Manu-smṛti
<< Libro VI - Deberes del anacoreta y del ascético >>

1Habiendo previamente terminado sus estudios, después de haber permanecido así en la orden de los dueños de casa, conforme a la regla, debe el Dwidja vivir enseguida en el bosque, con firme resolución y siendo perfectamente dueño de sus órganos.
2Que cuando el jefe de casa ve que su piel se arruga y sus cabellos blanquean se retire a un bosque(1).
3Que renunciando a los alimentos que se comen en las ciudades y a todo lo que posee, confiando su mujer a sus hijos, parta solo ó lleve consigo a su mujer.
4Que llevando su fuego sagrado y todos los utensilios domésticos empleados en las oblaciones, abandonando la ciudad para retirarse al bosque, permanezca allí señoreando sus órganos de los sentidos.
5Que celebre las cinco grandes oblaciones, según las reglas prescritas, con las diferentes clases de granos puros que sirven de alimento a los Munis como el arroz salvaje, con hierbas, raíces y frutos.
6Que se vista con un piel de gacela ó vestido de corteza; que se bañe mañana y tarde; que lleve siempre los cabellos largos(2) y deje crecer su barba, los pelos de su cuerpo y sus uñas.
7Que haga, en cuanto esté a su alcance, ofrendas a los seres animados y limosnas con una porción de lo destinado a su alimento y honre a los que vienen a su ermita, presentándoles agua, raíces y frutos.
8Debe dedicarse sin cesar a la lectura del Veda, sufrir todo con paciencia, ser benevolente y perfectamente recogido, dar siempre, no recibir nunca, mostrarse compasivo con todos los seres.
9Que haga con regularidad las ofrendas al fuego dispuesto según el modo Vitana(3), no olvidando en tiempo conveniente las oblaciones del día de luna nueva y de luna llena.
10Que celebre también el sacrificio en honor de las constelaciones lunares, la ofrenda del grano nuevo, las ceremonias que se celebran cada cuatro meses y las del solsticio de invierno y las del solsticio de verano.
11Que haga separadamente, según la regla, los pasteles y los otros manjares destinados a ser presentados en ofrenda con granos puros, alimento de los Munis, que crecen en la primavera ó en otoño(4) y que él mismo haya cosechado.
12Que coma las hierbas que se crían en la tierra ó en el agua, flores, raíces y frutos producido por árboles puros y los aceites que se forman en los frutos.
13Que evite el tomar miel y carne, hongos terrestres, bustrina(5), sigruka(6) y los frutos del sleshmataka(7).
14En el mes de aswina debe arrojar los granos salvajes que había acumulado precedentemente así como los vestidos viejos, las hiervas, las raíces y los frutos cosechados por él.
15Que nunca coma lo que ha brotado en un campo labrado, aunque este campo haya sido abandonado por su propietario, ni raíces y frutas que provengan de un pueblo, aún cuando le atormente el hombre.
16Puede comer alimentos cocidos al fuego ó frutos maduros; para aplastar ciertos frutos, emplear una piedra ó servirse de los dientes a guisa de mano de mortero.
17Que recoja grano para cada día solamente ó que haga provisión de él para un mes, para seis meses o para un año.
18Que después de haberse procurado en cuanto haya podido, de qué alimentarse, coma en la tarde y en la mañana solamente cuando llega el momento de la cuarta ó de la octava comida(8).
19O que observe las reglas de la penitencia unar (Chandrayana)(9) durante la quincena iluminada ó durante la quincena obscura ó que coma una sola vez al fin de cada una de estas quincenas, granos hervidos.
20O que no viva absolutamente sino de flores y de raíces y de frutos maduros por el tiempo que han caído espontáneamente, observando estrictamente los deberes de los anacoretas.
21Que se revuelque en tierra ó se mantenga todo un día sobre la punta de los pies; que se levante y se siente alternativamente y que se bañe tres veces al día(10).
22Que en la estación cálida (grishama)(11), soporte el ardor de los cinco fuegos(12); que durante las lluvias (varshas) se ponga enteramente desnudo bajo los torrentes de agua que vierten las nubes; que durante la estación fría (hemanta) lleve un vestido húmedo, aumentando gradualmente sus austeridades.
23Que tres veces al día haciendo su ablución, satisfaga a los Dioses y a los Manes con una libación de agua, y que reseque su substancia mortal entregándose a austeridades cada vez más rigurosas.
24Que entonces, habiendo depositado en sí mismo, según la regla, los fuegos sagrados, tragando las cenizas, no tenga más fuegos domésticos ni habitación; que guarde el más absoluto silencio y viva de raíces y de frutos.
