Dharma, El camino de la trascendencia
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Las palabras sánscritas se han convertido en nuestro hablar cotidiano. Por ejemplo, prácticamente nadie tiene que recurrir a un diccionario para entender frases tales como un “gurú de los medios”, “pandita político” o “mal karma”.

Otra palabra sánscrita que se ha auto-establecido en la corriente principal de nuestro idioma es “dharma”. Los admiradores del escritor de la generación Beat, Jack Kerouac, quizás recuerden su novela Los Golfos del Dharma, y en 1997, los televidentes americanos presenciaron el debut de un comercial local con una heroína impetuosa de la nueva era llamada Dharma.

Pero, ¿qué es realmente el dharma? Si consultamos las enseñanzas de los sabios de la antigua India, encontramos que hay dos significados principales: naturaleza y deber.

Consideremos primero la naturaleza. Todo posee su naturaleza particular, una cualidad única y esencial que define su existencia. En este sentido, podemos decir que el dharma del azúcar es su dulzura o que el dharma del agua es su habilidad para saciar nuestra sed, con su sabor puro.

Cada uno de nosotros posee también una naturaleza esencial, y si vivimos en armonía con nuestra naturaleza esencial o dharma, nos sentimos profundamente satisfechos. Pero como seres humanos, ¿cuál es nuestro dharma? Conforme a la sabiduría eterna de los Vedas, nuestro dharma es una característica no de nuestro cuerpo, sino de nuestra alma, la chispa de conciencia divina interior. Cada uno de nosotros tiene esa chispa en el interior. Emana del Alma Suprema, Krsna, quien puede ser comparado con un fuego cósmico, la fuente de todas las chispas divinas que son nuestros propios seres.

Y el dharma de cada chispa de conciencia divina es danzar en armonía, alrededor del fuego central, Kṛṣṇa, la Personalidad Suprema original. Todos somos manifestaciones únicas, individuales y personales de Kṛṣṇa, pero nuestro dharma es reconocer nuestro origen, para celebrar nuestra conexión eterna con El, a través del servicio amoroso. En resumen, nuestro dharma, en calidad de seres conscientes eternos, es amar y servir a Kṛṣṇa, la Suprema Personalidad de Dios.

En la conciencia material, perdemos la visión de nuestra naturaleza real. Olvidamos nuestro origen y conexión con Kṛṣṇa. Y nuestro dharma original de servicio desinteresado a El, se transforma en el dharma falso del egoísmo competitivo. Dado que perdemos contacto con nuestro verdadero dharma, experimentamos la frustración y la insatisfacción.

Dharma: El Camino de la Trascendencia, nos lleva de vuelta a nuestra verdadera naturaleza, a nuestra posición original como sirvientes amorosos de Kṛṣṇa.

Otro significado de dharma es “deber”. A fines del siglo XX, hemos experimentado el abandono del sentido de responsabilidad y deber en favor de la ética de la auto-gratificación. “ ¡Si te gusta, hazlo!”. Pero ahora, muchos de nosotros estamos sintiendo que el experimento fracasó. La gente siente que ha perdido sus valores morales en medio de un mar caótico de hedonismo. El deber está nuevamente a favor.

¿Pero deber a quién y para qué? Podemos responder a estos interrogantes, solo comprendiendo la otra parte del dharma, nuestra característica esencial. Si nuestra característica esencial es prestar servicio amoroso a Kṛṣṇa, luego nuestro deber primordial es centrar nuestra atención en despertar ese servicio amoroso o bhakti, en nosotros mismos y ayudar a los demás a alcanzar la misma meta.

El dharma puede brindarnos la inspiración y vislumbre interior que necesitamos. En este libro, el mayor embajador espiritual de la India en el mundo, Su Divina Gracia A.C.Bhaktivedanta Swami Prabhupada, nos lleva al propio corazón del dharma, explorando su significado en su penetrante comentario sobre un antiguo libro en sánscrito titulado el Śrīmad-Bhāgavatam, famoso como el fruto maduro del árbol del conocimiento Védico. En la porción del Srimad-Bhagavatam, que Srila Prabhupada comenta aquí, el gran sabio Suta Gosvami responde concisamente preguntas sobre el dharma que le plantea una asamblea de sabios en el sagrado Bosque de Naimisaranya (actualmente en India del Norte).

No hay nada más importante que entender nuestro dharma. Este libro en tal sentido, se levanta como un hito literario perenne para la humanidad, a medida que avanzamos hacia los nuevos desafíos y oportunidades del siglo XXI.

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