Nuestra posición original Śrīla Prabhupāda y el Siddhānta Vaiṣṇava
Primera parte: El siddhānta
<< 1. El estado original de la jīva >>

En su libro, Ni Siquiera las Hojas Caen de Vaikuṇṭha, Satya Nārāyaṇa dāsa y Kuṇḍalī dāsa, (de ahora en adelante los autores), mantienen que aunque Śrīla Prabhupāda a menudo enseñó que las almas condicionadas han caído de la asociación personal y servicio al Señor, también escribió en sus libros que nadie cae de Vaikuṇṭha, los autores argumentan que este aparente conflicto solo puede ser resuelto refiriéndonos al śāstra y a los ācāryas previos, estas fuentes según proclaman ellos mismos muestran sin ambiguedad que el estado condicionado de las jīvas es literalmente sin comienzo o anādi y que las almas no caen de Vaikuṇṭha, los autores insisten además en que la enseñanza de Śrīla Prabhupāda de que algunas almas caen de Vaikuṇṭha era meramente una estrategia de prédica, ellos aseveran que Śrīla Prabhupāda a menudo habló esta doctrina falsa en sus comunicaciones privadas, como en cartas o conversaciones, más en sus libros, él habla el siddhānta: que nadie cae de Vaikuṇṭha.

Nos proponemos demostrar en este libro lo siguiente:

1. La palabra sánscrita anādi, “sin comienzo(2)“ como muchas palabras sánscritas exhibe una riqueza de acepciones cuando se aplica de diferentes maneras, cuando anādi se aplica al cautiverio material del alma su significado es diferente del que por ejemplo se aplica al alma misma.

2. Los ācāryas previos y śāstras tales como el Śrīmad-Bhāgavatam proveen amplia evidencia de que las jīvas caen al estado condicionado, que de esta forma comienza en determinado momento.

La palabra “anādi” en el libro de los autores

En la página 75 de su libro los autores ofrecen una gráfica de cuatro términos claves en sánscrito con sus definiciones:

  • nitya—sin comienzo, sin final
  • anitya—comienzo, final
  • anādi—sin comienzo, final
  • ananta—comienzo, sin final


Los autores insisten en que ācāryas eruditos como Jīva Gosvāmī usaban estos términos en un sentido preciso y literal, por lo tanto puesto que los ācāryas se refieren al cautiverio anādi del alma, debemos concluir que no hay comienzo para la existencia material del alma, de ahí que es imposible que el alma estuviera con el Señor Kṛṣṇa cayera y así comenzara su vida material.

Y además toda vez que los śāstras declaran que el cautiverio del alma es anādi, Śrīla Prabhupāda casi invariablemente declaró que el término anādi indica que el alma es cautiva o condicionada “desde tiempo inmemorial”, literalmente “desde un tiempo que no recordamos”.

Ahora revisaremos el uso de la palabra anādi en las Escrituras Védicas, comenzando con śruti, siguiendo con smṛti y los comentarios de los ācāryas.

Está claro a todos los grupos que un seguidor de Śrīla Prabhupāda no se siente inclinado a rechazar el significado literal de sus enseñanzas, los autores observan: “En sus significados Bhaktivedanta contestó la pregunta acerca de la caída del cielo espiritual en un lenguaje claro sin ambigüedad” (Ni las Hojas, p. 129). Más un seguidor de Śrīla Prabhupāda no se inclina a aceptar la teoría de que Śrīla Prabhupāda haya mal informado conscientemente a sus seguidores acerca de un aspecto importante de la filosofía Vaiṣṇava, los autores conocen ese sentimiento (“Asumimos que Prabhupāda nos dió la última respuesta a todas nuestras preguntas directas” p. 129); pero su conclusión es: “Cuando comparan la respuesta que nos diera acerca del cautiverio de la jīva con la respuesta del śāstra sus declaraciones en los significados y las de los ācāryas previos es obvio que no nos dió la última respuesta, ni siquiera a la pregunta directa” (p. 129); esta es una declaración demasiado audaz, para probarlo revisaremos la palabra anādi en las Escrituras Védicas.

