Dharma, El camino de la trascendencia
<< 7 Viendo a Dios dentro >>

tac chraddadhānā munayo
jñāna-vairāgya-yuktayā
paśyanty ātmani cātmānaṁ
bhaktyā śruta-gṛhītayā

«Oh, Arjuna, aquel que conoce la naturaleza trascendental de Mi aparición y actividades, al abandonar su cuerpo no vuelve a tomar nacimiento nuevamente en el mundo material, sino que alcanza Mi morada eterna».
Śrīmad-Bhāgavatam 1.2.12

La Verdad Absoluta se realiza completamente por el proceso de servicio devocional al Señor, Vasudeva o la Personalidad de Dios, quien es la Verdad Absoluta acabada. El Brahman es Su refulgencia corpórea trascendental, y Paramãtmã, es Su representación parcial. En tal sentido, la comprensión Brahman o Paramãtmã de la Verdad Absoluta, no es sino una realización parcial. Hay cuatro tipos diferentes de seres humanos: los karmis, los jñanis, los yogis y los devotos. Los karmis son materialistas, mientras que los otros tres son trascendentales. Los trascendentalistas de primera clase son los devotos, que han comprendido a la Persona Suprema. Los trascendentalistas de segunda clase son aquellos que han comprendido la porción plenaria de la Persona absoluta. Y los trascendentalistas de tercera clase, son aquellos que apenas si han realizado el centro espiritual de la Persona absoluta.

Como se declara en el Bhagavad-gitã y otra literatura Védica, la Persona Suprema se comprende mediante el servicio devocional, que está respaldado por el pleno conocimiento y el desapego de la asociación material. Ya hemos discutido el punto de que el servicio devocional es seguido de conocimiento y desapego de la asociación material. Dado que la realización Brahman y Paramãtmã son realizaciones imperfectas de la Verdad Absoluta, los senderos del jñana y yoga, son también medios imperfectos de comprender a la Verdad Absoluta. El servicio devocional, que se basa en el fundamento cabal de todo el conocimiento completo combinado con el desapego de la asociación material y que se fija por la recepción auditiva del Vedãnta-sruti, es el único método perfecto por el cual el estudiante seriamente inquisitivo puede entender a la Verdad Absoluta.

El servicio devocional, por consiguiente, no está creado para la clase menos inteligente de trascendentalistas. Hay tres clases de devotos, a saber, de primera, segunda y tercera clase. Los devotos de tercera clase, o neófitos, que no poseen conocimiento y no están desapegados de la asociación material, que simplemente están atraídos por el proceso preliminar de adoración de la Deidad en el templo, son llamados devotos materiales. Los devotos materiales están más apegados al beneficio material que al provecho trascendental. Por lo tanto, hay que hacer un progreso definitivo desde la posición del servicio devocional material a la posición devocional de segunda clase. En la posición de segunda clase, el devoto observa cuatro principios en la línea devocional, a saber, la Personalidad de Dios, Sus devotos, el ignorante y el envidioso. Hay que elevarse personalmente al menos a la etapa del devoto de segunda clase, para de ese modo ser idóneo para conocer a la Verdad Absoluta.

El devoto de tercera clase, por consiguiente, tiene que recibir las instrucciones del servicio devocional de las fuentes autorizadas del Bhãgavata. El Bhãgavata número uno, es la personalidad establecida del devoto, y el otro Bhãgavata es el mensaje de Dios. El devoto de tercera clase, por consiguiente, tiene que acudir a la personalidad del devoto, de modo de aprender las instrucciones del servicio devocional. Tal personalidad del devoto, no es un profesional que se gana la vida con el negocio del Bhãgavatam. Tal devoto ha de ser un representante de Sukadeva Gosvãmi, como Suta Gosvãmi, y debe predicar el culto del servicio devocional para el beneficio general de todos. El devoto neófito no gusta mucho de oír a las autoridades. Tal devoto neófito hace un show de oír al profesional, para satisfacer sus sentidos. Esta suerte de oír y cantar ha estropeado todo, por lo que se debe ser muy cauteloso en relación al proceso defectuoso. Los mensajes completos de Dios como se inculcan en el Bhagavad-gitã o el Srimad-Bhãgavatam, son indudablemente temas trascendentales, pero aunque lo son, tales cuestiones trascendentales no deben recibirse del profesional, que las arruina, como la serpiente arruina la leche por tocarla con la lengua.

