La vida proviene de la vida
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8 de mayo de 1973
Grabada en las costas del océano Pacífico, cerca de Los Ángeles


Śrīla Prabhupāda está acompañado por el Dr. Singh y otros discípulos.

Los engañadores y los engañados

Śrīla Prabhupāda: Los fenómenos de la naturaleza, tales como la ley de la gravedad o la ingravidez, son acintya-śakti, energías inconcebibles, y ciencia verdadera significa entender ese acintya-śakti. Es anticientífico observar una cadena de eventos sólo a partir de cierto punto en el tiempo, y proporciona sólo conocimiento incompleto. Debemos saber en dónde comienzan las cosas. Si adelantamos nuestra investigación lo suficiente, comprobaremos que el origen de la naturaleza es acintya-śakti. Por ejemplo, con cerebro, pincel y colores podemos pintar una flor, pero no podemos concebir cómo la vegetación de todas partes de la Tierra está creciendo y fructificando automáticamente. Podemos explicar la flor que se pintó, pero no podemos explicar la verdadera flor. Los científicos no pueden explicar el crecimiento biológico. Ellos simplemente hacen malabarismos con palabras como molécula y cromosoma, pero en realidad no El error fundamental de los supuestos científicos es que han adoptado el proceso inductivo para llegar a sus conclusiones. Por ejemplo, si un científico quiere determinar mediante el proceso inductivo si un hombre es o no mortal, debe estudiar a cada uno de los hombres para tratar de descubrir si uno o alguno de ellos pueden ser inmortales. El científico dice: “No puedo aceptar la proposición de que todos los hombres son mortales. Puede que haya algunos hombres que sean inmortales. Aún no he visto a todos los hombres. Por lo tanto, ¿cómo puedo aceptar que el hombre es mortal?”. Eso se denomina proceso inductivo. Y el proceso deductivo significa que el padre, el maestro o el guru de uno dice que el hombre es mortal, y uno lo acepta. pueden explicar los fenómenos.

Dr. Singh: Así que, ¿hay un proceso ascendente de obtención de conocimiento y un proceso descendente?

Śrīla Prabhupāda: Sí. El proceso ascendente nunca alcanzará el éxito, debido a que depende de información recogida mediante los sentidos, y éstos son imperfectos. Así que nosotros aceptamos el proceso descendente.

No se puede conocer a Dios mediante el proceso inductivo. Por lo tanto, a Él se Le da el nombre de adhokaja, que significa “que no puede ser conocido mediante la percepción directa”. Los científicos dicen que no hay Dios, debido a que están tratando de entenderlo mediante la percepción directa. ¡Pero Él es adhokaja! De manera que los científicos no conocen a Dios porque no tienen el método para conocerlo. Para entender la ciencia trascendental, uno debe acercarse a un maestro espiritual fidedigno, oírlo sumisamente y prestarle servicio. El Señor Kṛṣṇa explica eso en el Bhagavad-gītā (4.34): tad viddhi praṇipātena paripraśnena sevayā.

Mi Guru Mahārāja dijo una vez: “El mundo moderno es una sociedad de engañadores y engañados”. Desgraciadamente, los engañados están alabando a los engañadores, y los pequeños engañadores están adorando a los grandes engañadores. Supóngase que se presentan una manada de asnos, y éstos me alaban, diciéndome: “¡Oh!, usted es Jagad-guru9”. ¿De qué vale su alabanza? Pero si un caballero o erudito presenta alabanzas, sus palabras tienen algún valor. Sin embargo, por lo general, tanto las personas que presentan las alabanzas como también aquellas a las que se alaba, son ignorantes. Como lo indican los Vedas: saṁstutaḥ puruah paśuḥ, “Un animal pequeño está alabando a un animal grande”.

Compasión

Śrīla Prabhupāda. La ley es hacer trampa, la ciencia médica está haciendo trampa, y el gobierno está haciendo trampa. Los principales funcionarios del gobierno están acusados de aceptar sobornos. Si el gobernador acepta sobornos y el alguacil acepta sobornos, ¿dónde está la buena sociedad? La gente elige al líder que les promete felicidad. Pero como esa felicidad es māyā [o ilusión], él nunca puede cumplirla, y la sociedad simplemente se llena de tramposos. Sin embargo, dado que las personas están realmente detrás de esta felicidad ilusoria, continúan eligiendo a tales líderes inescrupulosos una y otra vez.

