Viaje fácil a otros planetas
<< Los mundos antimateriales >>

Un día, puede que la ciencia materialista descubra finalmente el eterno mundo antimaterial, el cual por tanto tiempo ha sido algo desconocido para los pendencieros del materialismo burdo. Con respecto a la concepción actual de la antimateria que tienen los científicos, el Times de la India (27 de octubre de 1959) publicó la siguiente noticia:

—Estocolmo, 26 de octubre de 1959— A dos científicos nucleares norteamericanos se les otorgó hoy el premio Nóbel de Física de 1959 por el descubrimiento del antiprotón, con lo cual se prueba que la materia existe en dos formas: como partículas y como antipartículas. Se trata del Dr. Emilio Segre, nacido en Italia, de 69 años, y el Dr. Owen Chamberlain, nacido en San Francisco... De acuerdo con una de las suposiciones fundamentales de la nueva teoría, puede que exista otro mundo, o un antimundo, formado por antimateria. Ese mundo antimaterial consistiría en partículas atómicas y subatómicas girando en órbitas contrarias a las del mundo que conocemos. Si estos dos mundos chocaran alguna vez, ambos se destruirían produciendo un destello deslumbrante.

En esta afirmación se sugieren las siguientes proposiciones:

  1. Existe un átomo o partícula antimaterial que está hecho de las anticualidades de los átomos materiales.
  2. Existe otro mundo además de este mundo material, del cual tan sólo tenemos experiencia limitada.
  3. Los mundos antimaterial y material puede que choquen en un cierto período y puede que se aniquilen el uno al otro.

De estos tres puntos, nosotros, los estudiantes de la ciencia teísta, podemos aceptar por completo los puntos uno y dos, pero podemos estar de acuerdo con el tercer punto solamente dentro de la limitada definición científica de la antimateria. La dificultad estriba en el hecho de que el concepto de la antimateria que tienen los científicos, se extiende tan sólo a otra variedad de energía material, mientras que la verdadera antimateria debe ser enteramente antimaterial. La materia, tal como está constituida, está sujeta a aniquilación, pero la antimateria —si ha de estar libre de todos los síntomas materiales— también debe estar libre de la aniquilación, debido a su propia naturaleza. Si la materia es destructible o separable, la antimateria debe ser indestructible e inseparable. Trataremos de discutir estas proposiciones desde el punto de vista de las Escrituras auténticas.

Las Escrituras más ampliamente reconocidas del mundo son los Vedas. Los Vedas han sido divididos en cuatro partes: Sāma, Yajur, ¬g y Atharva. El tema de que tratan los Vedas es muy difícil de comprender para un hombre de conocimiento ordinario. Para elucidarlo, los cuatro Vedas se explican en la obra épica e histórica titulada Mahābhārata, y en dieciocho Purāṇas. El Rāmāyaṇa también es una obra épica e histórica, donde está contenida toda la información esencial de los Vedas. Así que los cuatro Vedas, el Rāmāyaṇa original de Vālmīkī, el Mahābhārata y los Purāṇas, se clasifican como literaturas védicas. Los Upaniṣads son parte de los cuatro Vedas, y los Vedānta-sūtras representan la crema de los Vedas. el Bhagavad-gītā se acepta como el resumen de todas estas literaturas védicas, como la esencia de todos los Upaniṣads y como la explicación preliminar de los Vedānta-sūtras. Uno puede concluir entonces, que de el Bhagavad-gītā por sí sola uno puede obtener la esencia de los Vedas, porque es hablado por el Señor Śrī Kṛṣṇa, la Suprema Personalidad de Dios, quien desciende a este mundo material desde el mundo antimaterial, para dar información completa de la forma superior de energía.

La forma superior de energía de la Personalidad de Dios se describe en el Bhagavad-gītā como parā-prakṛti. Los científicos han descubierto recientemente que hay dos formas de materia perecedera, pero el Gītā describe en la forma más perfecta el concepto de materia y antimateria en términos de dos formas de energía. La materia es la energía que crea el mundo material, y la misma energía, en su forma superior, también crea el mundo antimaterial (trascendental). Las entidades vivientes pertenecen a la categoría de la energía superior. La energía inferior, o la energía material, se denomina aparā-prakṛti. En el Gītā, la energía creativa es, así pues, presentada de dos formas: aparā y parā prakṛti.

La materia en sí no tiene ningún poder creativo. Cuando la manipula la energía viviente, se producen las cosas materiales. Por lo tanto, la materia en su forma cruda es la energía latente del Ser Supremo. Siempre que pensamos en la energía, es natural que pensemos en la fuente de la energía. Por ejemplo, cuando pensamos en la energía eléctrica, simultáneamente pensamos en la central donde se genera. La energía no es autosuficiente. Está bajo el control de un ser viviente superior. Por ejemplo, el fuego es la fuente de otras dos energías: la luz y el calor. La luz y el calor no tienen existencia independiente aparte del fuego. En forma similar, las energías inferior y superior se derivan de una fuente, a la que uno puede darle cualquier nombre. Esa fuente de energía debe ser un ser viviente con plena conciencia de todo. Ese ser viviente supremo, es la Personalidad de Dios, Śrī Kṛṣṇa, o el ser viviente todo-atractivo.

En los Vedas, el ser viviente supremo, o la Verdad Absoluta, se denomina Bhagavān —el opulento—, el ser viviente que es el manantial de todas las energías. El descubrimiento de las dos formas de energías limitadas hecho por los científicos modernos, es tan sólo el comienzo del progreso de la ciencia. Ahora ellos deben seguir adelante para descubrir la fuente de las dos partículas, o átomos, que ellos denominan material y antimaterial.

¿Cómo puede explicarse la partícula antimaterial? Nosotros hemos experimentado con partículas o átomos materiales, pero no con átomos antimateriales. Sin embargo, el Bhagavad-gītā (2.13) da la siguiente descripción vívida de la partícula antimaterial:

Esta partícula antimaterial se encuentra dentro del cuerpo material. Debido a la presencia de esta partícula antimaterial, el cuerpo está cambiando progresivamente de la infancia a la niñez, de la niñez a la juventud y luego a la vejez, después de lo cual la partícula antimaterial deja el cuerpo viejo e inservible y adquiere otro cuerpo material.

Esta descripción de un cuerpo vivo, confirma el descubrimiento científico de que la energía existe en dos formas. Cuando una de ellas, la partícula antimaterial, se separa del cuerpo material, este último se vuelve inservible para todo propósito. Como tal, la partícula antimaterial es indudablemente superior a la energía material. “Por lo tanto, nadie debe lamentarse por la pérdida de la energía material.

Todas las variedades de percepción sensorial que se encuentran en las categorías de calor y frío, felicidad y aflicción, no son sino interacciones de la energía material que van y vienen como los cambios de las estaciones. La aparición y desaparición temporales de esas interacciones materiales, confirma que el cuerpo material está formado por la energía material, inferior a la fuerza viviente o energía jīva.

Todo hombre inteligente, a quien no lo perturban la felicidad ni la aflicción, que comprende que son diferentes fases materiales que resultan de las interacciones de la energía inferior, es competente para regresar al mundo antimaterial, donde la vida es eterna, llena de dicha y conocimiento permanentes. (Bg. 2.14-15)

Aquí se menciona el mundo antimaterial, y además se da información de que en el mundo antimaterial no hay fluctuación “estacional”. Todo allí es permanente, bienaventurado y pleno de conocimiento. Pero cuando hablamos de él como un “mundo”, debemos recordar que tiene formas y enseres de diversas categorías, más allá de nuestras experiencias materiales.

El cuerpo material es destructible, y como tal es cambiante y temporal, Así mismo es el mundo material. Pero la fuerza viviente antimaterial es indestructible, y por lo tanto es permanente. De este modo, los científicos expertos han distinguido como temporales y permanentes las diferentes cualidades de las partículas materiales y antimateriales respectivamente. (Bg. 2.16)

A los descubridores de las dos formas de materia aún les falta descubrir las cualidades de la antimateria. Pero ya es dada una descripción vívida en el Bhagavad-gītā, tal como sigue. El científico puede hacer investigaciones adicionales basándose en esta valiosa información:

La partícula antimaterial es más fina que la más fina de las partículas materiales. Esta fuerza viviente es tan poderosa que difunde su influencia por todas partes del cuerpo material. La partícula antimaterial tiene inmensa potencia en comparación con la partícula material, y consecuentemente, no puede ser destruida. (Bg. 2.17)

Esto es tan sólo el comienzo de la descripción de la partícula antimaterial dada en el Gītā. Se explica aún más de la siguiente manera:

La forma más fina de la partícula antimaterial está enjaulada en los cuerpos burdo y sutil. Aunque los cuerpos materiales (tanto burdo como sutil) están sujetos a la destrucción, la partícula antimaterial, que es más fina, es eterna. Por lo tanto, uno debe estar interesado en este principio eterno. (Bg. 2.18)

La perfección de la ciencia se dará cuando sea posible que los científicos materiales conozcan las cualidades de la partícula antimaterial y la liberen de la asociación de las temporales partículas materiales. Tal liberación señalaría la culminación del progreso científico.

Hay una verdad parcial en la proposición de los científicos de que puede que exista también otro mundo consistente de átomos antimateriales, y que un choque entre los mundos material y antimaterial traería como resultado la aniquilación de ambos. Hay un choque que continuamente ocurre: la aniquilación de las partículas materiales tiene lugar en todo momento, y la partícula no material está esforzándose por liberarse. Esto está explicado en el Gītā (2.19) de la siguiente manera:

La partícula no material, la cual es la entidad viviente, influencia a la partícula material para que trabaje. Esta entidad viviente es siempre indestructible. Mientras la partícula no material se encuentra dentro de la masa de energía material —conocida con los nombres de cuerpo burdo y cuerpo sutil—, la entidad se manifiesta como una unidad viviente. En el continuo choque entre las dos partículas, la partícula no material nunca se aniquila. Nadie puede destruir la partícula antimaterial en ningún momento: pasado, presente ni futuro.

