Śrīmad-Bhāgavatam
<< Canto 10, La Verdad Suprema >>
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<<VERSO 34 >>

reme tayā cātma-rata
ātmārāmo ’py akhaṇḍitaḥ
kāmināṁ darśayan dainyaṁ
strīṇāṁ caiva durātmatām

PALABRA POR PALABRA



TRADUCCION

[Śukadeva Gosvāmī continuó:] El Señor Kṛṣṇa disfrutó con esa gopī, aunque disfruta solo internamente, estando satisfecho de Sí mismo y completo en Sí mismo. Así, por contraste, mostró la miseria de los hombres lujuriosos ordinarios y de las mujeres de corazón duro.

SIGNIFICADO

Este verso refuta directamente las críticas superficiales que a veces las personas materialistas dirigen contra los pasatiempos del Señor Kṛṣṇa. El filósofo Aristóteles afirmó que las actividades ordinarias son indignas de Dios, con esa idea en mente, algunas personas declaran que, puesto que las actividades del Señor Kṛṣṇa se parecen a las de los seres humanos comunes, Él no puede ser la Verdad Absoluta.

Pero en este verso Śukadeva Gosvāmī señala enfáticamente que el Señor Kṛṣṇa actúa en el plano liberado de la autosatisfacción espiritual. Este hecho se indica aquí con los términos ātma-rata, ātmārāma y akhaṇḍita. Es inconcebible para la gente ordinaria que un joven apuesto y una joven hermosa que disfrutan de románticas relaciones conyugales a la luz de la Luna del bosque puedan dedicarse a una actividad pura, libre de deseo y lujuria egoístas. Sin embargo, aunque el Señor Kṛṣṇa es inconcebible para las personas comunes, aquellos que Le aman pueden comprender fácilmente la naturaleza absoluta y pura de Sus actividades.

Se puede argumentar que «la belleza está en los ojos de quien la mira» y que, por lo tanto, los devotos de Kṛṣṇa sólo imaginan que las actividades del Señor son puras. Este argumento ignora muchos hechos importantes. Por un lado, el sendero de la Conciencia de Kṛṣṇa, del desarrollo del amor por Kṛṣṇa, exige que el devoto siga estrictamente cuatro principios regulativos: no tener relaciones sexuales ilícitas, no apostar, no intoxicarse y no comer carne, pescado ni huevo. Cuando uno se libera de la lujuria material y se eleva al plano liberado, más allá del deseo material, comprende la belleza absoluta del Señor Kṛṣṇa. Este proceso no es teórico: ha sido practicado y completado por miles de grandes sabios, quienes nos han dejado su brillante ejemplo y sus brillantes enseñanzas acerca del sendero de la Conciencia de Kṛṣṇa.

Sin duda la belleza está en los ojos de quien la mira. Sin embargo, la verdadera belleza la percibe el ojo del alma y no el ojo lujurioso del cuerpo material. Por lo tanto, la literatura védica recalca repetidamente que sólo aquellos que están libres del deseo material pueden ver la belleza del Señor Kṛṣṇa con los ojos del alma pura ungida con el amor por Dios. Por último, cabe señalar que, al comprender los pasatiempos del Señor Kṛṣṇa, uno se libera de todo matiz de deseo sexual, estado mental que difícilmente puede resultar de la meditación sobre los asuntos sexuales materiales.

Una nota final: Los pasatiempos conyugales de Kṛṣṇa completan perfectamente Su calificación como la Verdad Absoluta Suprema. El Vedānta afirma que la Verdad Absoluta es la fuente de todo, por lo que ciertamente al Absoluto no le puede faltar ninguna de las cosas hermosas de este mundo. Sólo porque los asuntos románticos existen en una forma pura y espiritual en el Absoluto es que pueden manifestarse en una forma material pervertida en este mundo. Por lo tanto, la aparente belleza de este mundo no debe rechazarse por completo; más bien, la belleza debe aceptarse en su forma pura y espiritual.

Desde el principio de los tiempos, hombres y mujeres se han sentido inspirados hasta el éxtasis poético por el arte del romance. Desafortunadamente, el romance en este mundo generalmente conduce a una decepción aplastante, provocada por un cambio de opinión o por la muerte. Así, aunque al principio las relaciones románticas nos parezcan hermosas y placenteras, con el tiempo se arruinan por el ataque de la naturaleza material. Aún así, no es razonable rechazar totalmente el concepto de romance. Más bien, deberíamos aceptar la atracción conyugal en su forma absoluta, perfecta y pura, tal como existe dentro de Dios, sin un matiz de lujuria material o egoísmo. Esa atracción conyugal pura, la belleza y el placer supremos de la Verdad Suprema, es sobre lo que estamos leyendo aquí en las páginas del Śrīmad-Bhāgavatam.

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