25Que esté exento de toda inclinación a los placeres sensuales, que sea casto como un novicio que tenga por lecho la tierra, no consulte su propio gusto para elegir una habitación y resida al pie de los árboles.
26Que reciba de Bracmanes anacoretas y otros Dwidjas dueños de casa que residen en el bosque, la limosna necesaria para el sostenimiento de su existencia.
27Ó puede traer alimento de un pueblo, después de haberlo recibido en una fuente hecha de hojas ó en la mano desnuda ó en un tiesto, y comer ocho bocados.
28Tales son, con algunas otras todavía, las prácticas piadosas que debe observar un Bracmán retirado a un bosque; y para unir su alma al Ser supremo debe estudiar las diferentes partes teológicas (Upanishads)(12) del Libro revelado.
29Que han sido respetuosamente estudiadas por los devotos ascéticos y por los Bracmanes dueños de casa retirados a un bosque para el acrecentamiento de su ciencia y de sus austeridades y para la purificación de su cuerpo.
30Ó que si tiene alguna enfermedad incurable, se dirija hacia la región invencible del noroeste y con paso seguro camine hasta la disolución de su cuerpo, aspirando a la unión y no viviendo sino de agua y de aire.
31El Bracmán que se ha desprendido de su cuerpo por una de estas prácticas que han puesto en vigor los grandes Rishis, que está exento de pena y de temor, es admitido honrosamente en la mansión de Brahama.
32Cuando el anacoreta ha pasado así en los bosques el tercer período de su existencia, debe en el cuarto abrazar la vida ascética, renunciando enteramente a toda especie de afecto.
33El hombre que ha pasado de orden a orden(14), que ha hecho las oblaciones requeridas al fuego, que ha señoreado siempre sus órganos, fatigado de dar limosna y de hacer ofrendas, consagrado a la devoción ascética, obtiene, después de su muerte, la suprema felicidad.
34Que después de haber cancelado sus tres deudas para con los Santos, los Manes y los Dioses(15), encamine su espíritu a la liberación final (Moksha)(16); pero quien antes de haber pagado estas deudas desea la beatitud, se precipita a la mansión infernal.
35Cuando ha estudiado los Vedas del modo prescrito por la ley, cuando ha procreado hijos según el modo legal, y cuando ha ofrecido cuantos sacrificios ha podido, estando canceladas sus tres deudas, puede no pensar entonces sino en la liberación final.
36Pero el Bracmán que, sin haber estudiado los Libros santos, sin haber engendrado hijos, ni haber hecho sacrificios, desea la beatitud, se va al infierno.
37Después de haber celebrado el sacrificio del Pradjapati, en el que presenta a guisa de ofrenda todo lo que posee, según el mandamiento del Veda; después de haber depositado en sí mismo el fuego del sacrificio, un Bracmán puede abandonar su casa para adoptar la vida ascética(17).
38Cuando un hombre imbuido de la parte teológica de los Libros santos, poniendo a abrigo de temor a los seres animados, abandona la orden de los dueños de casa para pasar a la de los devotos ascéticos, resplandecen con su gloria los mundos celestes.
39El Dwidja de quien no experimentan ningún temor las criaturas sensibles, desembarazado de su substancia mortal, no tienen nada que temer de quien quiera.
40Que abrace la vida ascética saliendo de su casa, llevando consigo utensilios puros, con su bastón y su aguamanil, guardando silencio, exento de todo deseo provocado por los objetos que se le presentan.
41Que esté siempre solo y sin compañero, a fin de obtener la felicidad suprema, considerando que la soledad es el único modo de obtener esta felicidad; en efecto, no abandona y no es abandonado y no sufre jamás la pena que esto causa.
42Que no tenga fuego ni domicilio; que vaya a pueblo a buscas su alimento cuando el hombre lo atormenta; que esté resignado, lleno de firmes propósitos; que medite en silencio y fije su espíritu en el Ser divino.
43Una vasija de barro, por morada la raíz de grandes árboles, un mal vestido, una absoluta soledad, el mismo modo de tratar a todo el mundo, tales son los signos que distinguen a un Bracmán que está cercano a la liberación final.
44Que no desee la muerte, que no desee la vida; que espere el momento fijado para él, como criado espera su salario.
45Que purifique sus pasos mirando dónde pone los pies por temor a caminar sobre cabellos, sobre un hueso ó sobre cualquier otra cosa impura; que purifique el agua que beberá, filtrándola con un pedazo de paño por temor a hacer perecer a los animalitos que pudieran hallarse en ella; que purifique las palabras por su verdad; que conserve siempre puro su espíritu.