Por lo tanto, creemos que la teoría que sostiene que los mundos material y antimaterial puede que choquen, trayendo como resultado la aniquilación de ambos mundos, es correcta solamente dentro del contexto de la definición limitada de antimateria que tienen los científicos. El Gītā (2.21-22) explica la naturaleza de la partícula antimaterial, la cual nunca puede aniquilarse:

La partícula antimaterial, fina e inconmensurable, es siempre indestructible, permanente y eterna. Después de cierto período, sin embargo, su encierro, causado por las partículas materiales, es aniquilado. Este mismo principio también opera en el caso de los mundos material y antimaterial. Nadie debe temer la aniquilación de la partícula antimaterial, pues ésta sobrevive a la aniquilación de los mundos materiales.

Todo lo que se crea, se aniquila en una cierta etapa. Tanto el cuerpo material como el mundo material se crean, y por lo tanto están sujetos a la aniquilación. Sin embargo, la partícula antimaterial nunca se crea, y en consecuencia nunca se aniquila. Esto también se corrobora en el Gītā (2.20):

La partícula antimaterial, que es la fuerza vital, nunca nace ni se crea. Existe eternamente. No tiene ni fechas de nacimiento ni fechas de muerte. No se crea repetidamente ni se destruye repetidamente. Existe eternamente, y por lo tanto es lo más viejo de todo lo viejo, y aun así está siempre fresca y nueva. Aunque la partícula material se aniquila, la partícula antimaterial nunca es afectada.

Este principio es aplicable también al universo antimaterial, así como a la partícula antimaterial. Cuando el universo material se aniquila, el universo antimaterial continúa existiendo en todas las circunstancias. Esto se explicará con más detalle más adelante.

El científico también puede aprender lo siguiente en el Gītā (2.30):

El hombre erudito, que sabe perfectamente bien que la partícula antimaterial es indestructible, sabe que ésta no puede ser aniquilada por ningún medio.

El científico nuclear puede que se plantee aniquilar el mundo material con armas nucleares, pero sus armas no pueden destruir el mundo antimaterial. La partícula antimaterial se explica más claramente en las siguientes líneas:

No es cortada en pedazos por ninguna arma material, ni es quemada por el fuego. Ni la moja el agua, ni se marchita, ni se seca, ni se evapora en el aire. Es indivisible, no inflamable e insoluble. Debido a que es eterna, puede entrar y salir de cualquier tipo de cuerpo. Siendo constante por constitución, sus cualidades son siempre fijas. Es inexplicable, debido a que es contraria a todas las cualidades materiales. Es algo inconcebible para el cerebro ordinario. Es inmutable. Por lo tanto, nadie debe lamentarse jamás por lo que es un eterno principio inmaterial. (Bg. 2.23-25)

Así pues, en el Bhagavad-gītā y en todas las otras literaturas védicas, la energía superior (el principio antimaterial) se acepta como la fuerza vital o el espíritu viviente. A éste también se le denomina jīvā. Este principio viviente no puede ser generado por ninguna combinación de elementos materiales. Hay ocho principios materiales, los cuales se describen como energías inferiores, y son: (1) tierra, (2) agua, (3) fuego, (4) aire, (5) éter, (6) mente, (7) inteligencia, y (8) ego. Además de éstos está la fuerza viviente o el principio antimaterial, que se describe como la energía superior. Éstas se denominan “energías”, debido a que las manipula y controla en ser viviente supremo, la Personalidad de Dios (Kṛṣṇa).

Por mucho tiempo, el materialista estuvo limitado a los ocho principios materiales antes mencionados. Ahora, nos anima el ver que tiene una pequeña información preliminar del principio antimaterial y del universo antimaterial. Esperamos que con el correr del tiempo, el materialista sea capaz de estimar el valor del mundo antimaterial, en el cual no hay rastros de principios materiales. Por supuesto, la misma palabra “antimaterial” indica que el principio se opone a todas las cualidades materiales.

Por supuesto, existen los especuladores mentales que comentan sobre el principio antimaterial. Estos caen dentro de dos grupos principales, y llegan a dos conclusiones erróneas y diferentes. Un grupo (los materialistas burdos), o bien niegan el principio antimaterial, o admiten solamente la desintegración de la combinación material en una cierta etapa (la muerte). El otro grupo acepta que el principio antimaterial está en oposición directa al principio material con sus veinticuatro categorías. Este grupo se conoce como los sāṅkhyaitas, y ellos investigan los principios materiales, y los analizan minuciosamente. Al final de su investigación, los sā‰khyaitas finalmente aceptan un principio trascendental (antimaterial) inactivo. Sin embargo, a todos estos especuladores mentales se les presentan dificultades, debido a que especulan con la ayuda de la energía inferior. Ellos no aceptan información de la energía superior. Con el objeto de comprender la posición real del principio antimaterial, uno debe ascender al plano trascendental de la energía superior. El bhakti-yoga es la verdadera actividad de la energía superior.

Desde la plataforma del mundo material, uno no puede estimar la verdadera posición del mundo antimaterial. Pero el Señor Supremo, que es el controlador tanto de la energía material como de la energía antimaterial, desciende debido a Su misericordia sin causa, y nos da una información completa acerca del mundo antimaterial. En esa forma, podemos saber lo que es el mundo antimaterial. Se nos informa que el Señor Supremo y las entidades vivientes son ambos antimateriales en calidad. Así pues, podemos darnos una idea del Señor Supremo mediante un estudio detallado de las entidades vivientes. Toda entidad viviente es una persona individual. Por lo tanto, el ser viviente supremo debe ser también la persona suprema. En la literatura védica, se declara apropiadamente que la persona suprema es Kṛṣṇa. El nombre “Kṛṣṇa”, que indica al Señor Supremo, es el único nombre verdaderamente inteligible, del más elevado orden. Él es el controlador supremo. En el Gītā (7.4-6), el Señor confirma esto de la siguiente manera:

Existen dos mundos: el material y el antimaterial. El mundo material está compuesto de la energía cualitativa inferior, que está dividida en ocho principios materiales. El mundo antimaterial está hecho de la energía cualitativa superior. Debido a que tanto la energía material como la energía antimaterial son emanaciones de la Suprema Trascendencia, la Personalidad de Dios, es apropiado concluir que Yo (el Señor Kṛṣṇa) soy la causa fundamental de todas las creaciones y aniquilaciones.

Debido a que las dos energías del Señor (inferior y superior), manifiestan el mundo material y el mundo antimaterial, a Él se Le denomina la Suprema Verdad Absoluta. El Señor Kṛṣṇa explica esto en el Gītā de la siguiente manera:

Arjuna, Yo soy el más elevado principio de la trascendencia, y no hay nada más grande que Yo. Todo lo que existe descansa y se sostiene en Mis energías, tal como perlas ensartadas en un hilo

Mucho, mucho antes del descubrimiento de los principios de la antimateria y de los mundos antimateriales, el tema fue descrito en las páginas de el Bhagavad-gītā. el Gītā misma indica que su filosofía le había sido enseñada anteriormente a la deidad regente del Sol, lo cual implica que la Personalidad de Dios expuso los principios de el Gītā mucho antes de la Batalla de Kurukṣetra: al menos unos 120.000.000 de años antes. Ahora, la ciencia moderna sólo acaba de descubrir una fracción de las verdades que están disponibles en el Gītā.

La aceptación de un universo antimaterial se encuentra también en el Gītā. Y de todos los datos de que se dispone se debe concluir, sin la menor duda, que el mundo antimaterial está situado en el cielo antimaterial, un cielo que es mencionado en el Gītā como sanātana-dhāma, o la naturaleza eterna.

Así como los átomos materiales crean el mundo material, los átomos antimateriales crean el mundo antimaterial con todos sus enseres. El mundo antimaterial está habitado por seres vivientes antimateriales. En el mundo antimaterial no hay materia inerte. Todo allí es un principio viviente, y la suprema personalidad de esa región es Dios Mismo. Los habitantes del mundo antimaterial poseen vida eterna, conocimiento eterno y dicha eterna. En otras palabras, ellos tienen todas las cualidades de Dios.

En el mundo material, el planeta más elevado se denomina Satyaloka o Brahmaloka. Seres con los más grandes talentos viven en este planeta. La deidad regente de Brahmaloka es Brahmā, el primer ser creado de este mundo material. Brahmā es un ser viviente como muchos de nosotros, pero él es la persona con más talento del mundo material. Él no es tan sabio como para estar en la categoría de Dios, pero está en la categoría de aquellas entidades vivientes directamente dominadas por Dios. Tanto Dios como las entidades vivientes pertenecen al mundo antimaterial. Por lo tanto, el científico le prestaría servicio a todos al investigar la constitución del mundo antimaterial: cómo es administrado, qué forma tienen las cosas allí, quiénes son las personalidades que lo rigen, etc. De entre toda la literatura védica, el Śrīmad-Bhāgavatam trata elaboradamente estos temas. el Bhagavad-gītā es el estudio preliminar del Śrīmad-Bhāgavatam. Todos los hombres del mundo científico deben estudiar profundamente estos dos importantes libros de conocimiento. Estos libros aportarían muchas claves para el progreso científico, e indicarían muchos nuevos descubrimientos.

Los trascendentalistas y los materialistas son dos clases distintas de hombres. El trascendentalista recoge conocimiento de las Escrituras autoritativas como los Vedas. La literatura védica se recibe de las fuentes autoritativas que se hallan en la línea de sucesión discipular trascendental. Esta sucesión discipular (paramparā) se menciona también en el Gītā. Kṛṣṇa dice en el Gītā que hace cientos de miles de años el Gītā le fue hablada a la deidad regente del Sol, quien le dio el conocimiento a su hijo Manu, de quien ha descendido la presente generación del hombre. Manu, a su vez, le dio este conocimiento trascendental a su hijo, el rey Ikṣvāku, quien es el antepasado de la dinastía en la cual apareció la Personalidad de Dios, Śrī Rāma. Esta larga cadena de sucesión discipular se rompió durante el período del advenimiento del Señor Kṛṣṇa (hace cinco mil años), y por esta razón, Kṛṣṇa habló de nuevo el Gītā a Arjuna, convirtiéndolo así en el primer discípulo de este conocimiento en esta era. Por lo tanto, el trascendentalista de esta era se halla en la línea discipular que comienza con Arjuna. Sin incomodarse con trabajo de investigación materialista, el trascendentalista adquiere las verdades concernientes a la materia y a la antimateria en la forma más perfecta (a través de la sucesión discipular), y con eso evita muchas dificultades.

