libro Kṛṣṇa: «Según el sistema védico, siempre que se dispone un sacrificio, a los miembros que participan en el sacrificio se les ofrece el jugo de la planta soma, que es una especie de bebida vivificante. El día de la extracción del jugo de soma, el rey Yudhiṣṭhira recibió con mucho respeto al sacerdote especial que fue contratado para detectar cualquier error en las formalidades de los procedimientos del sacrificio. La idea es que los mantras védicos deben enunciarse perfectamente y cantarse con el acento adecuado; si los sacerdotes que se dedican a esta labor cometen algún error, el inspector o sacerdote árbitro corrige inmediatamente el procedimiento, así las ejecuciones rituales se realizan perfectamente. A menos que se ejecute perfectamente, un sacrificio no puede producir el resultado deseado. En esta Era de Kali no hay disponible ningún brāhmaṇa o sacerdote tan erudito; por lo tanto, todos esos sacrificios están prohibidos. El único sacrificio recomendado en los śāstras es el canto del mantra Hare Kṛṣṇa».
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