Volver a nacer

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Los sabios de la antigua India, nos dicen que la meta de la vida humana es liberarse del interminable ciclo de las reencarnaciones. Ellos aconsejan que no regresemos.

En resumen, la situación de la entidad viviente atrapada en el ciclo de nacimientos y muertes, es en cierto modo parecida a la del antiguo héroe griego Sísifo, rey de Corinto, quien una vez trató de engaṣar a los dioses, pero fue condenado a perpetuidad. Recibió el castigo de tener que llevar rodando una gran roca hasta la cima de una montaṣa; cada vez que la roca llegaba a la cima, rodaba nuevamente hasta abajo, y Sísifo debía repetir por fuerza, interminablemente, la misma ardua tarea. Similarmente, cuando una entidad viviente, en el mundo material, finaliza una vida, debe comenzar otra forzado por la ley de la reencarnación. En cada vida trabaja duramente por alcanzar las metas materiales; pero sus esfuerzos siempre acaban fracasando, y debe comenzar de nuevo.

Afortunadamente no somos Sísifos; tenemos una posibilidad de escapar del ciclo de nacimientos y muertes. El primer paso consiste en comprender que "yo no soy este cuerpo". Los Vedas declaran, ahaṁ brahmāsmi: "Yo soy un alma espiritual pura." Siendo almas espirituales, todos estamos vinculados a la suprema alma espiritual, Kṛṣṇa, Dios. El alma individual puede compararse a una chispa desprendida del fuego del Alma Suprema. Así como la chispa y el fuego son de la misma calidad, el alma individual es de la misma calidad espiritual que el Seṣor Supremo. Ambos comparten una misma naturaleza espiritual hecha de eternidad, conocimiento, y felicidad. Todos los seres vivientes originalmente existen en el mundo espiritual, como amorosos sirvientes de Dios; pero, cuando, la entidad viviente desecha tal relación, cae bajo el control de la energía material. El alma eterna entonces queda atrapada en el ciclo de repetidos nacimientos y muertes, tomando diferentes cuerpos materiales según su karma.

Para emanciparnos de la reencarnación, debemos comprender muy bien la ley del karma. Karma es una palabra sánscrita que denomina una ley de la naturaleza, análoga al principio científico moderno de la acción y la reacción. A veces decimos: "Tenía que sucederme." A menudo tenemos instintivamente conciencia de que somos, de alguna manera, responsables de todo lo malo y lo bueno que nos ocurre, aunque no comprendemos el mecanismo exacto. Los estudiantes de literatura emplean la expresión "justicia inmanente", para describir los infortunados destinos de los malos. Y, en la religión, los teólogos analizan el significado de aforismos tales como "ojo por ojo, diente por diente", y "lo que siembres cosecharás".

Pero la ley del karma va más allá de estas vagas fórmulas y aforismos, e incluye una ciencia completa de la acción y reacción, especialmente en lo que se refiere a la reencarnación. En esta vida, mediante nuestros pensamientos y acciones, preparamos nuestro siguiente cuerpo, que podrá ser superior o inferior.

La forma humana de vida es muy rara; el alma obtiene un cuerpo humano solamente después de haber evolucionado en millones de especies inferiores. Y es únicamente en la forma humana cuando la entidad viviente posee la inteligencia necesaria para comprender las leyes del karma y emanciparse así de la reencarnación. El cuerpo humano es el único resquicio por el cual es posible escapar a los sufrimientos de la existencia material. Quien hace mal uso de su cuerpo humano, y no llega a ser consciente del verdadero yo, no es superior a un perro o un asno.

Las reacciones del karma son como el polvo que cubre el espejo de nuestra conciencia espiritual pura y original. Esta contaminación solo puede eliminarse con el canto del mantra Hare Kṛṣṇa, que se compone de los nombres sánscritos de Dios [pronunciado Huh-ray; Krish-na; Rahm-uh]:

Hare Kṛṣṇa, Hare Krṣṇa
Kṛṣṇa Kṛṣṇa, Hare Hare
Hare Rāma, Hare Rāma
Rāma Rāma, Hare Hare

El poder de este mantra (a menudo llamado el gran mantra de la liberación), para liberarnos del karma, ya estaba descrito en todas las escrituras védicas. El Śrīmad-Bhāgavatam, que es la esencia de los Purāṇas, aconseja: "Los seres atrapados en las complejas mallas del nacimiento y la muerte, pueden liberarse inmediatamente pronunciando el sagrado nombre de Kṛṣṇa, aun si no lo hacen deliberadamente."

