Dharma, El camino de la trascendencia
<< 5 Para qué están creados los sentidos >>

kāmasya nendriya-prītir
lābho jīveta yāvatā
jīvasya tattva-jijñāsā
nārtho yaś ceha karmabhiḥ

«Los deseos vitales nunca deben ser orientados hacia la gratificación de los sentidos. Solo se debe desear una vida sana o auto-preservación, dado que el ser humano está creado para inquirir acerca de la Verdad Absoluta. Nada más debe ser la meta de las labores individiduales».
Śrīmad-Bhāgavatam 1.2.10

La civilización material completamente confundida, está erróneamente orientada hacia el cumplimiento de los deseos en la gratificación de los sentidos. En tal civilización, en todas las esferas de la vida, el fin último es la gratificación de los sentidos. En la política, el servicio social, el altruísmo, la filantropía y finalmente en la religión, o incluso en la salvación, predomina ese mismo tinte de gratificación sensorial, de modo cada vez más predominante. En el área política, los líderes de los hombres luchan entre sí para cumplimentar su gratificación personal de los sentidos. Los votantes adoran a los así llamados líderes, solo cuando éstos prometen gratificación de los sentidos. En cuanto los votantes están descontentos en su satisfacción individual de los sentidos, destronan a los líderes. Los líderes siempre desilusionan a los votantes, al no complacer sus sentidos. Lo mismo se aplica en todas las demás áreas, nadie es serio en relación a los problemas de la vida. Incluso los que están en el sendero de la salvación, desean volverse uno con la Verdad Absoluta y suicidarse espiritualmente para gratificar los sentidos.

Pero aquí el Bhãgavatam dice que nadie debe vivir para la gratificación de los sentidos. Se los debe satisfacer en la medida necesaria para la auto-preservación, y no por su gratificación. Dado que el cuerpo está hecho de sentidos, que también requieren de una cierta dosis de satisfacción, existen directivas regulativas a tal fin. Pero los sentidos no están creados para el disfrute irrestricto. Por ejemplo, el matrimonio, o la combinación de hombre y mujer, es necesaria para la progenie, pero no está creado para el disfrute sensorial. A falta de una restricción voluntaria, se difunde la planificación familiar, pero las personas necias ignoran que la planificación familiar se ejecuta automáticamente en cuanto se busca la Verdad Absoluta. Los buscadores de la Verdad Absoluta nunca se confunden con empleos innecesarios en la gratificación de los sentidos porque los estudiantes serios que buscan la Verdad Absoluta, están siempre abrumados con el trabajo de buscar la Verdad. En cada esfera de la vida, por lo tanto, el fin último debe ser la búsqueda de la Verdad Absoluta y esa suerte de compromiso nos hará felices porque nos ocuparemos menos en las variedades de gratificación sensorial.

La función de los seres humanos no es simplemente comer, dormir, tener sexo y defenderse. Quizás esa sea la función de los perros y gatos, pero la vida humana está creada para un propósito superior. La civilización humana debe ser moldeada de modo que las personas tengan la oportunidad de pensar sobriamente sobre la verdad de la vida, de inquirir acerca de Dios, esta naturaleza material, nuestra relación con Dios y la naturaleza, etc. Eso se llama tattva-jijñasa, inquirir sobre la Verdad Absoluta. Es deber de todos el inquirir sobre la Verdad Absoluta. No es cuestión de que es un deber de los hindúes pero no de los musulmanes y cristianos. La verdad es la verdad. Dos más dos igual a cuatro, lo aceptan los hindúes, musulmanes, cristianos y todos los demás. La ciencia es la ciencia. Por consiguiente, todos deben ser inquisitivos sobre la ciencia de la Verdad Absoluta.