Sin embargo, los materialistas burdos no creen en los mundos antimateriales de la Personalidad de Dios. Por lo tanto, son criaturas desafortunadas, a pesar de que algunas veces, no obstante, sean muy sagaces, educadas y avanzadas. Ellos están confusos por la influencia de la manifestación material y carecen por completo de conocimiento de las cosas antimateriales. Por lo tanto, es un buen signo el que los científicos materialistas estén progresando gradualmente hacia la región del mundo antimaterial. Incluso puede que les sea posible hacer suficiente progreso como para poder conocer los detalles de ese mundo antimaterial, donde la Personalidad de Dios reside como la figura predominante, y donde las entidades vivientes viven con Él y Lo sirven. Las entidades vivientes que sirven a la Divinidad son iguales a Él en cualidad, pero al mismo tiempo se encuentran predominadas como sirvientes. En el mundo antimaterial no hay diferencia entre el predominado y el predominador : la relación es perfecta y sin tintes de materialismo.

La naturaleza del mundo material es destructiva. De acuerdo con el Gītā, hay alguna verdad parcial en la suposición del científico físico de que hay una aniquilación del mundo material y del mundo antimaterial cuando chocan. El mundo material es una creación de las cambiantes modalidades de la naturaleza. Estas modalidades (guṇas), son conocidas como: sattva (bondad), rajas (pasión) y tamas (ignorancia). El mundo material es creado en la modalidad de rajas, mantenido por la modalidad de sattva, y luego aniquilado por la modalidad de tamas. Estas modalidades son omnipresentes en el mundo material, y como tales, a toda hora, en todo minuto, en todo segundo, el proceso de creación, manutención y aniquilación ocurre en todas partes del universo material. El planeta más elevado del universo material, Brahmaloka, también está sujeto a estas modalidades de la naturaleza, aunque se dice que la duración de la vida en ese planeta, debido al predominio de la modalidad de sattva, es de 4.300.000 x 1.000 x 2 x 30 x 12 x 100 años solares. A pesar de esta larga duración, sin embargo, Brahmaloka está sujeto a la destrucción. Aunque la vida en Brahmaloka es fantásticamente larga, comparada con la vida en la Tierra, es solamente un destello en comparación con la vida eterna de los mundos no materiales. Como consecuencia de ello, el orador de el Bhagavad-gītā, el Señor Śrī Kṛṣṇa, asevera la importancia del universo antimaterial, el cual es Su morada.

El Señor Śrī Kṛṣṇa enseña que todos los planetas dentro del universo material se destruyen al final de 4.300.000 x 1.000 x 2 x 30 x 12 x 100 años solares. Y todos los seres vivientes que habitan estos planetas materiales son materialmente destruidos junto con la destrucción de los mundos materiales. Sin embargo, la entidad viviente es constitucionalmente una partícula antimaterial. Pero a menos que se eleve a la región de los mundos antimateriales mediante el cultivo de actividades antimateriales, es materialmente destruida en el momento de la aniquilación de los mundos materiales, y está sujeta a renacer en una forma material al renacer el nuevo universo material. En otras palabras, está sujeta a los sufrimientos de los repetidos nacimientos y muertes. Sólo aquellas entidades vivientes que adoptan el servicio amoroso a la Personalidad de Dios durante la etapa manifestada de la vida material, son indudablemente trasladadas a los mundos antimateriales después de dejar el cuerpo material. La inmortalidad solamente la obtienen quienes se vuelven a Dios mediante la práctica de las actividades antimateriales.

¿Qué son estas actividades antimateriales? Son remedios. Por ejemplo, cuando un hombre se enferma, va a un médico que le prescribe remedios, los cuales finalmente curan al paciente que sufre. En forma similar, el materialista está enfermizo, y debe consultar a un médico trascendentalista experto. ¿Cuál es su enfermedad? Él está sufriendo las tribulaciones de los nacimientos, muertes, enfermedades y vejez repetidos. Una vez que accede a ponerse bajo el tratamiento “de vuelta a Dios”, se capacita para trasladarse al mundo antimaterial, donde existe la vida eterna en vez de nacimiento y muerte.

La aniquilación del mundo material sucede de dos maneras. La aniquilación parcial ocurre al final de cada 4.300.000 x 1.000 años solares, toda la manifestación cósmica se funde en el cuerpo antimaterial de donde emanan, se manifiestan y se funden los principios materiales después de la aniquilación. El mundo antimaterial, el cual está muy apartado del mundo material, nunca es aniquilado. Él absorbe al mundo material. Puede que ocurra un “choque” entre el mundo material y el mundo antimaterial, como lo proponen los científicos, y que los mundos materiales se destruyan, pero no hay aniquilación de los mundos antimateriales. El mundo antimaterial, que existe eternamente, está inmanifiesto para el científico materialista. Él tan sólo puede tener información de aquél en lo que se refiere a que los principios de su existencia son opuestos a las modalidades del mundo material. Los detalles completos del universo antimaterial, se pueden conocer tan sólo de la fuente infalible de las autoridades liberadas, que han comprendido cabalmente la constitución del principio antimaterial. Esta información es recibida mediante el proceso auditivo, por un discípulo que sea sumiso a la Personalidad de Dios.

El conocimiento védico fue, de esta forma, impartido en el corazón de Brahmā, el primer ser viviente de la creación material. Fue Brahmā quien le relató este conocimiento al sabio Nārada Muni. En forma similar, el Bhagavad-gītā fue hablada por la Personalidad de Dios, Śrī Kṛṣṇa, a Vivasvān, la deidad regente del Sol, y cuando la cadena auditiva de sucesión discipular se rompió, el Señor Kṛṣṇa repitió el Gītā a Arjuna en el campo de batalla de Kurukṣetra. En aquel entonces, Arjuna hizo el papel de discípulo y estudiante con el objeto de recibir el conocimiento trascendental de Śrī Kṛṣṇa. Con el objeto de despejar todas las dudas que los materialistas burdos del mundo pudieran tener, Arjuna hizo todas las preguntas pertinentes, y Kṛṣṇa dio las respuestas de manera que todo profano pudiera comprenderlas. Sólo quienes están cautivados por el encanto del mundo material no pueden aceptar la autoridad del Señor Kṛṣṇa. Uno tiene que volverse completamente limpio de hábitos y de corazón, antes de que pueda comprender los detalles del mundo antimaterial. El bhakti-yoga es una actividad detallada, científica y trascendental, que pueden practicar tanto el neófito como el yogī perfecto.

El mundo material es solamente una representación sombría del mundo antimaterial, y los hombres inteligentes que son de corazón y hábitos limpios, serán capaces de aprender en forma concisa, todos los detalles del mundo antimaterial del texto de el Gītā, y estos detalles son en realidad más exhaustivos que los detalles materiales. Los detalles básicos son los siguientes:

La Deidad regente del mundo antimaterial es Śrī Kṛṣṇa, que existe en Su personalidad original así como también en Sus muchas expansiones plenarias. Esta Personalidad y Sus expansiones plenarias pueden ser conocidas exclusivamente mediante las actividades antimateriales, comúnmente conocidas como bhakti-yoga, o servicio devocional. La Personalidad de Dios es la verdad suprema, y Él constituye todo el principio antimaterial, así como también el principio antimaterial es una emanación de Su persona. Él es la raíz del árbol completo. Cuando se vierte agua en la raíz de un árbol, las ramas y las hojas se nutren automáticamente. De la misma manera, cuando se adora al Señor Śrī Kṛṣṇa, la Personalidad de Dios, todos los detalles de los mundos materiales son revelados y el corazón del devoto se nutre sin que tenga que trabajar de un modo materialista. Éste es el secreto de el Bhagavad-gītā.

El proceso de entrar en los mundos antimateriales difiere de los procesos materialistas. El ser viviente individual puede muy fácilmente entrar en el mundo antimaterial, llevando a cabo actividades antimateriales mientras reside en el mundo material. Pero quienes son verdaderamente materialistas burdos, que dependen de la fuerza limitada del pensamiento experimental, de la especulación mental y de la ciencia materialista, encuentran grandes dificultades para entrar en los mundos antimateriales. El materialista burdo puede que trate de acercarse a los mundos antimateriales esforzándose con naves espaciales, satélites, cohetes, etc., que lanza al espacio exterior, pero con esos medios no se puede ni siquiera acercarse a los planetas materiales que se encuentran en las regiones más altas del cielo material, y qué decir de aquellos planetas que están situados en el cielo antimaterial, que está mucho más allá del universo material. Inclusive los yogīs que han controlado perfectamente los poderes místicos, tienen grandes dificultades al intentar entrar en esa región. Los yogīs expertos que controlan la partícula antimaterial, que se encuentra dentro del cuerpo material, mediante la práctica de los poderes místicos, pueden dejar sus cuerpos materiales a voluntad en cualquier momento, y en esa forma pueden entrar en los mundos antimateriales a través de un pasaje específico que conecta al mundo material con el mundo antimaterial. Si ellos son capaces, actúan de acuerdo con el método prescrito dado en el Gītā (8.24):

Aquellos que han comprendido lo que es la trascendencia pueden llegar al mundo antimaterial al dejar sus cuerpos materiales durante el período de uttarāyana, es decir, cuando el Sol está en su sendero hacia el Norte, o durante los momentos auspiciosos en los que las deidades del fuego y de la refulgencia controlan la atmósfera.

