Mahābhārata La historia de la Gran India
<< 28 Los jovenes muestran sus habilidades >>

Luego esos grandes héroes adolecentes exhibieron las armas más asombrosas, algunas personas de la multitud agacharon sus cabezas por temor a ser golpeados por el disparo de una flecha y otras personas con valentía miraban fijamente la exhibición, infundidos con sumo asombro. Los príncipes montados en caballos le atinaron a los blancos con descargas de flechas hermosamente marcadas con el nombre del arquero y disparadas con agilidad y rapidez. Observando la fuerza de los jóvenes al empuñar sus arcos y flechas la multitud quedó asombrada, como si hubieran visto una mansión mágica Gandharva en el cielo. Con los ojos muy abiertos por el asombro cientos y miles de espectadores de repente gritaron ¡sadhu!, ¡sadhu!"* mientras los alucinantes acontecimientos se desarrollaban. Y los poderosos príncipes continuaron exhibiendo sus habilidades---con arcos, en cuadrigas, montados en elefantes, montados en caballos y en combate cuerpo a cuerpo.

Luego los combatientes tomaron sus espadas y escudos y moviéndose por todo el campo demostraron diferentes habilidades con la espada tal como se les había enseñado, mientras los príncipes competían con espada y escudo los experimentados espectadores estudiaron sus tácticas, osadía, estabilidad, agilidad y firmeza en la sujeción de las armas.

Después Duryodhana y Bhima siempre animados para el combate llegaron caminando juntos, con mazas en la manos, sus armas, que eran como dos grandes montañas con un sólo pico. Y tensaron sus cinturones, estos dos gerreros fuertemente armados estaban descaradamente determinados en mostrar su fuerza masculina. Mientras se enfrentaban, su fuerza sólo aumentaba, como si fueran dos elefantes locos o toros luchando por una mujer dispuesta. Los dos hombres poderosos, enloquecidos como toros lujuriosos, se rodeaban entre sí, manteniendo el otro a la izquierda. El grandioso Vidura describió a Dhrtarastra todos los hechos de los jóvenes príncipes, mientras que Kunti narró a Gandhari.

Con el príncipe Kuru en la arena contra Bhima, el mejor de los hombre fuertes, la multitud se dividió en dos bandos tomando partido de acuerdo a su afecto.

"¡Adelante, héroe!", "¡adelante, rey Kuru! "¡Vamos, Bhima!", animaba la gente y su repentino griterío y vocerío a cada nuevo golpe resonó por toda la arena. Viendo el estadio temblar como un mar tempestuoso, el sabio Drona le dijo a su querido hijo Asvatthama: "Tanto Bhima y Duryodhana están muy bien adiestrados y son muy fuertes. Deténlos antes de que un disturbio se manifieste en el estadio.

Así el hijo del guru detuvo a los dos guerreros ---tan salvajes como el fuego de la aniquilación cósmica y tan fuertes como el océano--- y que permanecieron con sus mazas levantadas.

* "¡Excelente! ¡Excelente!"

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