La vida proviene de la vida
<< Sexta caminata; 7 de Mayo de 1973 >>

7 de mayo de 1973
Grabada en las costas del océano Pacífico, cerca de Los Ángeles


Śrīla Prabhupāda está acompañado por el Dr. Singh, Brahmānanda Svāmī y otros estudiantes.

Sustancias químicas mediante poder místico

Śrīla Prabhupāda: Los científicos dicen que la vida comienza a partir de sustancias químicas. Pero la verdadera pregunta es: “¿De dónde han venido las sustancias químicas?”. Las sustancias químicas provienen de la vida, y esto significa que la vida tiene poderes místicos. Por ejemplo, un naranjo contiene muchas naranjas, y cada naranja contiene sustancias químicas —ácido cítrico y otras—. Así que, ¿de dónde provienen esas sustancias químicas? Obviamente provienen de la vida que se encuentra dentro del árbol. Los científicos están pasando por alto el origen de las sustancias químicas. Ellos han comenzado su investigación a partir de las sustancias químicas, pero no pueden identificar cuál es el origen de ellas. Las sustancias químicas provienen de la vida suprema: Dios. Así como el cuerpo vivo de un hombre produce muchas sustancias químicas, la vida suprema (el Señor Supremo) está produciendo todas las sustancias químicas que se encuentran en la atmósfera, en el agua, en los seres humanos, en los animales y en la Tierra. Y eso se denomina poder místico. A menos que se acepte el poder místico del Señor Supremo, no existe solución al problema del origen de la vida.

Dr. Singh: Los científicos responderán que no pueden creer en el poder místico.

Śrīla Prabhupāda: Pero ellos deben explicar el origen de las sustancias químicas. Cualquiera puede ver que un árbol ordinario produce muchas sustancias químicas. Pero, ¿cómo las produce? Como los científicos no pueden responder a esto, deben aceptar que la fuerza viviente tiene poder místico. Yo ni siquiera puedo explicar cómo mi uña crece de mi dedo: eso está más allá de la capacidad de mi cerebro. En otras palabras, mi uña está creciendo en virtud de una potencia inconcebible, acintya-śakti. Así que si existe acintya-śakti en un ser humano ordinario, imagínese cuánto acintya-śakti posee Dios. La diferencia que hay entre Dios y yo es que si bien yo tengo las mismas potencias que Dios, puedo producir sólo una pequeña cantidad de sustancias químicas, mientras que Él puede producir enormes cantidades de ellas. Yo puedo producir un poquito de agua en la forma de la transpiración, pero Dios puede producir los mares. El análisis de una gota de agua de mar le da a uno el análisis cuantitativo del mar sin ningún error. En forma similar, el ser viviente ordinario es parte o porción de Dios, así que mediante el análisis de los seres vivientes podemos comenzar a entender a Dios. En Dios existe una gran potencia mística. La potencia mística de Dios actúa velozmente, exactamente igual que una máquina eléctrica. Algunas máquinas operan en virtud de la energía eléctrica, y están tan bien hechas, que todo el trabajo se realiza simplemente al apretar un botón. De igual manera, Dios dijo: “Hágase la creación”, y la creación se hizo. El funcionamiento de la naturaleza, considerado de esa manera, no es muy difícil de entender. Dios tiene potencias tan maravillosas, que la creación, sólo por Su orden, ocurre de inmediato.

Brahmānanda Svāmī: Algunos científicos no aceptan a Dios ni acintya-śakti.

Śrīla Prabhupāda: Ésa es su sinvergüencería. Dios existe, y Su acintya-śakti también existe. ¿De dónde proviene la facultad de volar del pájaro? Tanto usted como el pájaro son entidades vivientes, pero éste puede volar debido a su acintya-śakti, y usted no puede. Para dar otro ejemplo, el semen se produce de la sangre. El hombre tiene poder místico en su cuerpo para que a raíz de su inclinación sexual la sangre se transforme en semen. ¿Cómo puede realizarse eso sin que se encuentre involucrado en ello algún poder místico? Existen muchos poderes místicos en las entidades vivientes. La vaca come pasto y produce leche. Todo el mundo sabe eso, pero, ¿puede usted ingerir un poco de pasto y producir leche? ¿Puede usted hacerlo? Por lo tanto, dentro de la vaca hay poder místico. Tan pronto como la vaca come pasto, puede transformarlo en leche. Los hombres y las mujeres son básicamente iguales, pero como hombre usted no puede ingerir comida y producir leche, si bien una mujer sí puede. Ésos son poderes místicos.

Dr. Singh: Los científicos dirían que hay diferentes enzimas o sustancias químicas dentro de diferentes tipos de cuerpos, y que ellas son las responsables de que la vaca produzca leche.

Śrīla Prabhupāda: Sí, pero, ¿quién produjo esas enzimas y dispuso las cosas de esa manera? Eso se hizo mediante poder místico. Usted no puede hacer esas enzimas ni disponer las cosas así. En su laboratorio, usted no puede producir leche a partir de pasto seco. Dentro de su cuerpo, por poder místico, usted puede transformar la comida en sangre y tejido, pero en su laboratorio, sin poder místico, usted no puede ni siquiera transformar pasto en leche. Por lo tanto, debe aceptar la existencia del poder místico.