Las diferentes deidades, u oficiales administrativos poderosos, son nombradas para actuar en la administración de las actividades cósmicas. La gente tonta que es incapaz de ver las complejidades del manejo cósmico, se ríe de la idea de un manejo personal del fuego, del aire, la electricidad, los días, las noches, etc., a cargo de los semidioses. Pero los yogīs perfectos saben cómo satisfacer a estos imperceptibles administradores de los asuntos materiales y, aprovechándose de la buena voluntad de estos administradores, dejan sus cuerpos materiales a voluntad durante los momentos oportunos que se han dispuesto para la entrada al universo antimaterial o a los planetas más elevados del cielo material. En los planetas elevados del mundo material, los yogīs pueden disfrutar de vidas más cómodas y más placenteras por cientos de miles de años, pero la vida en esos planetas elevados no es eterna. Quienes desean vida eterna, entran en el universo antimaterial mediante los poderes místicos, en ciertos momentos oportunos creados por los semidioses administradores de los asuntos cósmicos, administradores imperceptibles para los materialistas burdos que residen en este planeta de séptima clase titulado “Tierra”.

Aquellos que no son yogīs pero que mueren en un momento oportuno debido a penitencias ejecutadas, o a actos piadosos, o a sacrificios, caridad, etc., pueden ascender a los planetas superiores después de la muerte, pero están sujetos a volver a este planeta [Tierra]. Su salida tiene lugar en el período conocido como dhūma, la oscura mitad del mes, en la que no hay luna, o cuando el Sol está en su sendero hacia el Sur. (Bg. 8.25)

En resumen, el Gītā recomienda que uno adopte el medio del servicio devocional, o las actividades antimaterialistas, si uno desea entrar en el mundo antimaterial. Quienes adoptan el medio del servicio devocional como ha sido prescrito por el trascendentalista experto, nunca ven frustrado su intento de entrar en los mundos antimateriales. Aunque los obstáculos son muchos, los devotos del Señor Kṛṣṇa pueden superarlos fácilmente, al seguir de manera estricta el sendero esbozado por los devotos trascendentales. Esos devotos, quienes son pasajeros que progresan en el viaje de la vida hacia el reino antimaterial de Dios, nunca se confunden. Nadie es engañado ni decepcionado cuando adopta el sendero garantizado de la devoción para entrar en el universo antimaterial. Uno puede lograr fácilmente todos los resultados que se obtienen de los estudios de los Vedas, las ejecuciones de sacrificio, las prácticas de penitencias y los ofrecimientos de caridad, simplemente mediante la ejecución unilateral del servicio devocional, técnicamente conocido como bhakti-yoga.

El bhakti-yoga es, por lo tanto, la gran panacea para todos, y el Señor Kṛṣṇa Mismo en Su más sublime, liberal y munífica aparición como el Señor Śrī Caitanya (1486-1534), que apareció en Bengala y difundió el movimiento de sa‰kīrtana —cantando, bailando y entonando los nombres de Dios— a través de toda la India, lo ha hecho fácil de practicar especialmente en esta edad de hierro. Por la gracia del Señor Caitanya, uno puede adoptar rápidamente los principios del bhakti-yoga. Así pues, todas las dudas del corazón desaparecerán, el fuego de la tribulación material se extinguirá y la dicha trascendental se presentará.

En el Quinto Capítulo del Brahma-saṁhitā hay una descripción del variado sistema planetario que se encuentra dentro del mundo material. También se indica en el Gītā que hay diferentes variedades de sistemas planetarios en cientos de miles de universos materiales, y que estos universos en conjunto constituyen sólo una fracción (la cuarta parte) de la energía creativa de Dios. La mayor parte de la energía del Señor (las tres cuartas partes), se manifiesta en el cielo espiritual denominado para-vyoma o Vaikuṇṭhaloka. Estas instrucciones de el Brahma-saṁhitā y el Bhagavad-gītā puede que sean finalmente confirmadas por el científico materialista, mientras investiga la existencia del mundo antimaterial.

Además, el 21 de febrero de 1960, una noticia de prensa de Moscú informó:

El muy conocido profesor ruso de astronomía, Boris Vorontsov-Veliaminov, dijo que debe haber un infinito número de planetas en el universo, habitados por seres dotados de razón.

Esta afirmación del astrónomo ruso es una confirmación de la información dada en el Brahmā-saṁhitā que señala:

yasya prabhā prabhavato jagand-aṇḍa-koṭi-
koṭiṣv aśeṣa-vasudhādi-vibhūti-bhinnam
tad brahma niṣkalam anantam aśeṣa-bhūtaṁ
govindam ādi-puruṣaṁ tam ahaṁ bhajāmi
[Bs. 5.40]

Según esta cita de la Brahmā-saṁhitā, no hay solamente un número infinito de planetas como lo confirma el astrónomo ruso, sino que hay también un número infinito de universos. Todos estos universos infinitos junto con los infinitos planetas que contienen, flotan en —y se producen de— la refulgencia Brahman que emana del cuerpo trascendental de Mahā-Viṣṇu, quien es adorado por Brahmā, la deidad regente del universo en el que residimos.

El astrónomo ruso confirma que todos los planetas —se estima que no son menos de 100.000.000— están habitados. En la Brahmā-saṁhitā hay una indicación de que en todos y cada uno del infinito número de universos hay un número infinito de diversos planetas.

El punto de vista del astrónomo es secundado por el profesor Vladimir Alpatov, un biólogo, que sostenía que algunos de los planetas antes mencionados habían alcanzado un estado de desarrollo correspondiente al de la Tierra. La nota del periódico de Moscú continuaba:

Pudiera ser que la vida, similar a la de la Tierra, floreciera en tales planetas. El doctor en química Nikolai Zhirov, al tratar el problema de la atmósfera de los planetas, señaló que el organismo de un ser que habite en Marte, por ejemplo, podría muy bien adaptarse a una existencia normal, con una baja temperatura corporal. Él dijo que le parecía que la composición gaseosa de la atmósfera de Marte era muy adecuada para mantener la vida de seres que se hubieran adaptado a ella.

La adaptabilidad de los organismos a las diferentes variedades de planetas, se describe en el Brahmā-saṁhitā como vibhūti-bhinnam, es decir, todos y cada uno de los innumerables planetas dentro de los universos están dotados con un tipo particular de atmósfera, y los seres vivientes de allí son avanzados en ciencia, psicología, etc., de acuerdo con la superioridad o inferioridad de la atmósfera. Vibhūti significa “poder específico”, y bhinnam significa “variado”. Los científicos que intentan explorar el espacio exterior en un intento por llegar a otros planetas a través de medios mecánicos, deben comprender que los organismos adaptados a la atmósfera de la Tierra no pueden existir en atmósferas de otros planetas. Por ello, el intento de llegar a la Luna, al Sol o a Marte, resultará ser un esfuerzo completamente inútil para el hombre, debido a las distintas atmósferas que prevalecen en esos planetas. Sin embargo, uno puede intentar ir individualmente a cualquier planeta que desee, pero esto sólo es posible mediante cambios psicológicos de la mente. La mente es el núcleo del cuerpo material. El proceso gradual y evolutivo del cuerpo material depende de cambios psicológicos de la mente. El cambio de la constitución corporal de un gusano por la de una mariposa y, en la ciencia médica moderna, la conversión del cuerpo de un hombre en el de una mujer (o viceversa), dependen más o menos de cambios psicológicos.

En el Bhagavad-gītā se dice que si un hombre, en el momento de la muerte, concentra su mente en la forma de la Personalidad de Dios, Śrī Kṛṣṇa, y mientras hace esto abandona su cuerpo, al instante entra en la existencia espiritual del mundo antimaterial. Esto significa que cualquiera que entrene la mente para apartarla de la materia hacia la forma espiritual de Dios mediante la ejecución de las reglas prescritas del servicio devocional, puede alcanzar fácilmente el reino de Dios, en el cielo antimaterial. Y de esto no hay duda.

De la misma manera, si uno desea entrar en cualquier otro planeta del cielo material, puede ir allí justo después de abandonar el cuerpo presente (es decir, después de la muerte). Así pues, si alguien quiere ir a la Luna, al Sol o a Marte, puede hacerlo simplemente ejecutando actividades con este propósito./ El Gītā (8.6) confirma esta declaración mediante las siguientes palabras:

Aquello en lo que una persona medita en el momento de la muerte, abandonando su cuerpo mientras se encuentra absorta en ese pensamiento, eso en particular es lo que alcanza después de la muerte.

Mahārāja Bharata, a pesar de llevar una vida de severas penitencias, pensó en un ciervo en el momento de la muerte, y en esa forma se convirtió en un ciervo después de la muerte. Sin embargo, él retuvo una conciencia clara de su vida anterior y comprendió su error. Es importante comprender que los pensamientos de uno en el momento de la muerte están influenciados por las actividades efectivas que uno ejecuta durante su vida.

En el Śrīmad-Bhāgavatam (3.32.1-4) se describe de la siguiente manera el proceso para entrar en la Luna:

Los hombres de mente materialista, que no tienen ninguna información del reino de Dios, están siempre locos por la adquisición material de riqueza, fama y adoración. Esos hombres están interesados en el bienestar progresivo de su familia en particular para su propia satisfacción, y por ello, también están interesados en el progreso del bienestar social y nacional. Estos hombres logran sus objetivos mediante actividades materiales. Ellos están dedicados mecánicamente al desempeño ritual de los deberes prescritos y, como consecuencia de ello, están inclinados a satisfacer a los pitās, o los antepasados, y a los semidioses regentes, mediante ejecuciones de sacrificios, tal como ha sido prescrito por las Escrituras reveladas. Estando adictos a esos actos de sacrificio y prácticas ceremoniales, esas almas entran en la Luna después de la muerte. Cuando a uno se le promueve a la Luna de esa forma, recibe la capacidad de disfrutar de la bebida soma-rasa, una bebida celestial. La Luna es un lugar en el cual el semidiós Candra es la deidad predominante. La atmósfera y las comodidades de la vida que hay allí, son más confortables y ventajosas que las de la Tierra. Después de alcanzar la Luna, si un alma no utiliza la oportunidad para la promoción a planetas mejores, se degrada y se le obliga a volver a la Tierra o a un planeta similar. Sin embargo, las personas materialistas, si bien puede que alcancen el sistema planetario más elevado, son ciertamente aniquiladas en el momento de la disolución de la manifestación cósmica.