¿Dónde inquirir sobre la Verdad Absoluta? El Bhãgavatam (11.3.21) expresa: tasmãd gurum prapadyeta jijñasuh sreya uttamam: “Aquellos que son inquisitivos por conocer la Verdad Absoluta, deben acudir a un guru”. Como en el verso presente del Bhãgavatam, la palabra jijñasa, “inquisitivo” se utiliza también en este verso del Undécimo Canto. Esta palabra se utiliza cuando alguien que ocupa una posición inferior interroga a otro en una posición superior. Por ejemplo, cuando un niño pregunta a su padre, eso es jijñasa. Un niño inteligente siempre pregunta: “Padre, ¿qué es esto? ¿qué es aquéllo?” y el padre explica. De esta forma, el niño obtiene conocimiento.

¿A quién se debe inquirir sobre la Verdad Absoluta? Kṛṣṇa responde en el Bhagavad-gitã (4.34): upadeksyanti te jñanam jñaninas tattva-darsinah. Aquellos que han visto realmente la Verdad Absoluta (los tattva-darsis) pueden brindarte conocimiento de la Verdad Absoluta. De acuerdo a las Escrituras Védicas, un tattva-darsi debe ser muy puro. Por lo tanto, se debe acudir generalmente a un brãhmana cualificado para inquirir sobre la Verdad Absoluta. El Señor Kṛṣṇa da las cualidades del brãhmana en el Bhagavad-gītā (18.42):

śamo damas tapaḥ śaucaṁ kṣāntir ārjavam eva ca
jñānaṁ vijñānam āstikyaṁ brahma-karma svabhāva-jam

«La tranquilidad, el autocontrol, la austeridad, la pureza, la tolerancia, la honestidad, el conocimiento, la sabiduría y la religiosidad, estas son las cualidades naturales con que obran los brãhmanas».

Así pues, en el sistema Védico, la primera calificación de un guru es que debe ser un brãhmana. No necesariamente debe haber nacido en una familia brãhmana, pero debe poseer las cualidades de un brãhmana. De todos modos, aunque posea las cualidades de un brãhmana, no puede ser un guru si no es un Vaisnava. Ese es el mandato del sãstra:

ṣaṭ-karma-nipuṇo vipro mantra-tantra-viśāradaḥ
avaiṣṇavo gurur na syād vaiṣṇavaḥ śva-paco guruḥ

«Aunque el brãhmana sea muy versado en las Escrituras Védicas y conozca los seis deberes ocupacionales del brãhmana, no puede ser un maestro espiritual a menos que sea un devoto de la Suprema Personalidad de Dios. Sin embargo, si alguien nace en una familia de comedores de perro, pero es un devoto puro del Señor, puede volverse un maestro espiritual».

Entonces, un guru tiene que ser un Vaisnava, un devoto de la Suprema Personalidad de Dios. De otro modo, no conoce al Señor Kṛṣṇa en verdad. Como le dice Kṛṣṇa a Arjuna en el Bhagavad-gitã (4.3), bhakto ‘si me sakhã ceti rahasyam hy etad uttamam: “Mi querido Arjuna, se debe a que eres Mi devoto y amigo que puedes entender esta ciencia secreta de la conciencia de Kṛṣṇa que te estoy refiriendo”.Por consiguiente, el guru debe ser un devoto de Kṛṣṇa o, en otras palabras, el representante de Kṛṣṇa.

Por servir al guru e inquirirle, podemos llegar al punto donde Kṛṣṇa nos ilumine desde el interior. Kṛṣṇa, el guru supremo, primero impartió el conocimiento en el corazón de Brãhma, la persona original en el universo (tene brahma hrdã ãdi-kavaye [Śrīmad-Bhāgavatam 1.1.1])). Kṛṣṇa está situado en el corazón de todos como la Superalma, y a medida que uno se purifica, El nos habla desde el interior. En realidad, El siempre nos está hablando, pero en nuestra condición impura no podemos oírlo. En el Bhagavad-gitã (15.15) Kṛṣṇa confirma que El es la fuente de nuestro conocimiento: sarvasya cãham hrdi sannivisto mattah smrtir jñanam apohanam ca. “Yo estoy situado dentro del corazón de todos y de Mí proviene el recuerdo, el conocimiento y el olvido”. Así pues, como Paramãtmã, la Superalma, Kṛṣṇa siempre está dispuesto a ayudar a cada uno de nosotros, siempre y cuando Lo sirvamos y adoptemos Su instrucción. El dice en el Bhagavad-gītā (10.10),

teṣāṁ satata-yuktānāṁ bhajatāṁ prīti-pūrvakam
dadāmi buddhi-yogaṁ taṁ yena mām upayānti te

«A aquellos que están siempre ocupados en servirMe con gran amor y devoción, Yo les doy la comprensión por la cual pueden venir a Mí».