El devoto sincero debe por lo tanto disponerse a oír la literatura Védica como los Upanisads, Vedãnta y demás literaturas dejadas por las autoridades previas o Gosvãmis, para su beneficioso progreso. Sin oír tales literaturas, no se puede realmente progresar. Y sin oír y acatar las instrucciones, el show del servicio devocional se torna indigno y en tal sentido es una suerte de tribulación en el sendero del servicio devocional. A menos, por lo tanto, que el servicio devocional se establezca sobre los principios de la autoridad del sruti, smrti, purãna y pañcarãtra, la exhibición de servicio devocional debe rechazarse de inmediato. El devoto desautorizado nunca será reconocido como devoto puro. Mediante la asimilación de tales mensajes de las literaturas Védicas, se puede ver el aspecto localizado omnipresente de la Personalidad de Dios dentro del ser, constantemente. Eso se denomina samãdhi.

Aquí el Srimad-Bhãgavatam declara que el primer requisito para llegar al samãdhi es sraddhã, fé. El Caitanya-caritãmrta (Madhya 22.62), define a sraddhã, de la siguiente manera:

'śraddhā'-śabde—viśvāsa kahe sudṛḍha niścaya
kṛṣṇe bhakti kaile sarva-karma kṛta haya

«Cuando se cree firmemente que por volverse devoto de Kṛṣṇa, se llegará a la perfección completa, eso es sraddhã, fé genuina».

Al final de su instrucción en el Bhagavad-gītā (18.66), Kṛṣṇa dice:
sarva-dharmān parityajya mām ekaṁ śaraṇaṁ vraja
ahaṁ tvāṁ sarva-pāpebhyo mokṣayiṣyāmi mā śucaḥ

«Entrégate voluntariamente a Mí y Yo me encargaré de tí. Yo te protegeré de todas las reacciones pecaminosas; no te preocupes».

Cuando uno acepta esta instrucción y se entrega a Kṛṣṇa de inmediato, sin consideración, eso es sraddha. Cuando se posee tal fé y se rinde a Kṛṣṇa, uno se vuelve un muni o mahãtmã, un alma de sabio pensar, dotada de conocimiento y desapego (tac chraddadhñã munayo jñana-vairagya-yuktayã [Śrīmad-Bhāgavatam 1.2.12]). La meta de la vida humana es adquirir conocimiento y desapego. El conocimiento solo es inútil; también se debe tener desapego. Por consiguiente, Sripãda Sankarãcãrya, el fundador de la Escuela Mãyãvãda, dijo a sus seguidores: “Primero vuélvanse sannyasis (renunciantes); luego hablen”. Así pues, quien sea realmente un jñani, un hombre sabio, también debe ser vairãgi, el que abandona todo apego por las cosas materiales. Y el resultado de esta fé, rendición, conocimiento y desapego, es pasyanti ãtmani cãtmãnam: se ve al Paramãtmã, el Alma Suprema, dentro de la mente y dentro del ser. Esto se confirma en alguna otra parte del Śrīmad-Bhāgavatam (12.13.1): dhyãnãvastitha-tad-gatena manasã pasyanti yam yoginah. “El yogi perfecto siempre ve a la Suprema Personalidad de Dios dentro de sí mismo”.

El yogi perfecto tiene prema, amor puro por Kṛṣṇa. Como expresa el Brahma-saṁhitā (5.38), premãñjana-cchurita-bhakti-vilocanena santah sadaiva hrdayesu vilokayanti: “El devoto que ha untado sus ojos con el ungüento del amor por Dios, siempre ve la hermosa forma negruzca de Kṛṣṇa dentro de su corazón”. No podemos imaginar cuan hermoso es Kṛṣṇa. Se refiere que Su cuerpo es más hermoso que millones de Cupidos (kandarpa-koṭi-kamanīya-viśeṣa-śobhaṁ [Brahma-saṁhitā (5.30)]). Cupido es muy hermoso, pero aunque se reunieran millones de Cupidos, su belleza no es comparable a la de Kṛṣṇa. Estas cosas no pueden ser entendidas a menos que nuestros ojos estén untados con el ungüento del amor por Dios.

ataḥ śrī-kṛṣṇa-nāmādi na bhaved grāhyam indriyaiḥ
sevonmukhe hi jihvādau svayam eva sphuraty adaḥ
[Śrī Caitanya-caritāmṛta, Madhya 17.136]