En lo que concierne al sistema planetario del cielo espiritual, hay ilimitados planetas Vaikuṇṭha en el para-vyoma. Los Vaikuṇṭhas son planetas espirituales que son manifestaciones de la potencia interna del Señor, y la proporción entre estos planetas y los planetas materiales (energía externa) en el cielo material, es de tres a uno. Así pues, el pobre materialista está ocupado haciendo ajustes políticos en un planeta que es de lo más insignificante en la creación de Dios. Por no hablar de este planeta Tierra. Todo el universo con sus innumerables planetas a lo largo de las galaxias, es comparable a una semilla de mostaza que se halla en una bolsa llena de semillas de mostaza. Pero el pobre materialista hace planes para vivir cómodamente aquí, y en esa forma malgasta su valiosa energía humana en algo que está destinado a la frustración. En vez de desperdiciar su tiempo con especulaciones financieras, debería haber buscado una vida simple y de elevado pensamiento espiritual, y de esa forma salvarse del perpetuo trastorno materialista.

Aun si un materialista quiere disfrutar de facilidades materiales desarrolladas, puede trasladarse a planetas donde puede experimentar placeres materiales mucho más avanzados que los que se consiguen en el planeta Tierra. Pero el mejor plan es prepararse para volver al cielo espiritual después de dejar el cuerpo. Sin embargo, si uno está decidido a disfrutar de facilidades materiales, puede trasladarse a otros planetas del cielo material, utilizando poderes yóguicos. Las humorísticas naves espaciales de los astronautas no son sino entretenimientos infantiles y son inútiles para este propósito.

El sistema de aṣṭāṇga-yoga también es materialista, puesto que le enseña a uno a controlar los movimientos de aire dentro del cuerpo material. La chispa espiritual, el alma, está flotando en el aire dentro del cuerpo, y la inhalación y exhalación son las olas de ese aire que contiene al alma. Por lo tanto, el sistema de yoga es un arte material para controlar el aire, transfiriéndolo desde el estómago al ombligo, desde el pecho a la clavícula y desde allí a los ojos; de los ojos al cerebelo, y desde allí a cualquier planeta que se desee. El científico materialista toma en cuenta las velocidades del aire y de la luz, pero no tiene ninguna información de la velocidad de la mente ni la de la inteligencia. Tenemos algo de experiencia limitada acerca de la velocidad de la mente, debido a que en un momento podemos trasladar nuestras mentes a lugares que se hallan a cientos de miles de kilómetros. La inteligencia es aún más fina. Más fina que la inteligencia es el alma, la cual no es materia como la mente y la inteligencia, sino que es espíritu o antimateria. El alma es cientos de miles de veces más fina y más poderosa que la inteligencia. Por ello, tan sólo podemos imaginarnos la velocidad del alma en su viaje de un lugar a otro. No es necesario decirlo, el alma viaja por su propia fuerza, y no con la ayuda de ningún tipo de vehículo material.

La civilización bestial de comer, dormir, temer y complacer los sentidos, ha descarriado al hombre moderno, haciéndolo olvidar cuán poderosa alma tiene. Como ya hemos descrito, el alma es una chispa espiritual que es muchas, muchas veces más iluminadora, refulgente y poderosa que el Sol, la Luna o la electricidad. La vida humana se arruina cuando un hombre no comprende su verdadera identidad con su alma. El Señor Caitanya apareció con Su discípulo Nityānanda para salvar al hombre de este tipo de civilización descarriadora.

El Śrīmad-Bhāgavatam también describe cómo los yogīs pueden viajar a todos los planetas del universo. Cuando la fuerza vital es elevada al cerebelo, existe toda posibilidad de que esta fuerza escape por los ojos, la nariz, los oídos, etc., ya que éstos son lugares que se conocen como la séptima órbita de la fuerza vital. Pero los yogīs pueden obstruir estos orificios al suspender completamente el aire. El yogī luego concentra la fuerza vital en la posición media, es decir, entre las cejas. En esa posición, el yogī puede pensar en el planeta al cual desea entrar después de dejar el cuerpo. Él puede entonces decidir si quiere ir a la morada de Kṛṣṇa en los trascendentales Vaikuṇṭhas, desde los cuales no tendrá que descender al mundo material, o viajar a planetas elevados del universo material. El yogī perfecto tiene la libertad de hacer cualquiera de las dos cosas.

Para el yogī perfecto que ha logrado el éxito en el método de dejar su cuerpo con perfecta conciencia, trasladarse de un planeta a otro es tan sencillo como para un hombre ordinario caminar al almacén de comestibles. Como ya se discutió, el cuerpo material es tan sólo una cubierta del alma espiritual. La mente y la inteligencia son cubiertas interiores, y el cuerpo burdo de tierra, agua, aire, etc., es la cubierta exterior del alma. Como tal, toda alma avanzada que se ha autorrealizado mediante el proceso yóguico, que conoce la relación entre la materia y el espíritu, puede abandonar el vestido burdo del alma en perfecto orden y según lo desee. Por la gracia de Dios, tenemos completa libertad. Debido a que el Señor es amable con nosotros, podemos vivir en cualquier parte: ya sea en el cielo espiritual o en el cielo material, en cualquier planeta que deseemos. Sin embargo, la mala utilización de esta libertad hace que uno caiga al mundo material y sufra las tres clases de miserias de la vida condicionada. Vivir una vida miserable en el mundo material debido a la elección del alma, se ilustra bellamente en Paraíso perdido de Milton. En forma similar, el alma, por su elección, puede regresar al paraíso y volver a casa, de vuelta a Dios.

En el crítico momento de la muerte, uno puede colocar la fuerza vital entre las dos cejas, y decidir dónde quiere ir. Si es renuente a mantener alguna conexión con el mundo material, puede alcanzar el Vaikuṇṭha trascendental en menos de un segundo, y aparecer allí en su cuerpo completamente espiritual, el cual será apropiado para uno en la atmósfera espiritual. Simplemente tiene que desea dejar el mundo material tanto en la forma más sutil como en la más burda, y luego mover la fuerza vital hasta la parte más elevada del cráneo, y abandonar el cuerpo por el hueco del cráneo denominado brahma-randhra. Esta es la más elevada perfección de la práctica del yoga.

Por supuesto, el hombre está dotado de libre albedrío, y como tal, si no se quiere liberar del mundo material, puede disfrutar de la vida de brahma-pāda (ocupar el puesto de Brahmā), y visitar Siddhaloka, los planetas de los seres materialmente perfectos, que tienen plena capacidad de controlar la gravedad, el espacio, el tiempo, etc. Para visitar estos planetas más elevados del universo material, uno no tiene que abandonar su mente ni su inteligencia (la materia más sutil), sino que tiene tan sólo que abandonar la materia más burda (el cuerpo material).

Los satélites y vehículos espaciales mecánicos hechos por el hombre nunca serán capaces de llevar a los seres humanos a los planetas del espacio exterior. Los hombres ni siquiera pueden continuar con sus tan publicitados viajes a la Luna, porque, como ya lo hemos afirmado, la atmósfera en tales planetas superiores es diferente a la atmósfera aquí en la Tierra. Todos y cada uno de los planetas tienen su atmósfera particular, y si uno quiere viajar a cualquier planeta en particular dentro del universo material, tiene que tener un cuerpo material exactamente adaptado a la condición climática de ese planeta. Por ejemplo, si uno quiere ir de la India a Europa, donde la condición climática es diferente, tiene que cambiar su vestimenta de acuerdo con ello. En forma similar, se necesita un cambio completo de cuerpo si uno quiere ir a los planetas trascendentales de Vaikuṇṭha.

Si uno quiere ir a los planetas más elevados, puede mantener su vestido más sutil, de la mente, inteligencia y ego, pero tiene que dejar su vestido burdo (el cuerpo) hecho de tierra, agua, fuego, etc. Sin embargo, cuando uno va a un planeta trascendental, es necesario cambiar tanto el cuerpo sutil como el cuerpo burdo, pues uno tiene que llegar al cielo espiritual con una forma completamente espiritual. Este cambio de vestimenta ocurrirá automáticamente en el momento de la muerte, si uno así lo desea. Pero este deseo es posible que aparezca en el momento de la muerte tan sólo si el deseo se ha cultivado durante la vida. Donde están los tesoros de uno, allí también está su corazón. Cuando uno practica el servicio devocional, uno cultiva el deseo de ir al reino de Dios. Los siguientes detalles esbozan una práctica general mediante la cual uno puede prepararse para un viaje fácil a los planetas Vaikuṇṭha (antimateriales), donde la vida está libre del nacimiento, la vejez, la enfermedad y la muerte.

