Mahābhārata La historia de la Gran India
<< 4 Gandhari dá a luz >>

Sri Vaisampayana dijo:
¡Oh rey!, luego Dhrtarastra engendró cien hijos en su esposa Gandhari y el ciento uno nació de la hija de un comerciante. Y para extender su linaje Pandu obtuvo cinco hijos a través de sus dos esposas, Kunti y Madri, todos guerreros Maharatha, estos cinco hijos fueron engendrados por los propios semidioses.

El rey Janamejaya dijo:
¡Oh el mejor de los nacidos por segunda vez!, ¿cómo nacieron cien hijos de Gandhari? ¿cuánto tiempo tardó en procrearlos y cuál fue el primogénito? ¿cómo es que nació un hijo de Dhrtarastra en la hija de un comerciante? y ¿cómo pudo Dhrtarastra despreciar a una esposa como Gandhari, que siempre estuvo consagrada a su felicidad y que siempre permaneció en el sendero de la rectitud?

¿Cómo es que Pandu, a pesar de ser maldecido por un sabio santo pudo obtener de los semidioses cinco hijos que eran todos guerreros Maharatha?, ¡oh asceta cuya riqueza es la austeridad!, sabes las respuestas a mis preguntas, explica estos eventos en detalle tal como ocurrieron porque nunca me canso de escuchar acerca de mis antepasados.

Sri Vaisampayana dijo:
En una ocasión en que el gran sabio Dvaipayana también conocido como Vyasa estaba atribulado por el hambre y la fatiga, Gandhari, la esposa casta de Dhrtarastra se encontró con él y en ese estado agobiado lo satisfacio completamente con su servicio dedicado, por lo tanto Vyasa le ofreció una bendición y ella le pidió tener cien hijos del mismo carácter que el de su esposo, Vyasa la bendijo concediendole lo que deseaba y con el correr del tiempo se embarazó de su esposo, Dhrtarastra.

Gandhari llevaba dos años completos de embarazo y todavía no tenía hijos por lo que gradualmente la aflicción cautivó su mente, al escuchar que su concuña Kunti había dado a luz a un hijo que era como un pequeño semidiós del Sol y viendo que no había progreso en su propio embarazo Gandhari pensó desesperadamente qué hacer, incapaz de soportar su frustración golpeó su vientre repetidamente y con gran esfuerzo, causando que el embrión se desprendiera, un trozo de carne duro como una bola de hierro rojiza cayó del útero. Después de dos años de sufrimiento éste era el resultado, dolor y cólera se desarrollaron en su pecho y sin decir nada a su esposo Gandhari estaba a punto de arrojar el pedazo de carne.

El gran sabio Vyasa la había bendecido para que tuviera cien hijos y con su poderosa visión pudo darse cuenta que Gandhari estaba a punto de destruir a su embrión, por consiguiente el elocuente sabio se apresuró hacia ella y viendo la masa carnosa le dijo: ¡oh hija de Subala!, ¿qué es lo que estás planeando hacer?

Gandhari con veracidad reveló su plan al gran sabio, dijo: cuando escuché que Kunti había tenido primero un hijo y que era tan hermoso como el propio semidiós del Sol no pude contener la frustración y golpeé al embrión pegándole a mi vientre, mi señor, en una ocasión usted me bendijo para tener cien hijos, pero en lugar de ellos he dado a luz a esta masa de carne.

Vyasadeva dijo:
Querida hija de Subala, aún así no puede ser de otra manera porque mis palabras nunca son falsas incluso cuando las hablo en broma, ciertamente que cualquier cosa que te prometí se hará realidad. Rápidamente prepara cien vasijas y llénalas con mantequilla clarificada, luego salpicaremos con agua fría la bola de carne y mantengamosla junto con estas vasijas en un lugar cuidadosamente guardadas.

Sri Vaisampayana dijo:
Cuando a la bola carnosa la salpicaron con agua fría con el tiempo se dividió en 101 embriones pequeños, cada uno del tamaño del dedo pulgar, Vyasadeva luego colocó a los embriones en las vasijas llenas con mantequilla clarificada e hizo los arreglos para que las vasijas estuvieran cuidadosamente guardadas, Vyasa instruyó a Gandhari de que las potes deberían ser abiertos después de que cierto periodo de tiempo hubiera transcurrido. Habiendo acabado los preparativos, la gran alma Vyasadeva regresó a las poderosas montañas Himalayas para continuar con sus austeridades.

Gandhari siguió cuidadosamente las instrucciones del gran sabio y eventualmente su pirmer hijo nació y se le llamó Duryodhana, aunque Duryodhana era el hijo primogénito de Gandhari y Dhrtarastra, el hijo de Pandu Yudhisthira era obviamente mayor y siendo por nacimiento el príncipe Kuru de más edad.

De hecho, en el momento en que su hijo nació Dhrtarastra convocó a muchos brahmanas eruditos, junto con Bhisma y Vidura diciéndoles: Reconozco que el primogénito entre los príncipes Kurus es Yudhisthira, el hijo de Pandu siendo el mayor y tengo la certeza que traerá solo fortuna a nuestra familia, por sus propias cualidades excelsas se ha ganado el derecho de gobernar nuestro reino y no podemos decir ni siquiera una palabra en contra de él, pero mi hijo que nació un poco después de Yudhisthira ¿también se volverá un rey digno?, todos ustedes díganme con veracidad y precisión del futuro que le depara a mi hijo.