«Nadie puede entender la naturaleza trascendental del nombre, la forma, las cualidades y pasatiempos de Sri Kṛṣṇa mediante sus sentidos materialmente contaminados. Solo cuando uno se satura espiritualmente de servicio trascendental al Señor, se le revelan el nombre trascendental, la forma, las cualidades y pasatiempos del Señor».
Bhakti-rasāmṛta-sindhu 1.2.234

Ocuparse en el servicio del Señor nos ayuda a llegar a la plataforma del conocimiento (jñana) y el desapego (vairãgya). Posee conocimiento quien entiende que, aham brahmãsmi: “Yo no soy este cuerpo material; yo soy un alma espiritual”. Ahora nos hemos designado individualmente en mérito a las relaciones del cuerpo. Pensamos: “Soy americano”, “Soy hindú”, “Soy un brãhmana”, “Soy negro”, “Soy blanco”, “Soy fuerte”, “Soy débil”, “Soy gordo”, “Soy delgado”. Todas estas son designaciones corporales. Cuando uno se libera de estas designaciones y piensa, “Soy un sirviente eterno de Kṛṣṇa”, posee verdadero jñana, o conocimiento.

Como ya se mencionara, cuando uno se ocupa en servicio devocional a Kṛṣṇa, el conocimiento y el desapego advienen automáticamente. Pero, como declara el verso que nos ocupa, se debe ejecutar dicho servicio devocional siguiendo los mandatos de las literaturas Védicas. Srila Rupa Gosvami lo confirma en su Bhakti-rasāmṛta-sindhu (1.2.101),

śruti-smṛti-purāṇādi-pañcarātra-vidhiṁ vinā
aikāntikī harer bhaktir utpātāyaiva kalpate

«El servicio devocional del Señor que ignora tales literaturas Védicas autorizadas como los Upanisads, Purãnas y el Nãrada-pañcaratra, es simplemente una perturbación en la sociedad».

Estos libros tienen que ser recibidos a través del canal de la sucesión discipular (paramparã). En otras palabras, para aprender la ciencia del bhakti, se ha de aceptar un guru que provenga de la sucesión discipular de Kṛṣṇa. Para entender el Bhagavad-gitã, por ejemplo, se lo debe aceptar tal como lo hizo Arjuna, de Kṛṣṇa o de Su representante, en un humor de servicio y sumisión. Arjuna es parte de la sucesión discipular. Dado que la sucesión discipular se había roto y el conocimiento del Bhagavad-gitã se había perdido, Kṛṣṇa habló el Bhagavad-gitã nuevamente a Arjuna. Así pues, si comprenden el Bhagavad-gitã y a Kṛṣṇa como lo hizo Arjuna, su comprensión será perfecta. Pero si inventan algún significado imaginario del Bhagavad-gitã, estarán perdiendo su tiempo.

No pierdan su tiempo. Traten de entender a Kṛṣṇa como El es, como El se describe a Sí Mismo en el Bhagavad-gitã. Si Dios dice, “Yo soy así”, ¿para qué están perdiendo su tiempo inventando maneras y medios de entender a Dios? Kṛṣṇa les está explicando: “Yo soy Dios. Aquí está Mi nombre, aquí está Mi dirección, aquí están Mis actividades”. Se brinda todo. ¿Porqué no entienden a Dios de Dios? ¿Porqué están fabricando sus propias formas de entenderLo?

El movimiento de conciencia de Kṛṣṇa no está presentando alguna manera inventada para entender a Dios. Está simplemente presentando la manera normal. En el Bhagavad-gitã Kṛṣṇa dice, man-manã bhava mad-bhakto mad-yãji mãm namaskuru: [Bhagavad-gītā 18.65] “Piensa en Mí, vuélvete Mi devoto, adóraMe e inclínate ante Mí”. Y nosotros estamos enseñando lo mismo. No es difícil seguir este proceso. Cualquiera puede hacerlo. A veces las personas dicen que yo he hecho algo maravilloso difundiendo el movimiento de conciencia de Kṛṣṇa por todo el mundo. Pero todo lo que he hecho es presentar a Kṛṣṇa tal como es. Ese es el secreto. Entonces, cualquiera puede entender a Kṛṣṇa tal como El es a partir del Bhagavad-gitã y el Srimad-Bhãgavatam y hacer su vida perfecta. Caso contrario, todo proceso que inventen para entender a Dios, es simplemente una inútil pérdida de tiempo.

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