Práctica general (funciones positivas):

  1. El candidato serio debe aceptar un maestro espiritual fidedigno con el objeto de ser entrenado científicamente. Debido a que los sentidos son materiales, no es del todo posible comprender la trascendencia por medio de ellos. Por lo tanto, los sentidos tienen que ser espiritualizados mediante el método prescrito bajo la dirección del maestro espiritual.
  2. Cuando el estudiante ha escogido un maestro espiritual fidedigno, debe recibir la apropiada iniciación de éste. Esto señala el comienzo del entrenamiento espiritual.
  3. El candidato debe estar preparado para satisfacer al maestro espiritual por todos los medios. Un maestro espiritual fidedigno que conoce perfectamente los métodos de la ciencia espiritual, que es un entendido en las Escrituras espirituales tales como el Bhagavad-gītā, el Vedānta, el Śrīmad-Bhāgavatam y los Upaniṣads, y que también es un alma realizada que ha hecho una conexión tangible con el Señor Supremo, es el medio trasparente por el cual se conduce al candidato deseoso al sendero de los Vaikuṇṭhas. Al maestro espiritual se le debe satisfacer en todos los aspectos, porque simplemente con sus buenos deseos el candidato puede hacer maravillosos progresos en el sendero.
  4. El candidato inteligente le hace preguntas inteligentes al maestro espiritual, con el objeto de aclarar su sendero de toda incertidumbre. El maestro espiritual le muestra el camino, no caprichosamente, sino de acuerdo con los principios de las autoridades que realmente han recorrido el sendero. Los nombres de estas autoridades se revelan en las Escrituras, y uno simplemente tiene que seguirlas bajo la dirección del maestro espiritual. El maestro espiritual nunca se desvía del sendero de las autoridades.
  5. El candidato debe tratar siempre de seguir los pasos de los grandes sabios que han practicado el método y han obtenido el éxito. Esto debe tomarse como lema en la vida. Uno no debe imitarlos superficialmente, sino que debe seguirlos sinceramente en términos del tiempo y las circunstancias particulares.
  6. El candidato debe estar dispuesto a cambiar sus hábitos en términos de las instrucciones contenidas en los libros autoritativos; y para la satisfacción del Señor, debe estar dispuesto a sacrificar tanto la complacencia sensorial como la renuncia sensorial, siguiendo el ejemplo de Arjuna.
  7. El candidato debe vivir en una atmósfera espiritual.
  8. Debe estar satisfecho con poseer riqueza suficiente para tan sólo mantenerse. No debe tratar de acumular más riqueza que la que necesita para mantenerse de una manera sencilla.
  9. Debe observar las fechas de ayuno, tales como el decimoprimer día de la luna creciente y menguante.
  10. Debe ofrecerle respeto al árbol baniano, a la vaca, al brāhmana erudito y al devoto. Estos son los primeros escalones hacia el servicio devocional. Gradualmente uno tiene que adoptar otros puntos que son de carácter restrictivo.
  11. Uno debe evitar cometer ofensas en el desempeño del servicio devocional y al cantar los santos nombres.
  12. Se debe evitar el contacto prolongado con los no devotos.
  13. No se debe aceptar un número ilimitado de discípulos. Esto significa que un candidato que ha seguido exitosamente los primeros doce puntos, puede también convertirse él mismo en maestro espiritual, de la misma manera en que un estudiante se vuelve un asistente de clase con un limitado número de discípulos.
  14. Uno no debe hacerse pasar por hombre vastamente entendido simplemente citando afirmaciones tomadas de los libros. Uno debe tener un conocimiento sólido de los libros necesarios, sin conocimiento superfluo de otros.
  15. Una práctica regular y exitosa de los catorce puntos anteriores, capacitará al candidato para mantener su equilibrio mental aun en medio de grandes tribulaciones de pérdida o ganancia material.
  16. En la siguiente etapa, el candidato no se aflige con la lamentación ni la ilusión.
  17. Él no menosprecia la forma de religión o de adoración de otro, ni tampoco a la Personalidad de Dios ni a Su devoto.
  18. Él nunca tolera la blasfemia en contra del Señor o Sus devotos.
  19. Él no debe participar en conversaciones que traten de la relación entre hombre y mujer, ni se debe ocupar en hablar de temas inútiles que se refieren a los asuntos familiares de otros.
  20. Él no debe infligir dolor —ni en el cuerpo ni en la mente— a otros seres vivientes, quienesquiera que éstos sean.


De los veinte puntos anteriores, los primeros tres puntos positivos son obligatorios y muy indispensables para el candidato serio.

Hay otros cuarenta y cuatro puntos que debe seguir el candidato serio, pero el Señor Caitanya ha seleccionado cinco de ellos como los más importantes. Éstos se seleccionaron debido a las actuales condiciones de la vida en sociedad. Son los siguientes:

  1. Uno debe relacionarse con los devotos. La relación con los devotos se hace posible al escucharlos atentamente, al hacerles preguntas pertinentes, al proveerles de alimentos y al aceptar todo lo que ellos ofrezcan.
  2. Uno debe cantar el santo nombre del Señor en todas las circunstancias. El canto del nombre del Señor es un proceso de realización sencillo y sin costo alguno. Uno puede cantar cualquiera de los innumerables nombres del Señor en todo momento. Uno debe tratar de evitar el cometer ofensas. Hay diez ofensas que uno puede que cometa mientras canta los nombres trascendentales, y éstas debe ser evitadas tanto como sea posible, pero en cualquier caso, uno debe tratar de cantar los nombres del Señor en todo momento.
  3. Uno debe escuchar la exposición de los temas trascendentales que se enuncian en el Śrīmad-Bhāgavatam. Este proceso de escuchar se hace posible asistiendo a conferencias que dicten devotos genuinos, y mediante la lectura de traducciones autorizadas del Śrīmad-Bhāgavatam.
  4. Uno debe tener su hogar en Mathurā, el lugar del nacimiento del Señor Kṛṣṇa. O uno puede hacer que su hogar sea igual a Mathurā instalando la Deidad del Señor para que la adoren todos los miembros de la familia, después de recibir la debida iniciación dada por el maestro espiritual.
  5. Uno debe adorar con atención y devoción a la Deidad instalada, de manera que toda la atmósfera del hogar de uno se vuelva una réplica de la morada del Señor. Esto se hace posible mediante la dirección del maestro espiritual, que conoce el arte trascendental, y puede enseñarle al candidato el método correcto.


Cualquier hombre puede adoptar los cinco puntos anteriores en cualquier parte del mundo. Así pues, cualquiera puede prepararse para volver a casa, de vuelta a Dios, a través del sencillo método reconocido por autoridades tales como el Señor Śrī Caitanya Mahāprabhu, que específicamente advino para liberar a las almas caídas de esta era.

Para más detalles acerca de este tema, uno debe leer obras como el Bhakti-rasāmṛta-sindhu, del cual hemos presentado un estudio resumido en inglés (traducido también al castellano), titulado Néctar de la devoción.

Todo el proceso de trasladarse al cielo espiritual implica extinguir gradualmente la composición material de las cubiertas burdas y sutiles del alma espiritual. Los cinco puntos de las actividades devocionales antes mencionados son tan poderosos espiritualmente, que al ser llevados a la práctica por un devoto, incluso en la etapa preliminar, pueden rápidamente promover al ejecutor sincero a la etapa de bhāva (la etapa previa al amor por Dios), o emoción en el plano espiritual, que es trascendental a las funciones mentales. Una completa absorción en bhāva, o amor por Dios, lo vuelve a uno apto para ser trasladado al cielo espiritual justo después de abandonar el tabernáculo material. La perfección del amor por Dios lograda por un devoto, lo sitúa en la plataforma espiritual, aunque puede que todavía mantenga un cuerpo material burdo. Él se vuelve como un hierro al rojo vivo, el cual, cuando se pone en contacto con el fuego, de hecho deja de ser hierro y actúa como fuego. Estas cosas se hacen posibles mediante la inescrutable e inconcebible energía del Señor, que la ciencia material no alcanza a medir. Por lo tanto, uno debe ocuparse en el servicio devocional con absoluta fe, y esforzarse por volver su fe constante. Uno debe también buscar la compañía de los devotos modelo del Señor, mediante el contacto personal (si es posible) o pensando en ellos. Esta relación lo ayudará a uno a desarrollar verdadero servicio devocional al Señor, el cual hará que todas las dudas materiales desaparezcan tan rápido como el resplandor de un relámpago. El candidato sentirá personalmente todas estas distintas etapas de la iluminación espiritual, y esto provocará en él una creencia firme de que está progresando positivamente en el camino al cielo espiritual. En ese momento se apegará sinceramente al Señor y a Su morada. Así es el proceso gradual de desarrollo de amor por Dios, el cual es la necesidad primaria para la forma humana de vida.

Hay ejemplos en la historia de grandes personalidades, entre ellos sabios y reyes, que lograron la perfección mediante este proceso. Algunos de ellos lograron el éxito, incluso adhiriéndose con fe y perseverancia a uno solo de estos puntos de servicio devocional. Algunas de estas personalidades se enumeran a continuación:

  1. El emperador Parīkṣit alcanzó la plataforma espiritual simplemente por escuchar a una autoridad como Śrī Śukadeva Gosvāmī.
  2. Śrī Śukadeva Gosvāmī logró lo mismo simplemente por recitar al pie de la letra, el mensaje trascendental que recibió de su gran padre, Śrī Vyāsadeva.
  3. El emperador Prahlāda logró el éxito por recordar al Señor constantemente, cumpliendo así las instrucciones dadas por Śrī Nārada Muni, el gran santo y devoto.
  4. Lakṣmījī, la diosa de la fortuna, logró el éxito simplemente por sentarse y servir los pies de loto del Señor.
  5. El rey Pṛthu logró el éxito simplemente por adorar al Señor.
  6. Akrūra, el auriga, logró el éxito simplemente por recitar oraciones para el Señor.
  7. Hanumān (Mahāvīra), el famoso devoto no humano del Señor Śrī Rāmacandra, logró el éxito simplemente por llevar a cabo las órdenes del Señor.
  8. Arjuna, el gran guerrero, logró la misma perfección simplemente haciendo amistad con el Señor, quien expuso el mensaje de el Bhagavad-gītā para iluminar a Arjuna y a sus seguidores.
  9. El emperador Bali logró el éxito al entregarle todo al Señor, incluso su propio cuerpo.


Éstas son las nueve modalidades tipo de servicio devocional al Señor, y un candidato puede elegir adoptar una, dos, tres, cuatro o todas, según lo desee. Todos los servicios prestados al Absoluto son en sí mismo absolutos; en la plataforma espiritual no se encuentra ninguna de las diferencias materiales. En la plataforma espiritual, todo es idéntico a todo lo demás, aunque hay una variedad trascendental. El emperador Ambarīṣa adoptó todos los nueve puntos anteriores, y logró el éxito perfecto. Fue él quien ocupó su mente en los pies de loto del Señor, su voz en describir los mundos espirituales, sus manos en limpiar el templo del Señor, sus oídos en escuchar sumisamente las palabras del Señor Śrī Kṛṣṇa, sus ojos en ver las Deidades del Señor, su cuerpo en tocar los cuerpos de los devotos, sus fosas nasales en oler las flores ofrecidas al Señor, sus piernas en visitar el templo del Señor, y toda la energía de su vida en ejecutar los servicios del Señor, sin desear en lo más mínimo su propia complacencia sensorial. Todas estas actividades lo ayudaron a lograr la etapa perfecta de la vida, en la cual se superan todas las habilidades de la ciencia material.

