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Śrīmad-Bhāgavatam Canto 10 - La Verdad Suprema << 13 - Brahmā se roba a los niños y a los terneros >>
10.13.1 | | Śrīla Śukadeva Gosvāmī dijo: ¡Oh, el mejor de los devotos, muy afortunado Parīkṣit!, has preguntado muy bien, pues, aunque estás escuchando continuamente los pasatiempos del Señor, percibes Sus actividades con una frescura siempre nueva. | | 10.13.2 | | Los paramahaṁsas, los devotos que han aceptado la esencia de la vida, están apegados a Kṛṣṇa en lo más profundo del corazón, y Él es el objetivo de sus vidas. Por naturaleza, hablan solamente de Kṛṣṇa a cada instante, como si hallasen en ese tema una frescura siempre nueva. Del mismo modo que los materialistas están apegados a hablar de sexo y de mujeres, ellos están apegados a los temas de Kṛṣṇa. | | 10.13.3 | | ¡Oh, rey! ten la bondad de escucharme con gran atención. Aunque las actividades del Señor Supremo son muy confidenciales y no puede comprenderlas el hombre común, te hablaré de ellas, pues, si el discípulo es sumiso, los maestros espirituales le explican incluso aquellos temas que son muy confidenciales y difíciles de entender. | | 10.13.4 | | Después de salvar a los niños y a los terneros de las fauces de Aghāsura, que era la muerte en persona, el Señor Kṛṣṇa, la Suprema Personalidad de Dios, los llevó a todos a la orilla del río y les habló con las siguientes palabras. | | 10.13.5 | | Mis queridos amigos, miren lo hermosa que es la ribera de este río, con su agradable atmósfera. Y mirad las flores de loto, que, a punto de florecer, atraen con su aroma a los pájaros y abejas. El zumbido de las abejas y los gorjeos de los pájaros encuentran su eco en los hermosos árboles del bosque. Además, aquí la arena es muy fina y limpia. Así pues, este lugar es, sin duda, el mejor para nuestros juegos y pasatiempos. | | 10.13.6 | | Pienso que debemos almorzar aquí, pues ya se ha hecho tarde y todos estamos hambrientos. Aquí, los terneros pueden beber agua, pasear tranquilos de un lugar a otro y pastar en la hierba. | | 10.13.7 | | Aceptando la propuesta del Señor Kṛṣṇa, los vaqueritos hicieron que los terneros bebiesen agua del río y, a continuación, los ataron a árboles rodeados de hierba muy verde y tierna. Los niños abrieron entonces sus cestas y se pusieron a comer con Kṛṣṇa, llenos de placer trascendental. | | 10.13.8 | | Como el verticilo de una flor de loto rodeado por sus hojas y pétalos, Kṛṣṇa Se sentó en el centro, rodeado de los muy hermosos vaqueritos, que formaron círculos en torno a Él. Cada uno de ellos buscaba a Kṛṣṇa con la mirada, pensando que tal vez Kṛṣṇa le mirase a él. De ese modo, todos ellos disfrutaron de su almuerzo en el bosque. | | 10.13.9 | | Algunos vaqueritos pusieron su almuerzo en flores, otros en hojas, frutas o ramilletes de hojas; algunos lo pusieron en sus mismas cestas, otros en cortezas de árboles y otros en rocas. Esos fueron los platos que los niños improvisaron para tomar su almuerzo. | | 10.13.10 | | Todos los vaqueritos disfrutaron de su almuerzo con Krishna, mostrándose unos a otros los distintos sabores de las distintas preparaciones que trajeron de casa. Al probar las preparaciones de los demás, comenzaron a reír y a hacerse reír mutuamente. | | 10.13.11 | | Kṛṣṇa es yajña-bhuk, es decir, solamente come ofrendas de yajña, pero, para manifestar Sus pasatiempos infantiles, Se sentó con la flauta prendida a la derecha, entre la cintura y Su ceñida ropa, mientras en el lado