46Debe soportar con paciencia las palabras injuriosas, no despreciar a nadie y no guardar rencor a nadie por causa de este cuerpo débil y enfermizo.
47Que no se encolerice a su vez con un hombre irritado; que si le injurian responda dulcemente y que no diga palabra vana que se relaciones con los objetos sometidos a las siete percepciones(18) que son los cinco órganos de los sentidos, el sentimiento y la inteligencia; que no hable sino del Ser divino.
48Que meditando con deleite en el Alma suprema, sentado, sin tener necesidad de nada, inaccesible a todo deseo sensual, sin otra sociedad que su alma, viva aquí abajo en espera de la beatitud eterna.
49Nunca debe tratar de procurarse alimento explicando prodigios y presagios(19), ni valiéndose de la astrología ó de la quiromancia, ni dando preceptos de moral casuística ó interpretando la Escritura santa.
50Que no entre nunca a una casa frecuentada por ermitaños, Bracmanes, pájaros, perros ó por otros mendigos.
51Que con los cabellos cortados, provistos de una fuente, de un bastón y de un aguamanil yerre continuamente en perfecto recogimiento, evitando el hacer daño a cualquiera criatura animada.
52Que las fuentes de que se sirve no sean en metal y no tengan fractura alguna: conviene purificarlas con agua así como a las tazas empleadas en un sacrificio.
53Una cantimplora, una fuente de madera, una vasija de barro, una canasta de babú, tales deben ser, según los preceptos de Manú, Swayambhuva (salido del Ser existente por sí mismo) los utensilios de un Yati(19) (devoto ascético).
54Que mendigue su alimento una vez al día y no desee gran cantidad; pues el devoto ávido de limosnas, acaba por abandonarse a los placeres de los sentidos.
55En la tarde, cuando no se ve la humareda de la cocina, cuando está en reposo la mano de mortero, cuando el carbón está apagado, las gentes ahítas, las fuentes ha sido retiradas, es cuando el devoto debe mendigar su subsistencia.
56Que no se aflija si no obtiene nada; que no se de a la alegría si obtiene algo; que no trate sino de sostener su vida; y en la elección de sus utensilios, no consulte su fantasía.
57Que procure sobre todo no recibir limosnas después de un humilde saludo, pues las limosnas así recibidas encadenan con los lazos del renacimiento al devoto que está a punto de librarse de él.
58Que tomando poco alimento, retirándose a apartados lugares, contenga sus órganos, renunciando a toda clase de afecto ó de odio, evitando hacer daño a las criaturas, prepara su inmortalidad.
59Que considere con detención las transmigraciones de los hombres que causan sus acciones culpables; su caída al infierno y los tormentos que sufren en la mansión de Yama.
60Su separación de las personas amadas y su unión con las personas odiadas; la vejez que comienza a hacerse sentir, las enfermedades de que son víctimas.
61El espíritu vital que sale de este cuerpo para renacer en el vientre de una criatura humana y las transmigraciones de esta alma en millones(21) de matrices.
62Las desgracias que sufren los seres animados a consecuencia de su iniquidad y la felicidad inalterable que sientes proveniente de esta contemplación del Ser divino que da la virtud.
63Que reflexione, con la más exclusiva atención de espíritu, en la esencia sutil é indivisible del Alma suprema (Paramatma) y en su existencia en el cuerpo de los seres más elevados y los más bajos.
64Que cualquiera que sea la orden en que se halle un hombre, aunque haya sido acusado con falsedad e injustamente privado de las insignias de su orden, continúe cumpliendo su deber y trate de igual manera a todas las criaturas; llevar las insignias de una orden no es cumplir los deberes de ella.
65Así, aunque el fruto del kataka(22) tenga la propiedad de purificar el agua, no se purificará sin embargo el agua pronunciando solamente el nombre de este fruto.
66Que a fin de no causar la muerte de animal alguno, el Sannuasi camine mirando al suelo, tanto la noche como el día, aún a riesgo de hacerse daño.
67Como en el día y en la noche hace morir involuntariamente a cierto número de animalitos, debe purificarse, bañarse y retener seis veces su aliento.
68Tres supresiones de aliento únicamente hechas según la regla y acompañadas de las palabras sagradas: Bhur, Bhuvah, Swar(23), del monosílabo Aum, de la Savitri y del siras(24), deben considerarse como el acto de devoción más grande de un Bracmán.
69Así como desaparecen las impurezas de los metales cuando se les expone al fuego, así también todas las faltas que pueden cometer los órganos se borran con supresiones de aliento.
