Śrīmad-Bhāgavatam
<< Canto 10, La Verdad Suprema >>
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<<VERSO 39 >>

hā nātha ramaṇa preṣṭha
kvāsi kvāsi mahā-bhuja
dāsyās te kṛpaṇāyā me
sakhe darśaya sannidhim

PALABRA POR PALABRA



TRADUCCION

Ella gritó: ¡Oh maestro! ¡Mi amante! ¡Oh amado! ¿en dónde estás? ¿En dónde estás? ¡Por favor, oh el de poderosos brazos! ¡oh amigo, muéstrate ante Mí, Tu pobre sierva!

SIGNIFICADO

Śrīla Viśvanātha Cakravartī Ṭhākura describe el siguiente conmovedor intercambio:

«Rādhā dice: ‘Mi Señor, estoy siendo quemada en el gran fuego de la separación de Ti y el aire de Mi vida está a punto de abandonar Mi cuerpo. Incluso con el mayor esfuerzo no puedo mantener Mi vida. Pero Tú eres el Señor de Mi vida, por eso puedes salvarme rápidamente con solo mirarme. Por favor hazlo inmediatamente. Te ruego que salves Mi vida, no por Mí, sino por la Tuya. Después de renunciar a todas las demás gopīs, Me has traído tan lejos, a un lugar apartado en el bosque, sólo para disfrutar de un placer especial conmigo. Si muero, no podrás encontrar la felicidad conyugal en ningún otro lugar. Me recordarás y así te lamentarás en Tu dolor’.



Kṛṣṇa responde: ‘Déjame sentirme infeliz. ¿Qué [tanto] te importa eso?’



‘Pero Tú eres muy querido para Mí. Sentiré Tu infelicidad millones de veces más que Tú. Incluso si ya hubiera muerto, aún así no podría tolerar el dolor que pueda experimentar ni siquiera una mancha en las uñas de Tus pies de loto. De hecho, para evitar tal dolor, estoy dispuesta a desperdiciar Mi vida millones y millones de veces. Así que, por favor, amablemente muéstrate y aleja esta infelicidad’.



‘Pero si Tu aire vital está a punto de abandonar Tu cuerpo, ¿qué puedo hacer para detenerlo?’.



‘Simplemente con el toque de Tus brazos, que son una hierba medicinal con el poder de revivir a los muertos, Mi cuerpo volverá a su condición normal saludable y Mi aire vital automáticamente regresará y permanecerá en Mi cuerpo’.



‘Pero Tú misma ya conoces el sendero del bosque sin Mi ayuda, entonces ¿por qué me ordenaste a Mí, el hijo del rey y un muchacho muy joven y gentil, que debo ser respetado? ¿Por qué ordenaste: «Llévame a donde quieras»? ¿Por qué me haces enojar así?’.



Rādhā clama: ‘Por favor, muéstrate ante Tu miserable sirvienta. ¡Ten piedad de Mí! ¡Sé misericordioso! Cuando te lo ordené, me invadió la fantasía. Estaba tan acostumbrada de jugar contigo. Por tanto, disculpa lo que dijo tu pobre sierva. Por favor no te enojes. Sólo porque me trataste como a una amiga tan cercana, aunque Yo soy indigna es que te hablé así’.



‘Muy bien, amor mío, estoy muy complacido contigo, así que por favor ven a Mí’.



‘Pero el lamento me ha cegado. No puedo ver en dónde estás. Por favor dime en dónde estás’».



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