izquierdo llevaba el cuerno y el cayado de guiar a las vacas. Sosteniendo en la mano una crema muy sabrosa de yogur y arroz, con pedazos de fruta entre los dedos, parecía el verticilo de una flor de loto. Mientras comía, miraba directamente a Sus amigos, bromeaba personalmente con ellos, y les hacía reír con gran júbilo. En esos momentos, los habitantes del cielo estaban pasmados de asombro, al ver a la Personalidad de Dios, que solamente come en los yajñas, comiendo con Sus amigos en el bosque. | | 10.13.12 | | ¡Oh, Mahārāja Parīkṣit! mientras los vaqueritos, en cuyo corazón sólo existe Kṛṣṇa, estaban así entretenidos con su almuerzo en el bosque, los terneros se adentraron en la espesura del bosque, atraídos por la hierba verde. | | 10.13.13 | | Cuando Kṛṣṇa vio que Sus amigos los vaqueritos comenzaban a asustarse, Él, que controla de forma implacable al temor mismo, dijo para aliviarles de su miedo: «Mis queridos amigos, seguid comiendo tranquilos. Yo mismo iré a buscar los terneros y os los traeré de vuelta». | | 10.13.14 | | «Yo iré a buscar los terneros - dijo Kṛṣṇa - . No os preocupéis, divertíos.» Entonces, con Su arroz con yogur en la mano, la Suprema Personalidad de Dios, Kṛṣṇa, salió inmediatamente en busca de los terneros de Sus amigos. Para complacer a Sus amigos, Se puso a buscar por todas las montañas, cuevas, bosquecillos y cañadas. | | 10.13.15 | | ¡Oh, Mahārāja Parīkṣit!, Brahmā, que tiene su morada en el sistema planetario más elevado del cielo, mientras observaba las actividades del muy poderoso Kṛṣṇa, que mató y liberó a Aghāsura, no salía de su asombro. Ese mismo Brahmā quiso mostrar algo de su propio poder para compararlo con el de Kṛṣṇa, que estaba dedicado a Sus pasatiempos infantiles, jugando como si estuviera con pastorcillos de vacas comunes. Por esa razón, cuando Kṛṣṇa Se alejó, Brahmā se llevó a todos los niños y terneros a otro lugar. De ese modo, se enredó en una situación difícil, pues en un futuro muy próximo iba a tener ocasión de comprobar el poder de Kṛṣṇa. | | 10.13.16 | | A continuación, como no pudo encontrar los terneros, Kṛṣṇa regresó a la ribera del río, sólo para descubrir que también los pastorcillos habían desaparecido. Entonces Se puso a buscar a los terneros y a los vaqueritos, como si no pudiera comprender lo ocurrido. | | 10.13.17 | | Al verse incapaz de hallar en ningún lugar del bosque a los terneros y a sus cuidadores, los vaqueritos, Kṛṣṇa entendió repentinamente que aquello era obra del Señor Brahmā. | | 10.13.18 | | A continuación, y sólo para complacer a Brahmā y a las madres de los terneros y de los pastorcillos, Kṛṣṇa, el creador de toda la manifestación cósmica, Se expandió en forma de terneros y niños. | | 10.13.19 | | Mediante Su aspecto Vāsudeva, Kṛṣṇa Se expandió simultáneamente en la cantidad exacta de niños y terneros que habían desaparecido, todos ellos con los mismos rasgos corporales que antes, con la misma forma de las manos, de las piernas y de todos los demás miembros, y con sus respectivos cayados, cuernos, flautas y bolsas del almuerzo, las mismas ropas y su particular forma de llevar las alhajas, con el nombre, la edad y el aspecto que les correspondían, y con sus actividades y características especiales. Expandiéndose de ese modo, el hermoso Kṛṣṇa probó la verdad de la afirmación: samagra-jagad viṣṇumayam: «El Señor Viṣṇu es omnipresente». | | 10.13.20 | | Habiéndose expandido para mostrar una apariencia idéntica a la que antes presentaban todos los terneros y