La luz del Bhāgavata
<< 24 Cuando el Señor entró al bosque de Vṛndāvana >>

Cuando el Señor entró al bosque de Vṛndāvana, todos los habitantes del bosque, tanto animados como inanimados, estaban ansiosos por recibirlo. Él vio que las flores del bosque, plenamente florecidas, lloraban en éxtasis, chorreando miel de sus pétalos. En las rocas empinadas, las cascadas fluían alegremente y se podían oír dulces sonidos de las cuevas cercanas.

El Señor tiene múltiples energías y por lo tanto, Él y sus energías son idénticos. Entre Sus diferentes energías, la energía material es una, y en el Bhagavad-gītā se dice que la energía material es inferior en calidad a la energía espiritual. La energía espiritual es superior debido a que sin el contacto con la energía espiritual, la energía material no puede producir nada. Pero la fuente de todas las energías es la todo atractiva Personalidad de Dios, Śrī Kṛṣṇa. Este mundo material es una combinación de materia y espíritu, pero el mundo espiritual, que está muy, muy lejos del cielo material, es puramente espiritual y no tiene contacto con la materia. En el mundo espiritual todo es espíritu. Ya hemos hablado de esto. La Personalidad de Dios, fuente original de todas las energías, es capaz de convertir espíritu en materia y materia en espíritu. Para Él no existe diferencia entre materia y espíritu. Por eso es llamado kaivalya.

En Sus pasatiempos trascendentales, el Señor Śrī Kṛṣṇa corresponde con espíritu, no con materia. Cuando Él está en el mundo mortal, las cualidades materiales no pueden afectarlo. Un electricista sabe cómo hacer funcionar a la electricidad. Con ayuda de la electricidad, él puede transformar el agua en frío o calor. Similarmente, la Personalidad de Dios mediante Su poder inconcebible puede transformar materia en espíritu y espíritu en materia. Por lo tanto, por la gracia del Todopoderoso, todo es materia y espíritu, si bien para el ser viviente sí existe diferencia entre materia y espíritu.

Flores, cascadas, árboles, frutas, colinas, cuevas, pájaros, bestias y seres humanos no son más que combinaciones de la energía de Dios. Por eso, cuando la Personalidad de Dios apareció ante ellos, todos se inclinaron espiritualmente y, por afecto natural desearon servir al Todopoderoso, de acuerdo con sus diferentes aptitudes.

Existen diferentes etapas del desarrollo espiritual en la materia. En el mundo material, las chispas espirituales de la Personalidad de Dios están cubiertas por la energía material en diferentes proporciones y, gradualmente, se espiritualizan en diversas especies de vida. La forma humana de vida representa el desarrollo completo de los sentidos para la realización espiritual de nuestro afecto original por el Señor. Por eso, si a pesar de esta oportunidad de vida humana, somos incapaces de revivir nuestro afecto natural por el Señor, debemos saber que estamos desperdiciando nuestra vida. Sin embargo, por la gracia del Señor, la conciencia espiritual de cada especie de vida puede ocupar su lugar apropiado y expresar su afecto espiritual por el Señor en śānta-rasa, tal como fue demostrado por la tierra, el agua, las colinas, los árboles, las frutas y las flores de Vṛndāvana durante la presencia del Señor Śrī Kṛṣṇa, la Personalidad de Dios.

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