Mahābhārata La historia de la Gran India
<< 49 Los viajes celestiales de Bhima >>

La poderosa esposa de Bhima le muestra las maravillas de los reinos superiores. El sabio Vaisampayana está contando la historia de los Pandavas a su bisnieto, el rey Janamejaya. A medida que continúa el Mahabharata, Bhima, después de haber matado al devorador de hombres Hidimba, trata de librarse de la hermana de devorador de hombres, que ha comenzado a viajar con ellos.

Bhimasena dijo: "Los Raksasas recuerdan sus resentimientos y recurren a desconciertos mágicos para vengarse. ¡Tú eres una de ellos, Hidimba! ¡Ahora sigue el camino de tu hermano!"

Yudhisthira dijo: "Bhima, ¡oh tigre de hombres!, incluso si tú estás enojado nunca debes matar a una mujer. Protege la ley sagrada Pandava, y no te preocupes acerca de proteger tu cuerpo. El poderoso demonio llegó para matarnos pero tú lo mataste, ¿por consiguiente qué puede hacer su hermana en contra de nosotros, incluso si ella está enojada en secreto?"

Con sus manos juntas en signo de sumisión Hidimba se dirigió a Kunti (a Yudhisthira y Arjuna) y suplicó por ayuda.

"¡Oh noble mujer!, usted sabe cuanto sufre una mujer cuando es golpeada por las flechas de Cupido. Ahora buena mujer, ese dolor ha alcanzado mi corazón debido a Bhimasena. Toleré la más grande pena, esperando por el tiempo adecuado, pero ahora mi tiempo ha llegado para ser verdaderamente feliz. Abandonando a mis mejores amigos, mis deberes y a mi gente. ¡Oh buena dama!, escogí a este tigre de hombre, tu hijo, como mi esposo. Mujer más honrada, he escogido a este hombre y ¿tú también rechazas mi propuesta para casamiento porque hablo como lo hago? Ya sea que usted me considere una tonta o una sierva abnegada, ¡oh afortunada mujer!, por favor ¡úneme con tu hijo en sagrado matrimonio! Otorgándome a tu hijo, tan apuesto como un dios, iré con él a donde desee, y cuando mi deseo haya sido satisfecho regresaremos. Por favor ten fe en mí mujer equitativa.

"Y cuando todos ustedes piensen en mí, los mejores de los hombres, entonces regresaré con ustedes ya sean tiempos difíciles y me los llevaré por caminos intransitables, cuando ustedes deseen viajar a gran velocidad los llevaré a todos ustedes sobre mi espalda. Pero ahora, por favor denme su misericorida para que Bhimasena me acepte.

"Se dice: 'Para escapar de un desastre un hombre debe salvar su vida por cualquier medio práctico y alguien que siga esta regla debe honrar cualquier medio práctico como su deber. Sin embargo, esto no significa que se deba recurrir a actos malvados, porque incluso en suma necesidad se debe mantener los principios más elevados. Alguien que sabe esto es el estudiante más grandioso de la virtud, porque la calamidad a menudo trae la ruina de los principios religiosos y de aquellos que los practican. Pero la virtud preserva nuestra vida y la virtud es la dadora de vida, cualquier medio que se adopte para preservar nuestra virtud no puede ser condenado' ".

Yudhisthira dijo: "Es exactamente como tú lo has dicho Hidimba; no hay duda de ello. La religión debe practicarse como tú lo has descrito, delgada dama. Bhimasena deberá ahora tomar su baño y realizar sus ritos diarios. Deja que tome el cordón sagrado de matrimonio y puedas recibirlo como tu esposo antes de que el sol se ponga. Puedes viajar con él durante la luz del día tanto como lo desees y a la velocidad de la mente pero siempre deberás traer a Bhimasena de regreso con nosotros por la noche".

Entonces la Raksasi Hidimba le prometió diciendo: "Así será".

Tomando a Bhimasena, su esposo, Hidimba viajó por el espacio y fueron a visitar hermosos picos montañasos y santuarios de los dioses, moradas encantadoras siempre resonando con los sonidos de ciervos y aves. Asumiendo la forma femenina más hermosa, adornandose con todo tipo de exquisita joyería y conversando muy dulcemente le dio placer en todos estos lugares al hijo de Pandu.

De igual modo Hidimba lo deleitó en bosques inaccesibles y en las cimas de colinas con árboles florecientes; en lagos encantadores engalanados con el florecimiento de flores de loto; en islas creadas por ríos y playas donde la arena estaba compuesta de gemas; en las aguas de los sagrados bosques, en los ríos de las montañas, en las tierras del oceano llenas de joyas y oro; en encantadoras aldeas; en bosques de árboles sala gigantes; en los bosquecillos sagrados de los dioses; en acantilados de las montañas; en las moradas de los Guhyakas místicos; en los santuarios de los ascetas y en las riveras del lago celestial Manasa en el cual abundan las frutas y flores de todas las estaciones.

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