El origen del poder místico

Śrīla Prabhupāda: Los yogīs están principalmente interesados en desarrollar diferentes poderes místicos. El yogī puede caminar sobre el agua sin ahogarse. La ley de la gravedad no actúa sobre él. Ése es un poder místico denominado laghimā. Laghimā significa que una persona puede volverse más ligera que el algodón y contrarrestar la ley de la gravedad. El sistema de yoga simplemente desarrolla la potencia inconcebible que ya se encuentra presente en el practicante. Esos muchachos están nadando [señala a unos bañistas], pero yo no puedo nadar. Sin embargo, esa facultad natatoria se encuentra en potencia dentro de mí; yo simplemente tengo que practicarla. Así que, si el poder yóguico es tan potente en el ser humano, imagínese cuánto más poder yóguico tiene Dios. Por lo tanto, en los Vedas se le da a Él el nombre de Yogeśvara, que significa “amo de todo poder místico”. En el Bhagavad-gītā (10.8), Kṛṣṇa dice: ahaṁ sarvasya prabhavo matthaḥ sarvaṁ pravartate, “Yo soy la fuente de todos los mundos materiales y espirituales. Todo emana de Mí”. A menos que aceptemos esta declaración de Dios, no hay ninguna explicación concluyente acerca del origen de la naturaleza material. A Dios no puede entendérsele si no se acepta la existencia del poder místico; pero si uno entiende a Dios de una manera científica, entonces entiende todo.

Dr. Singh: De modo que, ¿quiere usted decir que la ciencia ha comenzado a partir de un punto intermedio y no del punto original?

Śrīla Prabhupāda: Sí, es exactamente eso. Ignoran el origen. Los científicos comienzan en un punto, pero ¿de dónde proviene ese punto? Eso no lo saben a pesar de extensas investigaciones. Uno tiene que aceptar que la fuente original es Dios, quien posee todos los poderes místicos y de quien todo emana. Él Mismo dice en el Bhagavad-gītā: ahaṁ sarvasya prabhavo matthaḥ sarvaṁ pravartate, “Yo soy la fuente de todos los mundos materiales y espirituales. Todo emana de Mí”. Nuestras conclusiones no están basadas en la fe ciega; son de lo más científicas. La materia proviene de la vida. En la vida —en el origen— hay un ilimitado número de recursos materiales; ése es el gran misterio de la creación. Si uno suelta una aguja, ésta caerá de inmediato; pero un pájaro que pesa varios kilos puede flotar en el aire. Debemos establecer cuál es el origen de esa flotación. Si estudiamos la naturaleza, encontramos que toda entidad viviente tiene algún poder místico. El hombre no puede vivir en el agua por más de unas cuantas horas; sin embargo, un pez vive ahí continuamente. ¿No es eso poder místico?

Dr. Singh: Es poder místico para mí, pero no para el pez.

Śrīla Prabhupāda: Sí. Eso se debe a que el poder místico no está distribuido uniformemente. Pero todos los poderes místicos existen en Dios, el origen de todo. Yo obtengo un poco de Su poder místico, usted obtiene otro poco y los pájaros obtienen también otro poco. Pero Dios es el almacén del poder místico.

Existen ocho tipos básicos de poderes místicos. Algunos de ellos son: laghimā (aquel por el cual uno puede volverse más liviano que una pluma), mahimā (aquel por el cual uno puede volverse más grande que una montaña), prāpti (aquel que le permite a uno conseguir todo lo que quiera) e īśtva (aquel por el cual uno puede dominar y controlar por completo a otro ser). Otro tipo de poder místico puede verse en el Sol, debido a que de la luz solar se producen innumerables cosas inexplicablemente. A menos que los científicos acepten la existencia del poder místico, no pueden explicar esos fenómenos. Simplemente andan con rodeos.

Dr. Singh: Un científico astuto puede que diga cualquier cosa para demostrar su punto de vista, sin de hecho demostrarlo. Un verdadero científico debe llegar a la causa original y máxima: el análisis final.

Śrīla Prabhupāda: Sí. A menos que él encuentre la fuente máxima, lo que hace no es verdadera ciencia.

Dr. Singh: ¿Entender el misticismo significa saber que cada día nuestros cuerpos están muriendo?

Śrīla Prabhupāda: Sí.

Dr. Singh: Pero el hombre promedio no piensa que está muriendo.

Śrīla Prabhupāda: Eso se debe a su necedad. A cada momento está muriendo, pero está pensando: “Viviré para siempre”. En realidad, la muerte comienza desde el mismo momento del nacimiento. Nuestro análisis del problema es que ya que la gente está muriendo, debemos detener su muerte. Pero los supuestos científicos no sólo están acelerando el proceso de la muerte, sino que además rehúsan aceptar consejos constructivos para corregirse.

Dona al Bhaktivedanta Library