La posición de un vaiṣṇava es la de compadecerse de toda esa gente ignorante. El gran vaiṣṇava Prahlāda Mahārāja le oró una vez al Señor, diciéndole: “Mi Señor, en cuanto a mí se refiere, no tengo ningún problema. Mi conciencia está siempre absorta en Tus muy poderosas actividades trascendentales, y, por lo tanto, he entendido las cosas claramente. Pero estoy profundamente preocupado por esos sinvergüenzas que están dedicados a realizar actividades en pos de la felicidad ilusoria”. Un vaiṣṇava piensa sólo en cómo la gente puede volverse feliz. Él sabe que ellos están buscando vanamente algo que nunca llegará a existir. Durante cincuenta o sesenta años, la gente busca la felicidad ilusoria; mas, entonces, deben morir sin completar la labor y sin saber qué sucederá después de la muerte. De hecho, su posición es como la de un animal, debido a que un animal tampoco sabe lo que le ocurre después de la muerte. El animal no conoce el valor de la vida, ni por qué ha venido aquí. Por la influencia de māyā, únicamente come, duerme, se aparea, se defiende y muere. Eso es todo. A lo largo de sus vidas, los ignorantes animales —y los hombres-animales— se esfuerzan sobremanera para hacer únicamente esas cinco cosas: comer, dormir, aparearse, defenderse y morir. En consecuencia, la función del vaiṣṇava es instruirle a la gente que Dios existe, que nosotros somos Sus sirvientes, y que podemos disfrutar de una vida eternamente bienaventurada al servirle a Él y desarrollar nuestro amor por Él.

Más allá de la jaula

Dr. Singh: Pero, ¿no necesita de la materia la entidad viviente, mientras se encuentra en la naturaleza material?

Śrīla Prabhupāda: No. La entidad viviente es puramente espiritual; por lo tanto, no requiere de la materia. Debido a que su manera de pensar está enferma, piensa en cambio que sí requiere de ella. La entidad viviente condicionada es como un beodo que no requiere de beber pero que a pesar de ello piensa: “Si no bebo, moriré”. Eso se denomina māyā o ilusión. ¿Acaso es cierto que si un beodo no recibe su trago, morirá?

Dr. Singh: No; pero si un hombre no come, él sí morirá.

Śrīla Prabhupāda: Eso tampoco es un hecho. Anoche estábamos hablando de Raghunātha dāsa Gosvāmī11. En la etapa final de su vida, prácticamente se abstuvo por completo de comer y dormir. Únicamente bebía un poco de leche agria cada tres o cuatro días, y trabajaba veintidós horas al día, durmiendo dos o tres. Y algunos días no dormía en absoluto. Así que usted podría preguntar: “¿Cómo podía sobrevivir?”. De hecho, vivió cien años. Comer, dormir, aparearse y defenderse no eran importantes para Raghunātha dāsa Gosvāmī, pero vivía a pesar de ello. Puesto que él era un devoto puro de Kṛṣṇa, estaba plenamente consciente de que el alma es eterna e independiente, si bien ha sido puesta en esta jaula corporal de la que verdaderamente no necesita. Supóngase que un pájaro está enjaulado. ¿Acaso vive simplemente por estar en la jaula? Si no fuera por la jaula, sería libre. La gente piensa que por estar enjaulada en el cuerpo es feliz. Eso es una necedad. De hecho, nuestro enjaulamiento en este cuerpo nos vuelve temerosos. Pero tan pronto como purifiquemos nuestra existencia —para lo cual ni siquiera tenemos que salir de nuestros cuerpos— de inmediato nos volveremos abhaya, libres de temor.

brahma-bhḥtaḥ prasannātmā
na śocati na kāṅkṣati
samaḥ sarveṣu bhḥteṣu
mad-bhaktiṁ labhate parām
[Bg. 18.54]

Quien está así trascendentalmente situado, comprende al instante el Brahman Supremo. Nunca se lamenta ni desea tener nada; siempre está igualmente inclinado hacia toda entidad viviente. En ese estado, alcanza el servicio devocional puro a Mí.

Podemos despertar de inmediato nuestra existencia espiritual original, en la que no hay más temor, ni más lamentación, ni más deseo material.

Dr. Singh: Pero el científico aún querría más explicaciones en cuanto a cómo la entidad viviente puede ser independiente de la materia.

Śrīla Prabhupāda: Mientras uno esté condicionado, depende de la materia. Por ejemplo, como el africano no puede tolerar este clima frío, se entiende que está condicionado. Debido a esto, siente la molestia. Pero aquí hay mucha gente [señala a unos niños que juegan en la playa] que no es afectada por el frío. La capacidad de tolerar es simplemente una cuestión de condicionamiento.

Cuando uno está condicionado, piensa en términos de dualidades tales como calor y frío, dolor y placer. Pero cuando uno está liberado, no tiene esos pensamientos condicionados. Vida espiritual significa quedar libre de condicionamiento —llegar a la etapa brahma-bhūta— [SB 4.30.20]. Ésa es la perfección de la vida. Estar condicionado significa que si bien la entidad viviente es eterna, debido a su condicionamiento cree que nace, que está muriendo, que está enferma y que está vieja. Pero una persona no condicionada ni siquiera es vieja. A Kṛṣṇa se Le describe en el Brahma-saṁhitā como advaitam acyutam anādim ananta rḥpam ādyaṁ purāṇa-puruṣaṁ nava-yauvanaṁ ca [Bs. 5.33]. Eso significa que Él es la persona más vieja de todas —la primera persona— pero que Él no tiene vejez. Él siempre se ve como un joven de veinte años de edad, ya que Él es plenamente espiritual.

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