 | ¡Oh, rey! ten la bondad de escucharme con gran atención. Aunque las actividades del Señor Supremo son muy confidenciales y no puede comprenderlas el hombre común, te hablaré de ellas, pues, si el discípulo es sumiso, los maestros espirituales le explican incluso aquellos temas que son muy confidenciales y difíciles de entender.
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