Māṇḍūkya Upaniṣad

Los autores al principio intentan dar evidencia del śruti, pues a la larga arguyen que en la tradición Védica todas las interpretaciones de los ācāryas o del smṛti deben conformar al śruti.

Ellos declaran:

El śruti confirma que el cautiverio de la jīva es causado por la māyā sin comienzo.
anādi-mayayā supto yadā jīvaḥ prabudhyate
ajam anidram asvapnam advaitam budhyate tadā
(Māṇḍūkya Upaniṣad 1.16)(3)

«Cuando la jīva durmiendo por (la influencia de) la māyā sin comienzo despierta, entonces realiza la no dualidad innata, alerta y sin ensoñación»(4).

Alguien podría argumentar que esto es māyā —usada aquí en el sentido de la energía externa—, que es anādi y no el cautiverio de la jīva, pero no es esa la intención de este verso, el verso no está describiendo a la māyā-śakti, está explicando el condicionamiento de la jīva y sus características en la etapa liberada(5).


Hay tres problemas con la interpretación de este texto por parte de los autores:

l. Los autores han inventado una regla sustituta de interpretación de este verso.

Ella es: “En un verso que describe el estado condicionado de la jīva la referencia a māyā debe comprenderse como indicativa de la ilusión individual del alma y no como la energía externa personificada del Señor”, ninguna regla así es dada por los ācāryas o el śāstra.

Un ejemplo prominente del Bhāgavatam (entre docenas de ejemplos similares) demuestra que esta nueva regla de interpretación escritural no puede sobrepasar la prueba de la referencia sástrica, después de oír a su guru, Nārada, Vyasadeva vió al Señor y a Su energía ilusoria como se describe en estos versos (Bhāg. 1.7.4-5)(6).

«Así él [Vyāsadeva] fijó su mente, ocupándola perfectamente en el servicio devocional [bhakti-yoga] sin una pizca de materialismo y así vió a la Absoluta Personalidad de Dios junto con Su energía externa que estaba bajo su completo control, debido a esta energía externa la entidad viviente aunque trascendental a las tres modalidades de la naturaleza piensa de sí misma que es un producto material y así padece las reacciones de las miserias materiales».

El verso 1.7.5 del Bhāgavatam habla clara y directamente acerca de la jīva condicionada, pese a que la palabra yaya “por cuya (energía ilusoria)” se refiere a la potencia externa del Señor, māyā.

2. Los autores cometen un error lógico en su interpretación del supuesto texto śruti que está en discusión:

Más aún por la lógica el efecto de los objetos anādi también es anādi, de modo que si māyā es anādi como dice el verso, luego su efecto “el sueño de la jīva”, también es anādi(7).

Aunque la lógica dicta que una causa anādi tenga un efecto anādi, la lógica no nos dice que todos estos efectos deban ser experimentados por el mismo sujeto, por ejemplo: El sol ha estado brillando en la India por millones de años, esto no significa que un hindú en particular haya disfrutado esa luz solar por millones de años.

3. El tercer error es quizás el más serio: La cita anterior no es realmente del Māṇḍūkya Upaniṣad que solo consta de doce versos, el supuesto verso 1.16 es realmente de un famoso comentario sobre el Māṇḍūkya Upaniṣad hecho por Gauḍapāda, el parama-guru de Śaṅkarācārya, por cierto uno puede notar el sabor impersonal del texto:

«Cuando la jīva durmiendo [por la influencia de] la māyā sin comienzo despierta, realiza su no dualidad innata, alerta y sin ensoñación».


NOTAS

2Anādi también significa “sin tener otro origen”, como en la traducción de Śrīla Bhaktisiddhānta al pimer verso del Brama-saṁhitā (nosotros discutiremos esta acepción más tarde en conección con el Vedānta-sūtra).
3Ni las hojas, p. 37.
4Traducción de H.D. Gosvāmī, diferente de la provista por los autores.
5Ni las Hojas, p. 37.
6
bhakti-yogena manasi
samyak praṇihite ‘male
apaśyat puruṣaṁ pūrṇaṁ
māyāṁ ca tad-apāśrayam
yayā sammnohino jīva
ātmānaṁ tri-guṇātmakam
paro ‘pi manute ‘narthaṁ
tat-kṛtaṁ cābhipadyate
7Ibid. P. 37.
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