El hombre despierto se enojó y miró a Kālayavana, cuyo cuerpo estalló en llamas. En un solo momento, ¡oh rey Parīkṣit! Kālayavana quedó reducido a cenizas.
SIGNIFICADO
El hombre que incineró a Kālayavana con su mirada se llamaba Mucukunda. Como le explicará al Señor Kṛṣṇa, él luchó durante mucho tiempo en nombre de los semidioses, finalmente tomó como bendición el derecho a dormir sin ser molestado. El Hari-vaṁśa explica que obtuvo la bendición adicional de poder destruir a cualquiera que perturbara su sueño. El Ācārya Viśvanātha Cakravartī Ṭhākura cita el Śrī Hari-vaṁśa de la siguiente manera:
«Una y otra vez Mucukunda dijo: ‘Oh semidioses, con los ojos ardiendo de ira, que pueda incinerar a cualquiera que me despierte de mi sueño’».
Śrīla Viśvanātha Cakravartī explica que Mucukunda hizo esta petición bastante morbosa para asustar al Señor Indra, quien, pensó Mucukunda, de otro modo podría despertarlo repetidamente para pedirle ayuda en la lucha contra los enemigos cósmicos de Indra. El consentimiento de Indra a la petición de Mucukunda se describe en el Śrī Viṣṇu Purāṇa de la siguiente manera:
proktaś ca devaiḥ saṁsuptaṁ
yas tvām utthāpayiṣyati
deha-jenāgninā sadyaḥ
sa tu bhasmī-kariṣyati
«Los semidioses declararon: 'Quien te despierte del sueño será reducido a cenizas repentinamente por un fuego generado por su propio cuerpo’».