Mahābhārata La historia de la Gran India
<< 137 La persona más honorable en la Tierra >>

El rey Yudhisthira debe decidir quién será el primero en ser honrado en su gran sacrificio. El sabio Vaisampayana está contando la historia de los Pandavas a su bisnieto, el Rey Janamejaya. A medida que la narración continúa, Vaisampayana describe el gran sacrificio de Rajasuya del rey Yudhisthira, ahora emperador del mundo.

Yudhistira se levantó para recibir a su abuelo Bhisma y a su maestro Drona y, habiéndolos saludado respetuosamente, habló estas palabras a Bhisma, Drona, Krpa, Asvatthama, Duryodhana y Vivimsati:

"En este sacrificio, todos deben darme su misericordia, porque cualquier riqueza que sea mía en este mundo es suya, como lo soy yo mismo. Así que todos ustedes, como desean, aliéntenme en este asunto sin restricciones"

Después de decir esto, el hijo primogénito de Pandu fue iniciado para el rito y entonces contrató a todos sus invitados en responsabilidades apropiadas. Le dio a Duhsasana la responsabilidad de toda la comida y asignó a Asvatthama la recepción de brahmanas. Confió completamente a Sanjaya la tarea de dar la bienvenida a los reyes y a los grandes pensadores Bhisma y Drona les encomendó la tarea de discernir qué se debía hacer y qué no se debía hacer. El rey Yudhisthira hizo que Krpa inspeccionara las monedas de oro, los lingotes y las joyas y distribuyera las recompensas sacerdotales y la caridad general. Y de la misma manera le asignó a los otros hombres tigres varios deberes.

Bajo la guía de Nakula, Bahlika, Dhrtarastra, Somadatta y Jayadratha se divirtieron como señores en sus propias propiedades. Vidura, conocedor de todos los principios justos, se hizo cargo de pagar a todos los empleados que el estado había contratado para la ocasión, y Duryodhana recibió meticulosamente los preciosos regalos que trajeron los invitados.

Todo el mundo había llegado allí, deseando disfrutar de la máxima recompensa y deseando ver el salón de actos y al Rey Yudhisthira, el Pandava que era el rey de la virtud. Nadie trajo menos de mil regalos, y con muchas joyas los huéspedes respetables enriquecieron a Dharmaraja Yudhisthira. "¡Es especialmente por mis regalos de joyas que Yudhisthira realizará el sacrificio!" De esta manera, rivalizando entre sí, los reyes dieron riqueza a Yudhisthira.

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