 | Su labio inferior descansaba sobre la superficie de la Tierra, y el superior tocaba las nubes del cielo. Los bordes de su boca eran como las paredes de una gran caverna en la montaña, y el interior de su boca no podía ser más oscuro. Su lengua tenía el aspecto de una amplia avenida, su aliento era como un viento cálido, y sus ojos ardían como el fuego.
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