70Que borre sus pecados, reteniendo su aliento; que expíe sus faltas, entregándose al más absoluto recogimiento; que reprima los deseos sensuales imponiendo un freno a sus órganos; que destruya con la meditación profunda las cualidades opuestas a la naturaleza divina(25).
71Que entregándose a la más abstracta meditación, observe la marcha del alma a través de los diferentes cuerpos, desde el grado más alto hasta el más bajo, marcha que difícilmente distinguen los hombres que no tienen el espíritu perfeccionado por la lectura del Veda.
72Quien está dotado de esta sublime(26) vista, ya no sufre la esclavitud de las acciones; pero quien está privado de esta vista perfecta, está destinado a volver al mundo.
73No haciendo daño a las criaturas, señoreando sus órganos, cumpliendo con los deberes piadosos prescritos por el Veda y sometiéndose a las más austeras prácticas de devoción, se llega aquí abajo al fin supremo, que es identificarse con Brahama.
74Esta mansión, a la que sirven los huesos de armazón, a la que sirven de ligamen los músculos, cubierta de sangre y de carne, cubierta de piel, infecta, que encierra excrementos y orina.
75Sometida a la vejez y a las penas, afligida por enfermedades, presa de sufrimientos de toda clase, unida a la cualidad de pasión, destinada a perecer, esta mansión humana deber ser abandonada con gusto por quien la ocupa.
76Así como un árbol abandona la orilla de un río cuando lo arrastra la corriente, así como un pájaro abandona el árbol obedeciendo a su capricho, así también quien abandona por necesidad ó por su propia voluntad a este cuerpo, se liberta de un monstruo horrible.
77Dejando a sus amigos sus buenas acciones y a sus enemigos sus fallas, y entregándose a una profunda meditación, se eleva el Sannyasi hasta Brahama, que existe de toda eternidad.
78Cuando, por su conocimiento íntimo del mal, se vuelve insensible a todos los placeres de los sentidos, obtiene entonces la felicidad en este mundo y la beatitud eterna en el otro.
79Habiéndose libertado de esta manera gradualmente de todo afecto mundanal, tornándose insensible a todas las opuestas condiciones como el honor y el deshonor, es absorbido para siempre en Brahama.
80Lo que acaba de se declarado(27) se obtiene siempre por la meditación en la esencia divina; pues ningún hombre, cuando no se ha elevado al conocimiento del Alma suprema, puede cosechar el fruto de sus esfuerzos.
81Que lea constantemente en voz baja la parte del Veda que concierne al sacrificio, la que habla de las Divinidades, la que tiene por objeto el Alma suprema y todo lo que está declarado en el Vedanta(28).
82La Santa Escritura es un refugio asegurado aún para los que no la comprenden, para los que la comprenden y leen, para los que desean el Cielo y para los que aspiran a una eternidad de felicidad.
83El Bracmán que abraza la vida ascética según las reglas que acaban de ser declaradas en el orden conveniente, se despoja aquí debajo de todo pecado y se reúne con la Divinidad suprema.
84Os he manifestado los deberes comunes a las cuatro clases(29) de los Yatis dueños de sí; aprended ahora las reglas particulares a las que están sometidos de la primera clase que renuncian a todas las prácticas piadosas prescritas por el Veda.
85El novicio, el hombre casado, el anacoreta y el devoto ascético forman cuatro órdenes distintas que deducen su origen del dueño de la casa.
86El Bracmán que entra sucesivamente a todas estas órdenes, conforme a la ley y que se conduce del modo prescrito, llega a la condición suprema, es decir, a la identificación con Brahama.
87Pero entre los miembros de estas órdenes, el dueño de casa que observa los preceptos de la Sruti y la Smriti está considerado como el principal de todos; pues es él quien sostiene a los tres.
88Así como todos los ríos y todos los riachuelos van a confundirse en el océano, así también todos los miembros de las otras órdenes vienen a buscar un asilo junto al dueño de casa.
89Los Dwidjas que pertenecen a estas cuatro órdenes, deben practicar siempre con el mayor celo las diez virtudes que componen el deber.
90La resignación, el acto de devolver bien por mal, la temperancia, la probidad, la pureza, la represión de los sentidos, el conocimiento de los Sastras, el del Alma Suprema, la veracidad y la abstinencia de cólera; tales son las diez virtudes en que consiste el deber.
91Los Bracmanes que estudian estos diez preceptos del deber y que después de haberlos estudiado se conforman a ellos, llegan a la condición suprema.
92El Dwidja que practica con el mayor celo estas diez virtudes, que ha escuchado la interpretación del Vedanta como la ley lo prescribe y cuyas tres deudas están canceladas(30), puede renunciar enteramente al mundo.
