Mahābhārata La historia de la Gran India
<< 43 Atravesando la espesura del bosque >>

Habiendo escapado de una calamidad, los Pandavas y su madre ahora se enfrentan a los peligros de la selva. El sabio Vaisampayana está contando la historia de los Pandavas a su bisnieto, el rey Janamejaya. A medida que el Mahabharata continúa, los Pandavas y su madre han escapado de la casa en llamas de laca, y Bhima dirige -y a veces carga- a su madre ya sus hermanos a través de la selva.

Bhima se desplazaba rápidamente por la selva, ¡oh rey! con sus poderosos muslos haciendo que los árboles y la espesura se arremolinaran y provocando vientos que soplaban como ráfagas de verano en los meses de Suci y Sukra. El poderoso Bhima hizo su propia vereda destrozando ramas y aplastando plantas y grandiosos árboles, desprendiendo matorrales que estaban a su paso y derribando árboles gigantes que crecían de la tierra y daban sus frutos en el cielo. Inconmensurable era la fuerza de Bhima y mientras iba atravesando el bosque, su velocidad y fuerza dejó a los Pandavas mareados y aturdidos.

Más de una vez los Pandavas cruzaron a nado anchos ríos. En tierra ellos adoptaron disfraces por temor a Duryodhana, el hijo de Dhrtarastra. Cuando el andar era peligroso---terrenos traicioneros, riberas y laderas---Bhima llevaba cargando a su gloriosa madre cuyo cuerpo era muy delicado.

Cuando cayó la noche esos toros de la raza Bharata llegaron a un rincón del vasto bosque donde los alimentos como raíces, frutos e incluso el agua era escasa y donde las aves y las bestias eran crueles y espantosas. Sombría era esa penumbra, horribles aves y bestias vagaban por los alrededores, todas las direcciones se enceguecieron con la obscuridad y soplaron vientos fuera de estación.

Afectados por fatiga, sed y un sueño irresistible, los Kauravas no podían continuar más allá. Luego cargando a los demás, Bhima, el mejor de los Bharatas, entró al inmenso y atemorizante bosque donde no vivía ningún hombre. Rápidamente se puso bajo el refugio de un ancho y encantador árbol baniano donde colocó a toda la familia.

Bhima dijo: "Mi señor Yudhisthira voy a buscar agua en la cercanías, todos ustedes descansen ahora. Las grullas exclaman canciones con dulzura, así que pienso debe haber un depósito de agua en esta área".

"¡Sí, está bien!" dijo el hermano mayor.

Bhima fué al lugar donde las aves marinas estaban cantando. Allí, oh rey, bebió agua buena y limpia y se bañó. Luego usando lo que traía de camisa recogió agua para su familia. Rapidamente regresó de una distancia de varios kilómetros, ansioso de llevarle agua a su madre. Viendo a su madre y hermanos durmiendo en el suelo raso, Vrkodara [Bhima] se llenó de desdicha y se afligió por ellos.

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