El el Viṣṇu-dharma se dice: "Esta palabra, Kṛṣṇa, es tan benéfica, que quienquiera que pronuncia este sagrado nombre inmediatamente queda libre de las reacciones pecaminosas de muchos, muchos nacimientos." Y el Bṛhat-Nāradīya Purāṇa, ensalza el canto del mantra Hare Kṛṣṇa, declarándolo el medio más sencillo de alcanzar la liberación en la degradada época actual.

Para que sea efectivo, sin embargo, el mantra Hare Kṛṣṇa debe recibirse de un maestro espiritual fidedigno, que pertenezca a la sucesión discipular proveniente de Śrī Kṛṣṇa mismo. ánicamente por la misericordia de un guru así calificado, puede llegar uno a emanciparse del ciclo de nacimientos y muertes. En el Caitanya-caritāmṛta, Śrī Caitanya, que es Dios mismo, declara: "De acuerdo a su karma, todos los seres vivientes vagan por el universo entero. Algunos de ellos están ascendiendo hacia los sistemas planetarios superiores, y otros están descendiendo a los sistemas planetarios inferiores. Entre muchos millones de seres itinerantes, uno solo es tan afortunado que tiene la oportunidad de relacionarse con un maestro espiritual fidedigno, por la gracia de Kṛṣṇa."

¿Cómo se puede reconocer a un genuino maestro espiritual? Ante todo, debe pertenecer a la línea de sucesión autorizada que tiene su origen en Śrī Kṛṣṇa. Tal maestro recibe de Kṛṣṇa mismo las enseṣanzas, transmitidas por la cadena discipular, y simplemente las repite, sin alterarlas, como las ha escuchado de su propio maestro. No es un impersonalista ni un nihilista filosófico; por el contrario, es un representante de la Suprema Personalidad de Dios. Además, está completamente libre de toda actividad pecaminosa (especialmente las de comer carne, el sexo ilícito, los juegos de azar, y los intoxicantes), y permanece absorto en la conciencia de Dios las veinticuatro horas del día.

Únicamente tal maestro espiritual puede liberar de la reencarnación. La existencia material puede compararse a un vasto océano de nacimientos y muertes. La forma humana de vida es comparable a un barco capaz de cruzar ese océano, y el maestro espiritual es el capitán del barco. Él da al discípulo las instrucciones, siguiendo las cuales puede recuperar su original naturaleza espiritual.

En el momento de la iniciación, el maestro espiritual acepta que recaiga sobre sí el karma remanente de su discípulo. Si éste sigue perfectamente las instrucciones del guru genuino o maestro espiritual, se emancipa del ciclo de reencarnaciones.

Śrīla Prabhupāda, el ācārya fundador de la Asociación Internacional de la Conciencia de Kṛṣṇa, escribió una vez: "El guru toma sobre sí una gran responsabilidad. Debe guiar a su discípulo y capacitarlo para que llegue a ser un candidato idóneo al estado perfecto, el de la inmortalidad. El guru debe ser capaz de conducir a su discípulo de regreso al hogar, a Dios." A menudo Śrīla Prabhupāda garantizaba que, incluso quien no realice más que śravaṇa —escuchar acerca de Kṛṣṇa, el supremo controlador y causa de todas las causas— alcanza la liberación.

Técnicas prácticas para emanciparse del karma y la reencarnación

Las actividades fruitivas, o sea las realizadas para complacer a los propios sentidos y mente, son la causa de la esclavitud material; y en tanto se ocupe en actividades fruitivas, es seguro que el alma continuará transmigrando de especie en especie.

Śrī Ṛṣabhadeva, una de las encarnaciones de Kṛṣṇa, advertía: "La gente está loca esforzándose tras el placer sensorial. Quien considera que la satisfacción de los sentidos es la finalidad de la existencia, ciertamente enloquece en pos de la vida materialista, y se enreda en toda clase de actividades pecaminosas. Ignora que, por sus pasadas malas acciones, ya ha recibido un cuerpo que, aunque efímero es la causa de su miseria. En realidad, el ser viviente no debería haber tomado un cuerpo material; pero éste le ha sido proporcionado para que satisfaga sus deseos. En consecuencia, es inadecuado para un hombre inteligente volver a ocuparse en las actividades sensuales que lo hacen recibir perpetuamente cuerpos físicos, uno tras otro. Quien no investigue acerca de los valores espirituales de la vida, será derrotado y sometido a las miserias que surgen de la ignorancia. El karma, tanto si es pecaminoso como si es piadoso, produce reacciones. De quien está envuelto en cualquier clase de karma, se dice que su mente es karmātmaka, o sea, teṣida por la actividad fruitiva. Mientras la mente sea impura, la conciencia será oscura; y quien esté absorto en la actividad fruitiva, tendrá que ocupar un cuerpo material. Mientras la entidad viviente esté cubierta por la guṇa de la ignorancia, no podrá comprender a los seres vivientes individuales ni al Supremo Ser Viviente, y su mente permanecerá dominada por las actividades fruitivas. En consecuencia, es seguro que no podrá liberarse de tener que ocupar cuerpos materiales, uno tras otro, en tanto que no ame a Dios." (Śrīmad-Bhāgavatam 5.5.4-6)

