|
Śrīmad-Bhāgavatam << Canto 10, La Verdad Suprema >> << 24 - Adorando a la Colina de Govardhana >> <<VERSO 14 >>
asti ced īśvaraḥ kaścit phala-rūpy anya-karmaṇām kartāraṁ bhajate so ’pi na hy akartuḥ prabhur hi saḥ
PALABRA POR PALABRA
TRADUCCION
 | Incluso si hay algún controlador supremo que premia a todos los demás con los resultados de sus actividades, este también debe depender de la participación de un intérprete en la actividad. Después de todo, no se trata de ser el otorgador de resultados fruitivos a menos que se hayan realizado actividades fruitivas.
|
SIGNIFICADO
 | Aquí el Señor Kṛṣṇa argumenta que si hay un controlador supremo, este debe depender de un ejecutor de la actividad para corresponder con él, por lo tanto, también debe estar sujeto a las leyes del karma, estando obligado a otorgar felicidad y angustia a las almas condicionadas de acuerdo con las leyes del bien y del mal.
|  | Este argumento superficial descuida el punto obvio de que las leyes de la naturaleza que prescriben los resultados buenos y malos de los actos piadosos e impíos son en sí mismas creaciones del Señor Supremo todo bondad. Siendo el creador y sustentador de estas leyes, el Señor no está sujeto a ellas. Además, el Señor no depende del trabajo de las almas condicionadas, ya que Él está satisfecho y completo dentro de Sí mismo. Por Su naturaleza misericordiosa, Él otorga los resultados apropiados a nuestras actividades. Lo que llamamos destino, fortuna o karma es un sistema elaborado y sutil de recompensas y castigos destinados a alentar gradualmente a las almas condicionadas a evolucionar hacia la etapa de conciencia perfecta, que es su naturaleza constitucional original.
|  | La Suprema Personalidad de Dios ha formulado y aplicado con tanta destreza las leyes de la naturaleza material que rigen el castigo y la recompensa por el comportamiento humano, que el ser viviente es desalentado del pecado y alentado hacia la bondad sin sufrir ninguna interferencia significativa en su libre albedrío como alma eterna.
|  | En contraste con la naturaleza material, el Señor exhibe Su naturaleza esencial en el mundo espiritual, donde Él intercambia el amor eterno de Sus devotos puros. Tales asuntos amorosos se basan completamente en la libertad mutua del Señor y Sus devotos, no en una reciprocidad mecánica de intereses egoístas coincidentes. El Señor Supremo, asistido por Sus devotos puros, ofrece repetidamente a las almas condicionadas de este mundo la oportunidad de renunciar a su extraño intento de explotar el universo material y regresar a casa, regresar a Dios, para una vida eterna de bienaventuranza y conocimiento. Teniendo en cuenta todos estos puntos, los argumentos ateos dados aquí por el Señor Krishna en un estado de ánimo lúdico no deben tomarse en serio.
|
|
| |