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La luz del Bhāgavata << 39 En el otoño existe un abismo de diferencia entre el día y la noche >>
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| | En el otoño existe un abismo de diferencia entre el día y la noche. Durante el día el extremado calor del Sol es insoportable, pero en la noche la luz de la Luna es muy confortable y refrescante. En forma similar, el Señor Śrī Kṛṣṇa es reconfortante tanto para las gopīs como para el iluso hombre mundano, que acepta el cuerpo como si fuera el alma.
| | Mientras el ser viviente, bajo la ilusión, acepte el cuerpo o la mente como si fueran el alma, siempre será infeliz, igual que un hombre en el calor ardiente del otoño. Pero cuando el mismo ser viviente se vuelve un devoto del Señor Śrī Kṛṣṇa, la Personalidad de Dios, vive una vida reconfortante como los rayos refrescantes de la luna en otoño. El Señor Śrī Kṛṣṇa es tan misericordioso que desciende para rescatar a la doliente humanidad y predica el Bhagavad-gītā con el deseo intenso de que todos los seres vivientes abandonen sus ocupaciones y se refugien a Sus pies de loto. Esta es la parte más confidencial de toda Escritura revelada.
| | Aquí se da el ejemplo de las damiselas de Vrajabhūmi Vṛndāvana (las gopīs) ya que estas consortes eternas del Señor sufrían terriblemente por la separación del Señor Kṛṣṇa, cuando el Señor se ausentaba para atender las vacas en el bosque. Durante la ausencia de Kṛṣṇa, todo el día parecía a las gopīs tan insoportable como un caluroso día de otoño. El Señor apreciaba tanto este sentimiento natural de las gopīs que confesó Su incapacidad para corresponder este intenso amor. El Señor Caitanya elogió los sentimientos de las gopīs como la modalidad de adoración más elevada que se pueda prestar al Señor. La conclusión es que la práctica regular del bhakti-yoga conducirá al devoto al plano de amor intenso por el Señor. Esta es la única cualificación por la cual se permite al alma condicionada incorporarse a la vida de bienaventuranza eterna en el reino de Dios. Las tres miserias de la existencia material se nulifican inmediatamente por el intenso amor a Dios. Este es el objetivo final del cultivo del espíritu humano.
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