pastorcillos, y poniéndose, al mismo tiempo, al frente de ellos, Kṛṣṇa entró en Vrajabhūmi, la tierra de Su padre, Nanda Mahārāja, tal y como solía hacerlo mientras disfrutaba de la compañía de Sus amigos. | | 10.13.21 | | ¡Oh, Mahārāja Parīkṣit!, Kṛṣṇa, que Se había dividido en forma de terneros y pastorcillos, entró en forma de terneros en sus correspondientes establos, y, a continuación, en forma de niños, en sus respectivas casas. | | 10.13.22 | | Las madres de los niños, al escuchar los sonidos de las flautas y cuernos de sus hijos, abandonaron inmediatamente sus tareas domésticas, sentaron a sus hijos en sus regazos, los estrecharon entre sus brazos y les dieron de mamar la leche de sus pechos, que fluía debido al amor desmesurado que sentían, en particular, por Kṛṣṇa. Kṛṣṇa en realidad lo es todo, pero en aquella ocasión, expresando un amor y un cariño muy intensos, ellas sintieron un placer especial al alimentar a Kṛṣṇa, el Parabrahman, y Kṛṣṇa bebió la leche de Sus respectivas madres como si se tratara de una bebida nectárea. | | 10.13.23 | | A partir de entonces, ¡oh, Mahārāja Parīkṣit!, siguiendo el horario previsto en Sus pasatiempos, Kṛṣṇa regresaba por la tarde, entraba en la casa de cada pastorcillo y actuaba exactamente igual que ellos, inspirando así en cada madre un placer trascendental. Las madres cuidaban de sus hijos dándoles masaje con aceite, bañándoles, ungiendo sus cuerpos con pasta de sándalo, adornándoles con alhajas, cantando mantras protectores, adornándoles el cuerpo con tilaka y dándoles de comer. De ese modo, las madres sirvieron a Kṛṣṇa personalmente. | | 10.13.24 | | A continuación, todas las vacas entraban en sus respectivos establos y se ponían a mugir en voz alta, llamando a sus terneros. Cuando los terneros llegaban, las madres les lamían el cuerpo una y otra vez y los alimentaban con la abundante leche que fluía de sus ubres. | | 10.13.25 | | Ya antes, desde el mismo principio, las gopīs sentían cariño maternal por Kṛṣṇa. En verdad, su cariño por Kṛṣṇa era superior incluso al que sentían por sus propios hijos. En sus manifestaciones de cariño, habían hecho diferencia entre Kṛṣṇa y sus hijos, pero ahora esa distinción había desaparecido. | | 10.13.26 | | Anteriormente, los habitantes de Vrajabhūmi, los pastores de vacas y sus esposas, habían sentido más cariño por Kṛṣṇa que por sus propios hijos, pero ahora, durante todo un año, el cariño que sentían por sus hijos aumentó sin cesar, pues Kṛṣṇa Se había convertido en sus hijos. El cariño que sentían por ellos, que ahora eran Kṛṣṇa, no tenía límite. Cada día hallaban nuevos motivos de inspiración para querer a sus hijos tanto como a Kṛṣṇa. | | 10.13.27 | | De ese modo, el Señor Śrī Kṛṣṇa, que Se había transformado en los pastorcillos y los terneros, Se mantuvo Él mismo por Sí solo. Y de ese modo continuó realizando Sus pasatiempos, tanto en Vṛndāvana como en el bosque, durante un año entero. | | 10.13.28 | | Un día, cinco o seis noches antes de cumplirse el año, Kṛṣṇa, cuidando de los terneros, entró en el bosque con Balarāma. | | 10.13.29 | | Mientras pastaban en lo alto de la colina Govardhana, las vacas miraron hacia abajo en busca de hierba fresca. Entonces vieron a sus terneros, que pacían no muy lejos de allí, cerca de Vṛndāvana. | | 10.13.30 | | Cuando vieron a sus terneros desde lo alto de la colina Govardhana, las vacas se olvidaron de sí mismas y de sus cuidadores debido a un cariño extraordinario, y aunque el camino era muy