Mahābhārata La historia de la Gran India
<< 16 Las Semillas del Odio de Duryodhana >>

Después de la muerte del rey, Pandu, sus hijos, los Pandavas, fueron criados como príncipes bajo el cuidado de su tío ciego, Dhrtarastra, y su abuelo Bhisma. A medida que el Mahabharata continúa, el sabio Vaisampayana cuenta cómo el Pandava Bhima invocó el resentimiento de uno de los hijos de Dhrtarastra.

Los Pandavas fueron entrenados en todas las ceremonias reformatorias védicas destinadas a santificar la vida humana y crecieron con firmeza disfrutando de todos los placeres de la vida principesca, viviendo en la casa de su padre jugaban con los hijos de Dhrtarastra todos los juegos que los niños suelen jugar, los Pandavas superaban a sus primos en comer, correr, atinarle a un blanco y en levantar polvo, Bhimasena derrotó completamente a todos los hijos de Dhrtarastra. Mientras los hijos de Dhrtarastra jugaban Bhimasena juguetonamente los agarraba del mechón de cabellos por encima de sus oídos y sostenía sus cabezas agachadas, el jóven Pandava los hacía pelear uno contra el otro.

Todos los hijos de Dhrtarastra eran jóvenes muy poderosos, entrenados y destinados a ser guerreros y reyes, pero Vrkodara, Bhima, sin ayuda los empujaría y los derrotaría a todos ellos sin dificultad, aunque eran 101. Con gran fuerza los agarraba por las piernas, los jalaba y los arrastraba por el suelo raspando sus rodillas, cabezas y caras. Cuando los jovencitos jugaban en el agua Bhima abrazaba a diez de ellos manteniéndolos sumergidos en el agua hasta que casi se ahogaban y después los soltaba, cuando se trepaban a un árbol para colectar frutas Bhima golpeaba el árbol con su pie y lo sacudía tan fuertemente que los chicos mareados caían con sus brazos llenos de frutas. En combate, en carreras, en ejercicios y gimnasia, los chicos nunca le podían ganar a Bhima.

Aunque Bhima siempre competía con sus primos nunca tenía el deseo de lastimarlos, más bien actuaba con entusiasmo juvenil, pero sus primos desarrollaron un terrible odio hacia él, aunque Bhima de ninguna manera lo sentía por ellos. Viendo que Bhima se estaba volviendo famoso por su fuerza, un fiero hijo guerrero de Dhrtarastra comenzó a mostrar una actitud malvada hacia Bhima, a medida que los hijos de Pandu y Dhrtarastra se convertían en jóvenes este hijo de Dhrtarastra se alejó de la virtud y empezó a contemplar actos malévolos. Tan engañado estaba por la codicia de poder que su mente se volvió pecaminosa.

Él pensó: "Bhima es el hombre más fuerte y ya que no puedo matarlo con rectitud destruiré con artimañas al hijo intermedio de Kunti y Pandu, luego al capturar y encerrar a su hermano mayor, Yudhisthira y a su hermano menor Arjuna, gobernaré la Tierra y todas sus riquezas".

Habiéndose decidido, este hombre pecaminoso llamado Duryodhana, comenzó a buscar constantemente por oportunidades para asesinar a la gran alma Bhimasena.

Para los deportes acuáticos ¡oh Bharata!, Duryodhana tenía unas grandes y coloridas tiendas de campaña instaladas en la ribera del Ganges cerca de Pramana-koti, todos los primos fueron allí. Cuando los juegos terminaron se pusieron ropas frescas y atractiva joyería y silenciosamente disfrutaron de un montón de suntuosos platos de alimento que satisfacian todos sus deseos. Cuando el día había terminado los príncipes Kuru exhaustos por el largo día deportivo entraron ansiosos a sus tiendas de campaña para descansar, incluso el poderoso Bhima estaba fatigado habiendo ganado todas las competencias y juegos. Este príncipe poderoso había cargado a todos los otros chicos durante sus juegos en el agua, ansioso por irse a dormir por la noche se trepó al montículo de tierra donde sus tiendas de campaña se habían erigido y se dormió en la tierra fértil de Pramana-koti, cansado y mareado por la bebida, ¡oh rey! el hijo de Pandu vestido con ropa blanca durmió inmóvil, como si fuera un cuerpo muerto.

Duryodhana silenciosamente se acercó a Bhima en la obscuridad de la noche y lo ató con fuertes sogas hechas de plantas rastreras, lo sacó fuera de la meseta donde estaba el campamento arrojándolo al agua profunda de abajo que lo arrastró con terrible fuerza, como la del propio Bhima. Despertándose dentro de las impetuosas olas del Ganges, el hijo de Kunti, el mejor de los guerreros, rompió las cuerdas que lo ataban y se salió del agua.

En otra ocasión mientras Bhima dormía Duryodhana trajo serpientes muy venenosas con puntiagudos colmillos y de temperamento furioso para que mordieran las partes débiles y mortales del cuerpo de Bhima, pero incluso cuando esas terribles serpientes clavaron furiosamente sus colmillos en las partes más suaves del cuerpo de Bhima no pudieron perforar su piel, porque su cuerpo de pecho amplio era tan duro como el hierro. Luego Bhima se despertó y aplastó a todas las serpientes y al mismo tiempo golpeó al conductor favorito de su carruaje con el dorso de su mano.

En otra ocasión Duryodhana puso veneno Kalakuta dentro de la comida de Bhima, tan mortífera era que hablar de ello hace que a uno se le erizen los vellos. Yuyutsu, hijo de su madre vaisya, quería salvar a los hijos de Partha por consiguiente les dijo lo que había pasado, pero Bhima ya se había comido el alimento y sin sentir ningún efecto simplemente lo digirió.

De modo que con varias estratagemas y complots Duryodhana, Karna y Sakuni, el hijo de Subala trataron de asesinar a los hijos de Pandu, ¡oh subyugador del enemigo!, los Pandavas desentrañaron todo lo que estaba sucediendo pero con determinación siguieron el consejo de Vidura y no dieron a conocer lo que sabían.

Viendo que los juegos de los niños se estaban volviendo muy violentos el rey Dhrtarastra buscó a un guru para educar a los chicos, eventualmente los puso al cuidado de Gautama también conocido como Krpa, un maestro de la literatura védica quien había nacido de un manojo de hierba.

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