Si queremos conocer la Verdad Absoluta, tenemos que seguir el proceso debido y ese proceso consiste simplemente en ocuparnos en el servicio amoroso del Señor. Eso nos permitirá un día percibir directamente a la Verdad Absoluta. Con nuestros actuales sentidos materiales embotados, no podemos percibir a la Verdad Absoluta, la Suprema Personalidad de Dios. Por ejemplo, con un cuchillo mellado, no se puede cortar nada. Primero hay que afilarlo; luego corta muy bien. Asimismo, para entender la Verdad Absoluta hay que afilar y purificar los sentidos, ocupándolos en el servicio del Señor. Ahora no pueden ver a Dios o Kṛṣṇa, mas si purifican sus ojos y demás sentidos, podrán ver a Dios, oír a Dios, hablar con Dios, todo. Eso es posible mediante el proceso del bhakti.

El Nãrada-pañcarãtra define el bhakti como sigue:
sarvopādhi-vinirmuktaṁ tat-paratvena nirmalam
hṛṣīkeṇa hṛṣīkeśa-sevanaṁ bhaktir ucyate

«Bhakti, o servicio devocional, significa comprometer todos nuestros sentidos al servicio del Señor, la Suprema Personalidad de Dios, el maestro de todos los sentidos. Cuando el alma espiritual presta servicio al Supremo, hay dos efectos secundarios. Uno se libera de todas las designaciones materiales, y los sentidos se purifican simplemente al ser empleados en el servicio del Señor».
Śrī Caitanya-caritāmṛta, Madhya-Līlā 19/170

Ahora estamos confundidos por demasiadas designaciones materiales (upãdhis) y de tal modo no utilizamos bien los sentidos. Por ejemplo, quizás pensemos: “Esta mano es mía y la usaré para mis fines” o “Usaré esta mano para mi familia, mi comunidad o mi nación”. En realidad, la mano pertenece a Kṛṣṇa y por consiguiente debe ser empleada solo para Sus fines, no para alguna otra cosa. A eso se debe que uno de los nombres de Kṛṣṇa sea Hrsikesa, el amo de los sentidos. Cuando ocupamos realmente nuestros sentidos en el servicio de Kṛṣṇa, nos liberamos de las designaciones materiales y nuestros sentidos se purifican. Eso es bhakti o conciencia de Kṛṣṇa.

Todos deben despertar esta conciencia, comenzando con tattva-jijñasa, inquirir sobre la Verdad Absoluta. Las respuestas a sus preguntas han sido provistas por Kṛṣṇa en muchísimos libros de conocimiento, el Srimad-Bhãgavatam, Bhagavad-gitã, y demás. Debemos aprovechar ese tesoro de conocimiento. Pero en lugar de utilizar ese conocimiento, la gente lee pilas de diarios inútiles. El periódico se entrega a la mañana, y al cabo de una hora es desechado. De esta forma, la atención de la gente se ve distraída por tantísima literatura insensata, y nadie se interesa en inquirir sobre la Verdad Absoluta, de la verdadera casa del tesoro del conocimiento, el Srimad-Bhãgavatam. Por consiguiente, en este verso, el Bhãgavatam advierte, jivasya tattva-jijñasa nãrtho yas ceha karmibhih: “Vuestra única función es inquirir sobre la Verdad Absoluta”. Qué es la Verdad Absoluta lo explica en detalle el siguiente verso.

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