93Que desistiéndose de todos los deberes religiosos de dueño de casa, habiendo borrado todos sus pecados, habiendo reprimido sus órganos y habiendo comprendido perfectamente el sentido de los Vedas, viva feliz y apacible bajo la tutela de sus hijos(31).
94Después de haber abandonado toda clase de práctica piadosa, dirigiendo su espíritu hacia el único objeto de sus pensamientos, la contemplación del Ser divino, estando exento de todo otro deseo, habiendo expiado sus faltas por la devoción, llega al fin supremo.
95Os he declarado las cuatro reglas de conducta que conciernen a los Bracmanes, reglas santas y que producen frutos imperecederos después de la muerte; aprended ahora cuál es el deber de los reyes.

NOTAS

1Se vuelve Vanaprasha, es decir, habitante de la selva.
2Literalmente, que lleve una djata. Véase más arriba Lib.II, est.219.
3El Vitana consiste en tomar fuego del hueco (kunda) cavado para el fuego llamado Garhapatya y llevarlo a los dos huecos cavados para los fuegos llamados Ahavantya Dakshina.
4La primavera (vasanta) comprende los meses de chetre (marzo - abril) y de vesaka (abril - mayo), el otoño (sarat) los meses de aswina (septiembre - octubre) y kartika (octubre - noviembre).
5Andrpogon schaenanthus.
6Hierba desconocida.
7Cardya myxa.
8Es decir la tarde del segundo ó del cuarto día después de haber ayunado hasta entonces. Se hacen ordinariamente dos comidas l día, una en la mañana, otra en la tarde. (Comentario).
9Véase Lib.XI, est.216.
10En la mañana, a mediodía y en la tarde; es lo que se llama las tres savanas.
11Véase más arriba Lib.III, est.273, nota.
12Cuatro de estos fuegos están colocados en los cuatro puntos cardinales, el sol forma el quinto. (Comentario).
13Véase más arriba, Lib.II, est.140, nota.
14Es decir que ha sido sucesivamente alumno en teología (Braxmachari) dueño de casa (Grihasta) y anacoreta (Vanaprastha).
15Véase más arriba, Lib.IV, est.257.
16El Moksha es la absorción en el Alma suprema. Véase más arriba, Lib.I, est.98.
17Es decir para entrar a la cuarta orden, la de los Sannyasis (devotos ascéticos) sin pasar por la orden de los anacoretas. (Comentario).
18Literalmente que no profiera vana palabra encerrada entre siete puertas.
19Los indios son muy supersticiosos y tienen gran fe en los presagios. En sus obras teatrales se hallan a casa instante huellas de sus prejuicios a este respecto. Así se considera que el temblor del ojo derecho es un presagio desgraciado para una mujer y feliz para un hombre. (Véase Sakuntala, acto V y el Teatro Indio, tomo I, pág.y 1trad.francesa); el temblor del ojo izquierdo es un presagio funesto para un hombre (ibid. P.117, 149, 350), así como el temblor del brazo izquierdo (Teatro Indio, t.I, pág.149). el movimiento del brazo derecho es un signo feliz para el hombre (Ibid. pág. 112). La vista de una serpiente y de un pájaro siniestro anuncian desgracias. (Ibid. pág.149).
20Las palabras Yati, sannyasi y Parivradjaka designan a una religioso de la cuarta orden, Yati significa literalmente, aquel que se ha dominado; Sannyasi, elque ha renunciado a todo; Parivradjaka, el que lleva una vida errante.
21Literalmente, diez mil millones.
22Strychnos potatorum.si se frota con una de las semillas de esta planta el interior de una jarra que sirve para conservar agua, esta hace precipitar las partículas terrosas esparcidas en el agua.
23Véase más arriba Lib.II, est.76.
24La palabra siras significa ordinariamente cabeza. Quizá puede entenderse por esta palabra la primera estrofa del himo al sol, pero no doy esto como seguro. Véase más arriba Lib.II est.nota.
25Tales como la cólera, la avaricia, la maledicencia. (Comentario).
26Es decir, aquel para quien el Ser supremo está presente en todas partes. (Comentario).
27A saber la liberación de todo afecto mundano y la insensibilidad a todas las contrarias condiciones.
28Véase Lib.II, est.160.
29Los Yatis ó Sannyasis, de cuatro clases, son, según el comentario, los Kuticharas, los Bahudakas, los Hansas y los Paramahansas.
30Véase más arriba Lib.IV est.257.
31Esto concierne especialmente al Yati llamado Kutichara. Véase más arriba, est.86.
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