Mahābhārata La historia de la Gran India
<< 53 La convicción de Kunti >>

Mientras se esconde disfrazado de brahmana, Bhima tiene la oportunidad de usar su extraordinaria fuerza. El sabio Vaisampayana está contando la historia de los Pandavas a su bisnieto, el rey Janamejaya. A medida que el Mahabharata continúa, los Pandavas ahora viven disfrazados de brahmanas con una familia brahmana. Kunti, la madre de los Pandavas, ha escuchado a la familia hablar de un gran dilema: uno de ellos debe entregar comida a un Raksasa -un hombre-comedor- y así renunciar a su vida. Kunti ofrece resolver el dilema de la familia.

Kunti devi le dijo al brahmana: "De ninguna manera debes estar deprimido por este peligro, porque claramente hay un medio para liberarse de este Raksasa. Tienes un hijo pequeño y una hija santa y virgen. No pienso que usted, ni sus hijos o su esposa deban ir. Brahmana yo tengo cinco hijos y uno de ellos tomará la ofrenda de parte suya e irá con el pecaminoso Raksasa".

El brahmana dijo: "Aunque quiero vivir definitivamente no voy hacer lo que sugieres, nunca tomaré la vida de un brahmana para servir mi propio interés cuando es un invitado en mi casa. Incluso entre los de más bajo nacimiento y las mujeres irreligiosas no hay tal regla de que una mujer se sacrifique a si misma y a su hijo por un brahmana. Sé que lo mejor para mí, entre asesinar a un brahmana o matarme, es mejor quitarme la vida.

"Asesinar a un brahmana es el pecado más grave, no hay expiación para semejante acto, incluso si es cometido involuntariamente, así que lo mejor es quitarme la vida. Buena mujer no deseo ser matado, pero si es matado por otros yo no sería culpable de ningún pecado. Si intencionalmente causo la muerte de un brahmana no veo ningún medio de expiación para tal desvergonzado acto de crueldad. Del mismo modo, sacrificar a una persona que ha llegado a mi hogar buscando refugio, causar la muerte de alguien que me pide caridad lo considero la crueldad suprema. En la antigüedad las grandes almas que han entendido los deberes religiosos realizados en tiempos difíciles dicen que nunca se debe llevar a cabo un acto abominable o un acto de crueldad. Es mejor que perezca junto con mi esposa, porque nunca permitiré el asesinato de un brahmana bajo ninguna circunstancia.

Kunti Devi dijo: "Oh culto brahmana, mi mente no se mueve de mi convicción de que sabios como usted deben ser protegidos. No es que no quiera a mi hijo, incluso si tuviera un centenar de hijos amaría a cada uno de ellos. La realidad es que el Raksasa no tiene el poder de matar a mi hijo".

"Mi hijo ha perfeccionado el arte de los mantras, es poderoso y puede quemar como el fuego. Mi mente está convencida de que entregará todo el alimento al Raksasa y luego se librará de él. Ya hemos visto a muchos Raksasas gigantes y fuertes librar una batalla con mi heroico hijo y cada uno de ellos fue matado".

"Pero esto no debe ser contado a nadie, sin importar a quién, ¡oh brahmana!, porque seguramente la gente querrá conseguir este conocimiento y por curiosidad acosarán a mis hijos. Y si incluso mi hijo sin el permiso de su guru fuera a enseñar su conocimiento a otro, la ciencia no funcionaría. Esa es la opinión de los sabios santos".

Ante estas palabras de Kunti el brahmana y su esposa acogieron alegremente su propuesta, la cual les parecía como néctar de los dioses que da vida. Acto seguido Kunti y el brahmana fueron y hablaron con Bhima diciéndole que debería ejecutar la misión. Bhima aceptó y dijo: "que así sea".

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