accidentado, corrieron hacia sus terneros llenas de ansiedad, como si sólo tuviesen un par de patas. Con la ubre llena y rezumando leche, la cabeza y la cola muy levantada y la joroba sacudiéndose al compás del cuello, se lanzaron por la pendiente hasta llegar a sus terneros, deseosas de alimentarlos. | | 10.13.31 | | Las vacas habían dado a luz nuevos terneros, pero, al descender de la colina Govardhana, debido a que sentían un cariño mayor que nunca por los terneros mayores, permitieron a estos últimos beber de sus ubres y se pusieron a lamer sus cuerpos llenas de ansiedad, como si deseasen tragárselos. | | 10.13.32 | | Los pastores, que no habían podido impedir que las vacas se uniesen a sus terneros, se sintieron avergonzados y furiosos a la vez. Con gran dificultad, bajaron por el accidentando camino, pero cuando llegaron abajo y vieron a sus propios hijos, se sintieron desbordados por el cariño. | | 10.13.33 | | En ese momento, todos los pensamientos de los pastores se fundieron en la melosidad del amor paternal, que había surgido en ellos a la vista de sus hijos. Sintiendo una gran atracción, completamente disipada su ira, levantaron a sus hijos, les estrecharon entre los brazos y disfrutaron del placer más sublime oliéndoles la cabeza. | | 10.13.34 | | A continuación, los pastores mayores, que habían experimentando profundos sentimientos al abrazar a sus hijos, muy poco a poco, con muchísimo esfuerzo y sin desear hacerlo, dejaron de abrazarlos y regresaron al bosque. Pero al recordar a sus hijos, las lágrimas se les salían de los ojos. | | 10.13.35 | | El cariño de las vacas por sus terneros había aumentado tanto, que mostraban un apego constante incluso por aquellos que ya habían crecido y dejado de mamar. Cuando Baladeva vio aquel apego, no podía comprender a qué se debía, y Se puso a reflexionar de la siguiente manera. | | 10.13.36 | | ¿Qué fenómeno maravilloso es éste? El cariño de todos los habitantes de Vraja, Yo incluido, por estos niños y terneros aumenta como nunca lo había hecho, en la misma medida que nuestro cariño por el Señor Kṛṣṇa, la Superalma de todas las entidades vivientes. | | 10.13.37 | | ¿Quién es este poder místico, y de dónde ha venido? ¿Es una semidiosa o una demonia? Debe de ser la energía ilusoria de Mi amo, el Señor Kṛṣṇa, pues ¿quién sino ella podra confundirme? | | 10.13.38 | | Pensando de esa forma, el Señor Balarāma pudo ver, con el ojo del conocimiento trascendental, que todos aquellos terneros y amigos de Kṛṣṇa eran expansiones de la forma de Śrī Kṛṣṇa. | | 10.13.39 | | El Señor Baladeva dijo: «¡Oh, controlador supremo!, estos niños no son grandes semidioses, como Yo había pensado. Ni los terneros son Nārada y otros grandes sabios. Ahora puedo ver que eres Tú solamente, que Te manifiestas en todas las diversidades. Aunque eres uno, Tú existes en todas estas formas de terneros y niños. Por favor, explícame brevemente todo esto». Ante este ruego del Señor Baladeva, Kṛṣṇa Le explicó toda la situación, y Baladeva la comprendió. | | 10.13.40 | | Cuando el Señor Brahmā regresó al cabo de un instante (conforme a su propia medida del tiempo), se encontró con que, a pesar de que para los humanos había pasado un año entero, el Señor Kṛṣṇa, después de todo aquel tiempo, seguía ocupado igual que antes en jugar con los niños y los terneros, que eran Sus expansiones. | | 10.13.41 | | El Señor Brahmā pensó: Yo he mantenido dormidos, en la cama de mi potencia mística, a todos los niños y terneros de Gokula, y hasta