deho ’pi mamatā-bhāk cet tarhy asau nātma-vat priyaḥ yaj jīryaty api dehe ’smin jīvitāśā balīyasī
PALABRA POR PALABRA
TRADUCCION
Si una persona llega a la etapa de considerar al cuerpo como mío [yo uso] en lugar de mí [yo soy], ciertamente no considerará al cuerpo tan querido como a su propio alma. Después de todo mientras el cuerpo se hace viejo e inútil nuestro deseo por continuar viviendo permanece fuerte.
SIGNIFICADO
La palabra mamatā-bhāk es muy significativa aquí. Una persona ordinaria, una tonta piensa: «yo soy el cuerpo» y una con más discernimiento, una persona inteligente piensa: «éste es mi cuerpo». En la literatura y en el folclore de las personas ordinarias encontramos que lo común en ellas es que un anciano, una persona decrépita sueñe en obtener un nuevo cuerpo joven. Por consiguiente incluso personas ordinarias asimilan la noción de autorrealización comprendiendo instintivamente que es posible para el alma existir en muchos cuerpos distintos.
Mientras el cuerpo de una persona inteligente se vuelve viejo e inútíl, continúa deseando vivir intensamente incluso cuando sabe que su cuerpo no puede vivir mucho más. Esto indica que gradualmente se percata que su ser es más importante que su cuerpo. Por lo tanto meramente el deseo por la vida puede llevarlo a uno indirectamente a la comprensión preliminar de autorrealización. También en este caso nuestro apego básico es a nuestro propio ser y no a lo que supuestamente le pertenece a uno mismo.
Se puede destacar de toda la conversación entre el rey Parīkṣit y Śukadeva Gosvāmī concerniente a la importancia de nuestro propio ser es finalmente para tratar el tema de por qué las vacas y las mujeres vaqueras de Vṛndāvana consideraron a Kṛṣṇa más querido que a si mismas y ciertamente más querido que a su propia descendencia. La conversación se dió como sigue.