Pero liberarse del ciclo de nacimiento y muerte requiere algo más que una comprensión teórica. Jñāna, o saber que uno no es el cuerpo material sino un alma espiritual, no es suficiente para la liberación. Uno debe actuar en la plataforma del alma espiritual. Esto se llama servicio devocional, que incluye muchas técnicas prácticas para liberarse del karma y la reencarnación.

1. El primer principio del servicio devoto es el de que siempre se debe cantar el mantra Hare Kṛṣṇa, Hare Kṛṣṇa, Kṛṣṇa Kṛṣṇa, Hare Hare/Hare Rāma, Hare Rāma, Rāma Rāma, Hare Hare.

2. También se deben estudiar habitualmente las escrituras védicas, especialmente el Bhagavad-gītā y el Śrīmad-Bhāgavatam, para desarrollar una comprensión completa de la naturaleza del yo, las leyes del karma, el proceso de la reencarnación, y los medios para llegar a ser conscientes del verdadero yo.

3. Se deben comer únicamente alimentos vegetarianos santificados. En el Bhagavad-gītā Śrī Kṛṣṇa dice que se deben comer únicamente alimentos ofrecidos en sacrificio; quien no lo haga se verá enredado en las reacciones del karma.

patraṁ puṣpaṁ phalaṁ toyaṁ
yo me bhaktyā prayacchati
tad ahaṁ bhakty-upahṛtam
aśnāmi prayatātmanaḥ

«Si se me ofrece con devoción una hoja, fruta, o agua, Yo la aceptaré».
Bhagavad-gītā 9.26

Este verso deja en claro que el Señor no acepta ofrendas de licor, carne, pescado, ni huevos; únicamente alimentos vegetarianos, preparados con amor y devoción.

El alimento no puede ser producido en las fábricas. Los hombres no pueden comer gasolina, materiales plásticos o acero. El alimento es producido por la naturaleza obediente al Seṣor, y el ofrecer los alimentos a Krisna es una forma de reconocer nuestra deuda con Dios. ¿Cómo se ofrece el alimento a Kṛṣṇa? La técnica es muy simple y fácil de realizar. Cualquiera puede tener en su hogar o apartamento un altarcito, con una pintura de Śrī Kṛṣṇa y del maestro espiritual. La manera más simple de ofrecerlo consiste en colocar el alimento frente a las imágenes, y decir: "Mi querido Seṣor, Śrī Kṛṣṇa, sírvete aceptar esta humilde ofrenda", y recitar el maha-mantra Hare Kṛṣṇa. Lo fundamental en este sencillo proceso es la devoción. Dios no está hambriento de comida, sino de nuestro amor. Y el comer este alimento purificado, aceptado por Kṛṣṇa, libera del karma e inmuniza contra la contaminación material.

4. El principio positivo de ofrecer alimento vegetariano a Krisna, automáticamente incluye al principio negativo de no comer carne, pescado, ni huevos. El comerlos implica hacerse cómplice de la muerte innecesaria de otros seres. Esto provoca malas reacciones kármicas en esta vida o la siguiente. Las leyes del karma establecen que, si uno mata a un animal para comerlo, en la vida siguiente el matador será matado y comido. Cuando se mata plantas, también se incurre en un mal karma, pero éste es neutralizado por el proceso de ofrecer el alimento a Kṛṣṇa, porque Él ha declarado que aceptará tales ofrendas vegetales. También se deben abandonar los intoxicantes, inclusive el café, el té, el alcohol, y el tabaco. El consumir intoxicantes implica relacionarse con la guna de la ignorancia, lo cual puede llevar a tener que reencarnar en una especie inferior.

