 | Śrīla Prabhupāda comenta lo siguiente: «Al no poder prender fuego a Dvārakā, el demonio de fuego regresó a Vārāṇasī, el reino de Kāśirāja. Como resultado de su regreso, todos los sacerdotes que ayudaron a enseñar el arte negro de los mantras, junto con su empleador, Sudakṣiṇa, fueron reducidos a cenizas por la deslumbrante refulgencia del demonio de fuego. De acuerdo con los métodos de los mantras del arte negro instruidos en el tantra, si el mantra no logra matar al enemigo, entonces, debido a que debe matar a alguien, mata al creador original. Sudakṣiṇa fue el creador y los sacerdotes lo ayudaron; por tanto, todos ellos fueron reducidos a cenizas. Esta es la manera de los demonios: los demonios crean algo para matar a Dios, pero con la misma arma los mismos demonios mueren». .
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