Apenas Dhrtarastra había terminado de hablar cuando aparecieron presagios maléficos en todas las direcciones, chacales y otras bestias carroñeras comenzaron a aullar y observando tales señales terribles por todas partes los brahmanas junto con el sabio Vidura le dijieron a Dhrtarastra: ¡oh rey, es palpable de estos presagios que este hijo tuyo destruirá la dinastía entera!, si deseas algo de paz para tu familia te pedimos encarecidamente que rechaces a este hijo, si tú lo crias como tu hijo cometarás un grave error, ¡oh rey! satisfacete con noventa y nueve hijos, sacrifica uno para proteger a tu propia famlia y para salvar al mundo, rechaza a un familiar para salvar a una familia y a una familia para salvar a un pueblo, y un pueblo puede ser sacrificado para salvar a una nación y a todo el mundo deberá renunciarse para salvar a nuestra alma.

Aunque fue asesorado por Vidura y por todos los brahmanas eruditos, Dhrtarastra fue incapaz de seguir su consejo al estar desconcertado por el afecto a su hijo de tierna edad, en el mes siguiente todos los demás hijos de Dhrtarastra nacieron así como también una hija, o sea su ciento un hijo.

Durante el tiempo que Gandhari había estado incapacitada y sufriendo con la carga de su gran y prolongado embarazo, la hija de un comerciante había cuidado del poderoso Dhrtarastra, quien era ciego y siempre necesitaba de una enfermera, después de atenderlo por un año la mujer dio a luz a un niño, el famoso y sabio Yuyutsu, también conocido como Karana por su nacimiento mezclado entre un padre de la realeza y una madre vaisya o familia mercantil.

De esta forma el instruido Dhrtarastra engendró cien hijos guerreros de un linaje real junto con una adorable hija llamada Duhsala [y además engendró un hijo en una doncella vaisya], cada uno de estos cien hijos se convertiría en maestros de cuadrigas de combate, capaces de pelear cada uno con miles de guerreros enemigos.

Janamejaya dijo:
Nos has contado cómo por la misericordia del santo Vyasa, Dhrtarastra tuvo cien hijos, también mencionaste que Dhrtarastra engendró un hijo llamado Yuyutsu con una enfermera nacida de una comunidad mercantil, pero no has explicado acerca de la hija de Dhrtarastra.

Es bien sabido, ¡oh sin pecado!, que Gandhari fue bendecida por Vyasadeva, el vidente de un poder inmensurable, a que tuviera cien hijos. Ahora mi señor, por favor descríbeme como nació esa única hija, si el santo Vyasa dividió el trozo de carne en cien partes y si Gandhari no tuvo otros hijos depués de ellos, ¿cómo es que su hija Duhsala nació?, por favor cuéntame que fue lo que sucedió, ¡oh sabio erudito!, estoy extremadamente curioso de escuchar acerca de esto.

Vaisampayana dijo:
Querido descendiente de Pandu has planteado una muy buena pregunta y te la responderé.

El gran asceta Vyasa había salpicado agua fría sobre el pedazo de carne dividiendolo en diferentes partes vivientes, mientras cada uno de los nuevos embriones aparecía, la enfermera de Gandhari los colocaba uno por uno en vasijas llenas con mantequilla clarificada, al mismo tiempo que esto sucedía, la piadosa Gandhari siempre firme en sus votos religiosos comenzó a meditar cómo sería si tuviera una hija, la adorable mujer había sido bendecida para tener cien hijos, pero ahora dentro de su mente sentía el afecto natural de madre por una hija, mientras más pensaba en ello, más crecía su deseo.

Gandhari pensó: indudablemente el sabio santo cumplirá su promesa y tendré cien hijos pero si tan sólo pudiera tener una hija, sentiría la satisfacción más grande, tan solo una hija pequeña más joven que sus cien hermanos sería tan bonito, luego mi esposo disfrutaría los beneficios piadosos dados a aquellos cuyas hijas engendran buenos hijos.

Las mujeres comparten un amor especial por el yerno, he sido bendecida con cien hijos pero si tan solo tuviera una hija (a quien casaría con un excelente yerno, luego rodeada por hijos y por mis nietos por parte de mi hija, ciertamente satisfacería todos mis deberes en la vida.

[La mente de Gandhari estaba fija en su deseo de tener una hija y le ofreció la siguiente oración a Dios:].

Si he sido veraz en la vida, si he ejecutado austeridades, dado caridad o encendido el fuego de sacrificio, si alguna vez he complacido a superiores respetables, entonces por favor que pueda tener una hija.

Justo cuando Gandhari estaba orando de esta forma el ilustre sabio Dvaipayana Vyasa terminó de dividir el trozo de carne y contó las porciones para asegurarse de que hubieran cien, luego se dirigió a Gandhari y le dijo: querida dama, aquí hay cien hijos y por lo tanto no hice una promesa falsa, pero de algún modo por arreglo de la providencia hubo una porción extra además de las cien y se convertirá en la hija que tanto deseas, ¡oh afortunada mujer!

Vaisampayana dijo:
Luego el gran asceta Vyasa dispuso de un pote más lleno con mantequilla clarificada que se había traido a ese lugar y le colocó adentro el embrión que sería la hija de Gandhari, y así estimado rey Bharata, te he explicado cómo Gandhari dió a luz a su única hija llamada Duhsala, ahora díme rey sin pecado: ¿qué más te narraré?

Dona al Bhaktivedanta Library