el día de hoy no se han levantado todavía. | | 10.13.42 | | Kṛṣṇa ha estado jugando con un número semejante de niños y de terneros durante todo un año, aunque no son los mismos que cayeron bajo la ilusión de mi potencia mística. ¿Quiénes son? ¿De dónde han salido? | | 10.13.43 | | El Señor Brahmā pensó y pensó durante mucho tiempo, tratando de distinguir entre los dos grupos de niños, que existían por separado. Aunque trataba de entender cuáles eran reales y cuáles no lo eran, no podía entenderlo en absoluto. | | 10.13.44 | | Por haber querido confundir al omnipresente Señor Kṛṣṇa, que nunca puede ser confundido y que, por el contrario, confunde con Su ilusión al universo entero, fue el propio Señor Brahmā quien se vio sumido en la perplejidad a causa de su propio poder místico. | | 10.13.45 | | Del mismo modo que la oscuridad que se produce durante una nevada carece de influencia en una noche oscura, y del mismo modo que la luz de una luciérnaga no vale nada a la luz del día, el poder místico de una persona inferior que trata de utilizarlo contra una persona de gran poder no tiene ningún efecto; al contrario, el poder de la persona inferior se ve disminuido. | | 10.13.46 | | Entonces, mientras el Señor Brahmā los miraba, todos los terneros y los niños que los cuidaban se mostraron súbitamente con el color azul de las nubes cargadas de lluvia y vestidos con ropas de seda amarilla. | | 10.13.47-48 | | Todas aquellas personalidades tenían cuatro brazos y sostenían en Sus manos la caracola, el disco, la maza y la flor de loto. Llevaban un yelmo en la cabeza, pendientes en las orejas y collares de flores silvestres alrededor del cuello. En la parte superior derecha del pecho llevaban el emblema de la diosa de la fortuna. Además, en los brazos llevaban brazaletes, y en el cuello, marcado con tres líneas, como una caracola, la joya Kaustubha. Tenían pulseras en las muñecas, ajorcas en los tobillos, alhajas en los pies y cinturones sagrados en la cintura. Así adornados, todos Ellos tenían un aspecto sumamente hermoso. | | 10.13.49 | | Cada parte de Sus cuerpos, desde los pies a lo más alto de la cabeza, estaba adornada con collares de hojas de tulasī muy tiernas y frescas, ofrecidos por devotos ocupados en adorar al Señor con las actividades piadosas más excelsas, los procesos de escuchar y cantar. | | 10.13.50 | | Aquellas formas de Viṣṇu, con Su purísima sonrisa, semejante a la luz creciente de la Luna, y con las miradas oblicuas de Sus rojizos ojos, creaban y protegían los deseos de Sus propios devotos como lo harían las modalidades de la pasión y la bondad. | | 10.13.51 | | Todos los seres, móviles e inmóviles, desde el Señor Brahmā de cuatro cabezas hasta la más insignificante entidad viviente, habían adoptado alguna forma y adoraban de distintas maneras a aquellas viṣṇu-mūrtis, conforme a sus respectivas capacidades y con diversos medios de adoración, como la danza y el canto. | | 10.13.52 | | Todas las viṣṇu-mūrtis estaban rodeadas por las opulencias, encabezadas por aṇimā-siddhi, por las potencias místicas, encabezadas por ajā, y por los veinticuatro elementos para la creación del mundo material, encabezados por el mahat-tattva. | | 10.13.53 | | El Señor Brahmā vio entonces que kāla (el factor tiempo), svabhāva (nuestra propia naturaleza, adquirida por contacto), saṁskāra (el proceso de reforma), kāma (el deseo), karma (la actividad fruitiva), y las guṇas (las tres modalidades de la naturaleza material), con su propia independencia