Por lo tanto, es importante que todos los seres humanos adopten estos principios de iluminación espiritual para la perfección de sus vidas. La única obligación de un ser humano es lograr la iluminación espiritual. Desdichadamente, en la civilización moderna, la sociedad humana está demasiado ocupada en desempeñar deberes nacionales. En realidad, los deberes nacionales, los deberes sociales y los deberes humanitarios, son obligatorios solamente para quienes están desprovistos de los deberes espirituales. Tan pronto como un hombre nace en la Tierra, no solamente tiene obligaciones nacionales, sociales y humanitarias, sino que también tiene obligaciones con los semidioses que le proveen el aire, la luz, el agua, etc. También tiene obligaciones con los grandes sabios que han dejado vastas minas de conocimiento para guiarlo en la vida. Él tiene obligaciones con todo tipo de seres vivientes, con sus antepasados, con los miembros de su familia, y así sucesivamente. Pero tan pronto como uno se ocupa en el único deber obligatorio —el deber de la perfección espiritual— entonces automáticamente acaba con todas las demás obligaciones sin tener que hacer esfuerzos separados.

Un devoto del Señor nunca es una perturbación para la sociedad; por el contrario, él constituye un gran bien social. Puesto que ningún devoto sincero está atraído a las actividades pecaminosas, tan pronto como un hombre se vuelve devoto puro, puede darle incalculable servicio desinteresado a la sociedad, para la paz y la prosperidad en todos los aspectos, en esta vida y en la próxima. Pero aun si ese devoto comete alguna ofensa, el Señor Mismo la rectifica de inmediato. Por lo tanto, no hay necesidad de que el devoto cultive el conocimiento materialista ni de que renuncie a todo y viva como un ermitaño. Él puede simplemente permanecer en casa y ejecutar servicio devocional regularmente en cualquier orden de vida. Y hay ejemplos en la historia de hombres extremadamente crueles que ablandaron su corazón simplemente mediante la ejecución del servicio devocional. El conocimiento y el renunciar a un modo de vida inferior, se dan automáticamente en la vida de un devoto puro, sin que tenga que hacer esfuerzos adicionales.

Este arte y ciencia espiritual del servicio devocional, es la más elevada contribución de los sabios hindúes para el resto del mundo. Por lo tanto, todo el que haya nacido en la India, tiene la obligación de perfeccionar su vida adoptando los principios de este gran arte y esta gran ciencia, y distribuirlo al resto del mundo que todavía ignora cuál es la finalidad de la vida. La sociedad humana está destinada a alcanzar esta etapa de perfección mediante el desarrollo gradual del conocimiento. Sin embargo, los sabios hindúes ya han alcanzado esa posición. ¿Por qué las demás personas tienen que esperar miles y miles de años para poder alcanzar la posición de ellos? ¿Por qué no darles la información de inmediato, en forma sistemática, de manera que puedan ahorrar tiempo y energía? Ellos deben aprovecharse de esta vida, que pudiera haberles costado millones de años de trabajo para conseguirla.

Un escritor ruso de ficción ahora está sugiriéndole al resto del mundo que el progreso científico puede ayudar al hombre a vivir para siempre. Por supuesto, él no cree en un Ser Supremo que es el Creador. Sin embargo, nosotros le damos la bienvenida a esas sugerencias, ya que sabemos que el verdadero progreso en el conocimiento científico llevará ciertamente al hombre al cielo espiritual, y le informará al científico que hay un creador supremo, quien posee plenas potencias, más allá de todos los conceptos científicos materialistas.

Como ya se mencionó, todo ser viviente es eterno en forma, pero tiene que cambiar sus coberturas externa, burda y sutil, y este proceso de cambio se conoce técnicamente como vida y muerte. Mientras un ser viviente tenga que ponerse los grilletes del cautiverio material, no tiene alivio de este proceso de cambios, el cual continúa incluso en la etapa más elevada de la vida material. El escritor ruso de ficción puede especular, como acostumbran a hacerlo los escritores de ficción, pero la gente más cuerda, que posee algún conocimiento de la ley natural, no estará de acuerdo en que el hombre puede vivir para siempre dentro de este mundo material.

Un naturalista puede ver el curso general que toma la naturaleza material, simplemente con estudiar una fruta. Una pequeña fruta nace de una flor, crece, permanece por algún tiempo en una rama, se desarrolla por completo, madura, y, más tarde, comienza a deteriorarse diariamente hasta que cae del árbol, comienza a descomponerse y a mezclarse con la tierra y, por último, se mezcla por completo con ésta, dejando la semilla, la cual a su vez crece, se convierte en un árbol y con el tiempo produce muchas frutas, las cuales tendrán el mismo destino, etc., etc.

En forma similar, un ser viviente (siendo una chispa espiritual, una parte del Ser Supremo) adquiere su forma orgánica en el vientre de su madre, justo después de la relación sexual. Crece poco a poco dentro del vientre, nace, luego continúa creciendo, se convierte en niño, luego en muchacho, después en joven, más adelante en adulto, luego se vuelve viejo, y finalmente se deteriora y se encuentra con la muerte, a pesar de todas las bendiciones y los esperanzadores castillos en el aire de los escritores de ficción. Al comparar, no hay diferencia entre el hombre y la fruta. Tal como la fruta, el hombre puede que deje tras de sí sus semillas de numerosos niños, pero no puede existir eternamente dentro de su cuerpo material, debido a la ley de la naturaleza material.

¿Cómo alguien puede ignorar la ley de la naturaleza material? Ningún científico materialista puede cambiar las estrictas leyes de la naturaleza, por más jactancioso que sea. Ningún astrónomo ni científico puede cambiar el curso de los planetas; tan sólo puede fabricar un insignificante planeta de juguete al que denomina satélite. Los niños tontos puede que queden impresionados por esto y puede que le den mucho mérito a los inventores de los modernos satélites, sputniks, etc., pero la sección más cuerda de la humanidad le da más crédito al creador de los satélites gigantes, o sea, del Sol, las estrellas y los planetas, que el científico materialista no puede terminar de contar. Si un pequeño satélite de juguete tiene un creador en Rusia o en Norteamérica, es razonable que los satélites gigantescos tengan su creador en el cielo espiritual. Si un satélite de juguete requiere de tantos cerebros científicos para fabricarlo y ponerlo en órbita, ¿qué tipo de cerebro perfecto creó las galaxias de estrellas, y las mantiene en sus órbitas? Hasta ahora los ateos no han podido responder a esto.

Los incrédulos exponen sus propias teorías de la creación, las cuales por lo general dan como resultado afirmaciones tales como: “Es difícil de entender”, “Nuestra imaginación no puede concebirlo, pero es posible que haya sido así”; “Es incomprensible”, y así sucesivamente. Esto tan sólo significa que su información no tiene base autoritativa y no está respaldada por datos científicos. Ellos simplemente especulan. Sin embargo, la información autorizada está disponible en el Bhagavad-gītā. Por ejemplo, el Gītā nos informa que dentro del mundo material hay seres vivientes cuya vida dura 4.300.000 x 1.000 x 2 x 30 x 12 x 100 años solares. Nosotros aceptamos el Gītā como autoridad, debido a que este libro de conocimiento fue aceptado así por los grandes sabios de la India, tales como Śa‰karācārya, Śrī Rāmānujācārya, Śrī Madhvācārya, Śrī Caitanya Mahāprabhu. el Gītā indica que, en el mundo material, todas las formas constituyentes están sujetas al deterioro y a la muerte, sin importar la duración de sus vidas.

Por lo tanto, todas las formas materiales están sujetas a la ley del cambio, aunque potencialmente la energía material se conserva. Potencialmente, todo es eterno, pero en el mundo material, la materia adquiere forma, permanece por algún tiempo, se desarrolla hasta la madurez, envejece, comienza a deteriorarse y por último desaparece de nuevo. Esto ocurre con todos los objetos materiales. La sugerencia del materialista de que más allá del cielo material hay “alguna otra forma” que está más allá de los límites de la visibilidad, y que es extraña e inconcebible, no es más que una leve indicación de lo que es el cielo espiritual. Sin embargo, el principio básico del espíritu está mucho más cerca, pues funciona dentro de todos los seres vivientes. Cuando ese principio espiritual está fuera del cuerpo material, el cuerpo material no tiene vida. Dentro del cuerpo de un niño, por ejemplo, está presente el principio espiritual, y por lo tanto ocurren cambios en el cuerpo, y éste se desarrolla. Pero si el espíritu deja el cuerpo, se detiene el desarrollo. Esta ley se aplica a todo objeto material. La materia se trasforma, pasando de una forma a otra, cuando está en contacto con el espíritu. Sin el espíritu no hay trasformación. El universo entero se desarrolla de esa manera. Emana de la energía de la Trascendencia debido a Su fuerza espiritual, y se desarrolla hasta formas gigantescas, tales como el Sol, la Luna, la Tierra, etc. Hay catorce divisiones de sistemas planetarios, y aunque son todos de distinta dimensión y cualidad, el mismo fundamento de desarrollo se aplica a todos ellos. La fuerza espiritual es la que crea, y tan sólo mediante este principio espiritual es que suceden la transformación, la transición y el desarrollo.