5. Otras técnicas, para emanciparse del ciclo de la reencarnación, incluyen el ofrecimiento a Dios del fruto de nuestro trabajo. Hay que trabajar para sustentar al cuerpo; pero si el trabajo se realiza únicamente para la propia satisfacción, habrá que aceptar los resultados kármicos, las buenas y las malas reacciones en las vidas futuras. El Bhagavad-gītā dice que el trabajo debe ser realizado para la satisfacción del Seṣor. Esta clase de trabajo, conocido como servicio devocional, está libre del karma. Trabajar en la conciencia de Krisna es una forma de sacrificio. El ser humano debe sacrificar su tiempo y dinero a la satisfacción del Ser Supremo. "El trabajo debe realizarse como un sacrificio ofrecido a Viṣṇu; si no, el trabajador se ata a este mundo material." (Bhagavad-gītā 3.9) El trabajo realizado como servicio devocional, no sólamente nos salva de la reacción kármica, sino que gradualmente nos eleva al servicio espiritual amoroso del Seṣor, que es la clave para entrar en el reino de Dios.

No es necesario cambiar de ocupación. Se puede ser escritor y escribir para Kṛṣṇa, pintor y pintar para Kṛṣṇa, cocinero y cocinar para Kṛsna. O, si uno no es capaz de ocupar directamente sus talentos y habilidades en el servicio de Kṛṣṇa, puede ofrecer en sacrificio los frutos del trabajo, contribuyendo, con una parte de las ganancias, a colaborar en la propagación de la conciencia de Kṛṣṇa por todo el mundo. Se debe, sin embargo, ganar siempre el sustento por medios honestos. Por ejemplo, no se debe trabajar de carnicero, o ganar el dinero en los juegos de azar.

6. Los padres deben educar a sus hijos en la conciencia de Dios. Los Vedas declaran que los padres son responsables de las reacciones kármicas de sus hijos. En otra palabras, si el niṣo incurre en un mal karma, los padres deben sufrir una parte de éste. Debe instruirse a los niṣos en la importancia de obedecer las leyes de Dios, evitando la conducta pecaminosa, y debe enseṣárseles a desarrollar el amor al Seṣor Supremo. Los padres deben familiarizarse con las sutiles leyes del karma y la reencarnación.

7. Las personas conscientes de Kṛṣṇa no deben practicar el sexo ilícito, es decir, fuera del matrimonio o sin la intención de procrear. Debe también notarse que el aborto acarrea especiales reacciones kármicas; quienes participan en él podrán ser colocados en el vientre de madres que decidan abortar, y entonces serán matados en la misma forma horrible. Pero quien se decida a no cometer nuevamente tales actos pecaminosos, podrá liberarse de la reacción kármica, cantando los santos nombres de Dios sin ofenderlos.

8. Hay que relacionarse regularmente con personas que estén tratando de emanciparse de la influencia del karma y procurando escapar al ciclo de nacimientos y muertes. Debido a que viven en armonía con los principios espirituales que gobiernan el universo, los devotos de Sri Krisna se elevan por encima de la naturaleza material, y desarrollan genuinas características espirituales. Así como uno puede contagiarse de una enfermedad relacionándose con un enfermo, puede también volver gradualmente a despertar las propias cualidades espirituales relacionándose con los devotos de Kṛṣṇa.

Siguiendo estas sencillas técnicas, cualquiera puede llegar a liberarse de los efectos del karma. A la inversa, quien no las siga es inevitable que quede atrapado en las acciones y reacciones de la vida material. Las leyes de la naturaleza son muy estrictas y, desafortunadamente, casi nadie está consciente de ellas. Pero el ignorar la ley, no es una excusa válida. Quien haya sido arrestado por exceso de velocidad, no será exculpado si dice al juez que no conocía la ordenanza. Si alguien ignora los principios de la higiene, la naturaleza no lo librará de enfermar. Y un niṣo que ignore las características del fuego, si acerca su mano a éste, se quema. Por consiguiente, para emanciparnos de la interminable repetición de nacimientos y muertes, debemos comprender las leyes del karma y la reencarnación. Si no lo hacemos, tendremos que continuar regresando a este mundo material una y otra vez; y debemos recordar que es posible que no siempre regresemos como seres humanos.

El alma, en el estado materialmente condicionado, perpetuamente viaja por el tiempo y el espacio. Debido a la ley cósmica del karma, ocupa diferentes cuerpos en los diversos planetas de los universos materiales. Pero dondequiera que el alma viaja, encuentra siempre las mismas condiciones. Así lo declara Śrī Kṛṣṇa en el Bhagavad-gītā (8.16). Desde el planeta más elevado al más bajo, en el mundo material todos son lugares de miseria, donde los nacimientos y muertes repetidos acontecen. Pero quien llega hasta Mi morada, nunca reencarna." El Gīta y otras escrituras védicas, son manuales de instrucción que nos seṣalan la verdadera meta de este viaje que es la vida. Comprendiendo la ciencia de la reencarnación, nos libraremos de las garras del karma, y retornaremos a las regiones espirituales del conocimiento, la felicidad, y la eternidad.


NOTAS

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