subordinada por entero a la potencia del Señor, habían adoptado formas concretas y adoraban también a aquellas viṣṇu-mūrtis. | | 10.13.54 | | Todas las viṣṇu-mūrtis tenían formas eternas e ilimitadas, llenas de conocimiento y bienaventuranza, y que existían más allá de la influencia del tiempo. Su gran gloria no iban a poder siquiera tocarla los jñānīs que se entregan al estudio de los Upaniṣads. | | 10.13.55 | | El Señor Brahmā vio así al Brahman Supremo, por cuya energía se manifiesta todo el universo, con sus seres vivos móviles e inmóviles. Al mismo tiempo, veía también a todos los niños y terneros como expansiones del Señor. | | 10.13.56 | | Entonces, por el poder de la refulgencia de aquellas viṣṇu-mūrtis, el Señor Brahmā, con los once sentidos sacudidos por el asombro, y pasmado de bienaventuranza trascendental, quedó en silencio, tal como el muñeco de barro de un niño ante la deidad de la aldea. | | 10.13.57 | | El Brahman Supremo está más allá de la especulación mental, Se manifiesta por Sí sólo, existe en Su propia bienaventuranza y está más allá de la energía material. A Él se Le conoce mediante las joyas cimeras de los Vedas a través de la refutación del conocimiento irrelevante. Así, en contacto con ese Brahman Supremo, la Personalidad de Dios, cuya gloria se hizo patente en la manifestación de todas las formas de cuatro brazos de Viṣṇu, el Señor Brahmā, el señor de Sarasvatī, quedó desconcertado. «¿Qué es esto?», pensaba, sin ser siquiera capaz de ver. El Señor Kṛṣṇa, comprendiendo la condición de Brahmā, disipó de inmediato la cortina de Su yogamāyā. | | 10.13.58 | | El Señor Brahmā recobró entonces su conciencia externa y se puso de pie, tal como un muerto que vuelve a la vida. Abriendo los ojos con gran dificultad, vio el universo, y se vio a sí mismo. | | 10.13.59 | | Entonces, mirando en todas direcciones, el Señor Brahmā vio ante él Vṛndāvana, llena de árboles, que eran el medio de sustento de sus habitantes y que eran igual de agradables en todas las estaciones. | | 10.13.60 | | Vṛndāvana es la morada trascendental del Señor, donde no hay hambre, ira ni sed. Los seres humanos y los animales salvajes, que por naturaleza se tienen enemistad, viven juntos allí, unidos por una amistad trascendental. | | 10.13.61 | | El Señor Brahmā vio entonces a la Verdad Absoluta, que es uno sin par, que posee conocimiento pleno y es ilimitado, haciendo el papel de un niño pequeño en una familia de pastores de vacas; al igual que antes, estaba solo, con un poco de comida en la mano, buscando por todas partes a los terneros y a Sus amigos los vaqueritos. | | 10.13.62 | | Nada más verle, el Señor Brahmā se apresuró a descender de su montura, el cisne, se postró en el suelo como una vara de oro y tocó los pies de loto del Señor Kṛṣṇa con las puntas de las cuatro coronas que llevaba en sus cabezas. Ofreciendo reverencias, bañó los pies de Kṛṣṇa con el agua de sus lágrimas de alegría. | | 10.13.63 | | Levantándose y postrándose una y otra vez a los pies de loto del Señor Kṛṣṇa durante mucho tiempo, el Señor Brahmā no podía dejar de recordar la grandeza del Señor que acababa de contemplar. | | 10.13.64 | | Entonces, levantándose muy despacio y enjugándose las lágrimas de los ojos, el Señor Brahmā miró a Mukunda. El Señor Brahmā, cabizbajo, con la mente concentrada y el cuerpo tembloroso, comenzó muy humildemente, con palabras entrecortadas, a ofrecer oraciones al Señor Kṛṣṇa. | |
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