La vida, definitivamente, no es generada simplemente por una reacción material, como la de una combinación química, tal como alegan muchos tontos. La interacción material es puesta en movimiento por un ser superior que crea una circunstancia favorable para acomodar a la fuerza viviente espiritual. La energía superior maneja la materia de una forma apropiada, tal como lo determina el libre albedrío del ser espiritual. Por ejemplo, los materiales de construcción no “reaccionan” automáticamente, y repentinamente toman la forma de una casa residencial. El ser viviente espiritual maneja la materia apropiadamente mediante su libre albedrío, y de esta manera construye su casa. En forma similar, la materia es tan sólo el ingrediente, pero el espíritu es el creador. Sólo un hombre con escaso acopio de conocimiento rehúsa aceptar esta conclusión. Puede que el creador permanezca sin ser visto, pero eso no significa que no hay creador. Uno no debe dejarse ilusionar simplemente por la forma gigantesca del universo material. Más bien, uno debe aprender a percibir la existencia de la inteligencia suprema que se encuentra detrás de todas estas manifestaciones materiales. El Ser Supremo, que es la inteligencia suprema, es el creador original, la todo atractiva Personalidad de Dios, Śrī Kṛṣṇa. Aunque puede que uno no esté consciente de ello, hay una información definitiva del Creador dada en las literaturas védicas tales como el Bhagavad-gītā y, especialmente, el Śrīmad-Bhāgavatam.

Cuando se lanza un satélite al espacio exterior, un niño puede que no comprenda que hay cerebros científicos detrás de éste, pero un adulto inteligente comprende que el satélite es controlado por cerebros científicos en la Tierra. En forma similar, las personas menos inteligente no tienen información acerca del Creador y de Su morada eterna que se encuentra en el mundo espiritual, el cual está mucho más allá del alcance de nuestra visión; pero de hecho existe un cielo espiritual y planetas espirituales, los cuales son más espaciosos y más numerosos que los del cielo material. De el Bhagavad-gītā recibimos información de que el universo material tan sólo constituye una fracción (un cuarto) de la creación. Esa información está ampliamente disponible en el Śrīmad-Bhāgavatam y en otras literaturas védicas.

Si la energía viviente puede generarse en el laboratorio del científico mediante “la interacción de ciertas combinaciones físicas y químicas”, entonces, ¿por qué los jactanciosos científicos no han sido capaces de fabricar la vida? Ellos deben saber definitivamente que la fuerza espiritual se distingue de la materia y que no es posible producir esa energía con ninguna cantidad de ajustes materiales. En la actualidad los rusos y los norteamericanos están indudablemente muy avanzados en muchos departamentos de ciencia tecnológica, pero aún ignoran la ciencia espiritual. Ellos tendrán que aprender de una inteligencia superior para poder hacer una sociedad humana perfecta y progresista.

Los rusos no perciben que en el Śrīmad-Bhāgavatam la filosofía socialista se describe más perfectamente. El Bhāgavatam instruye que toda la riqueza que existe —todos los recursos naturales (agricultura, minería, etc.)— es creada por el creador original, y por lo tanto todo ser viviente tiene el derecho de tomar una parte de ella. Se dice además que un hombre debe poseer tan sólo la riqueza que sea suficiente para mantener su cuerpo, y si él desea más que esto, o si toma más que su cuota, está sujeto a castigo. También se señala que los animales deben ser tratados como los propios hijos de uno.

Creemos que ninguna nación de la Tierra puede describir el socialismo tan bien como el Śrīmad-Bhāgavatam. Los demás seres vivientes que no son seres humanos pueden ser tratados como hermanos tan sólo cuando uno tiene una plena concepción del Creador y de la constitución verdadera del ser viviente.

El deseo del hombre de ser inmortal tan sólo se realiza en el mundo espiritual. Como se señaló al comienzo de este ensayo, el deseo de la vida eterna es un signo de la vida espiritual latente. El objetivo de la civilización humana debe apuntar hacia ese fin. Es posible que todo ser humano se traslade a aquel reino mediante el proceso del bhakti-yoga, como se describe aquí. Es una gran ciencia, y la India ha producido muchas literaturas científicas mediante las cuales la perfección de la vida puede lograrse.

El bhakti-yoga es la religión eterna del hombre. En una época en que la ciencia material predomina sobre todos los temas —incluso sobre los fundamentos de la religión— sería vivificante ver los principios de la religión eterna del hombre desde el punto de vista del científico moderno.

Incluso el Dr. S. Radhakrishnan admitió en una conferencia mundial de religión, que ésta no será aceptada en la civilización moderna si no es aceptada desde un punto de vista científico. En respuesta a esto, nos contentamos de anunciar a los amantes de la verdad, que el bhakti-yoga es la religión eterna del mundo, y es para todos los seres vivientes, los cuales están relacionados eternamente con el Señor Supremo.

Śrīpāda Rāmanujācārya define la palabra sanātana, o eterno, como aquello que no tiene principio ni fin. Cuando hablamos de sanātana-dharma, la religión eterna, damos por sentada esa definición. Aquello que no tiene ni principio ni fin es distinto de algo sectario que tiene límites y fronteras. A la luz de la ciencia moderna, será posible que veamos al sanātana-dharma como la ocupación principal de toda la gente del mundo: más aún, de todas las entidades vivientes del universo. La fe religiosa que no es sanātana, puede que tenga algún comienzo en los anales de la historia, pero no hay origen histórico del sanātana-dharma, porque eternamente permanece con las entidades vivientes.

Cuando un hombre dice pertenecer a una fe particular —hindú, musulmana, cristiana, budista o cualquier otra secta— y cuando él se refiere a un tiempo y circunstancias particulares de nacimiento, tales designaciones se denominan no sanātana-dharma. Un hindú puede convertirse en musulmán, o un musulmán puede convertirse en hindú o cristiano, etc., pero en todas las circunstancias hay una constante. En todas las circunstancias, él está prestando servicio a otros. Un hindú, musulmán, budista o cristiano, es en todas las circunstancias un sirviente de alguien. El tipo particular de fe que profesa no es sanātana-dharma. El sanātana-dharma es el compañero constante del ser viviente, el que unifica todas las religiones. El sanātana-dharma es el prestar servicio.

En el Bhagavad-gītā hay varias referencias de lo que es sanātana-dharma. Aprendamos de esta autoridad la importancia del sanātana-dharma.

Hay referencia a la palabra sanātana en el décimo verso del Séptimo Capítulo, en el cual el Señor dice que Él es el manantial eterno de todo, y por lo tanto es sanātana. El manantial de todo se describe en los Upaniṣads como el todo completo. Todas las emanaciones del manantial también son completas en sí mismas, pero aunque muchas unidades completas emanen del manantial completo sanātana, el sanātana principal no disminuye ni en cualidad ni en cantidad [Ver El Śrī Īśopaniṣad, Invocación]. Eso es así porque la naturaleza de sanātana es inmutable. Cualquier cosa que cambia bajo la influencia del tiempo y las circunstancias no es sanātana. Por lo tanto, todo aquello que de alguna manera cambia, ya sea en forma o en cualidad, no se puede aceptar como sanātana. Para dar un ejemplo material, el Sol ha estado diseminando sus rayos por cientos y millones de años, y sin embargo, aunque es un objeto material creado, su forma y sus rayos aún permanecen sin cambios. Por lo tanto, aquello que nunca es creado no puede cambiar ni en forma ni en cualidad, aunque sea la planta original de la cual todo ha crecido.

El Señor declara que Él es el padre de todas las especies de vida. Él declara que todos los seres vivientes —sin importar su especie— son parte integral de Él. En consecuencia, el Bhagavad-gītā está destinada a todos ellos. En el Gītā, hay información de esta naturaleza sanātana del Señor Supremo. También hay información de Su morada, la cual está mucho más allá del cielo material, y de la naturaleza sanātana de los seres vivientes.

El Señor Kṛṣṇa, en el Bhagavad-gītā, también nos informa que este mundo material está lleno de sufrimientos en la forma de nacimiento, vejez, enfermedad y muerte. Estos sufrimientos están presentes incluso en el planeta más elevado del universo material, Brahmaloka. Solamente en Su propia morada hay una ausencia total de sufrimiento. En esa morada, no hay necesidad de la luz del Sol, de la Luna o del fuego. Los planetas son autoluminosos. La vida allí es perpetua, y es plena de conocimiento y dicha. Eso es lo que se conoce como sanātana-dharma. Por lo tanto, es natural concluir que las entidades vivientes deben volver a casa, de vuelta a Dios, para disfrutar de la vida en el sanātana-dharma con el sanātana-puruṣa o el puruṣottama, el Señor Śrī Kṛṣṇa. No deben permanecer aquí para pudrirse en esta miserable tierra de existencia material. No existe felicidad en la esfera material —ni tan siquiera en Brahmaloka— así que los planes y actividades para la ascensión a los planetas más elevados del universo material son llevados a cabo por quienes son menos inteligentes. Los hombres menos inteligentes también se refugian en los semidioses y sólo obtienen beneficios que perduran por un período limitado. Así pues, sus principios religiosos y los beneficios que se obtienen allí son temporales. Sin embargo, el hombre inteligente abandona todas las ocupaciones realizadas en nombre de la religión y se refugia en la Suprema Personalidad de Dios, y en esa forma recibe protección absoluta del Padre Todopoderoso. El sanātana-dharma es, por lo tanto, el proceso de bhakti-yoga, mediante el cual uno puede llegar a conocer al Señor sanātana y Su morada sanātana. Sólo mediante este proceso, uno puede volver al universo espiritual, el sanātana-dharma, para participar en el disfrute sanātana que allí prevalece.

Quienes son seguidores del sanātana-dharma deben de ahora en adelante adoptar estos principios, con el espíritu de el Bhagavad-gītā. No hay barreras para quien adopta los principios eternos. Incluso las personas que son menos iluminadas pueden regresar a Dios. Esta es la versión que nos enseña el Śrīmad-Bhāgavatam y el propio Señor Supremo en el Bhagavad-gītā. A la humanidad se le debe dar la posibilidad de aprovecharse de esta oportunidad. Debido a que el Bhagavad-gītā fue hablado en la tierra de Bhārata-varṣa, todo hindú tiene la responsabilidad de difundir el mensaje del verdadero sanātana-dharma en otras partes del mundo. Especialmente en la actualidad, los hombres descarriados sufren en la oscuridad del materialismo, y su supuesta erudición les ha permitido descubrir la bomba atómica. Como consecuencia de ello, están al borde de la aniquilación. El sanātana-dharma, sin embargo, les enseñará el verdadero propósito de la vida, y ellos se beneficiarán con su propagación.

Dona al Bhaktivedanta Library