A continuación, Rukmī aceptó una apuesta de cien mil monedas, que ganó el Señor Balarāma. Pero Rukmī intentó hacer trampa y declaró: «¡Soy el ganador!»
SIGNIFICADO
Este verso no tiene significado por parte de Su Santidad Hṛdayānanda dās Gosvāmi, discípulo iniciado de Su Divina Gracia A.C. Bhaktivedanta Svāmī Prabhupāda.