Conciencia el eslabón perdido
<< 3 El Computarizado Sr. Jones >>

por Sadaputa dasa

Los escritores de ciencia-ficción, a menudo tratan de resolver los problemas de la vejez y la muerte, aprovechando la idea de que el ser humano es esencialmente una máquina compleja. En una escena típica, los doctores y técnicos escudriñan la cabeza del agonizante Samuel Jones, con un "cerebroscopio", un instrumento altamente sensible que registra en forma completamente detallada, las conexiones sinapsiales de sus neuronas cerebrales. Una computadora luego, transforma sistemáticamente esta información, en un programa de computadora que estimula fielmente esa pauta particular cerebral de actividad interna.

Cuando este programa es operado en una computadora adecuada, pareciera que la verdadera personalidad del Sr. Jones reviviera, a través del medio de la máquina. "He escapado a la muerte" informa alborozada la computadora, a través de su generador electrónico de fonema. Escudriñando toda la habitación, con cámaras de TV montadas estereoscópicamente, el computarizado "Sr. Jones" aparece de alguna manera desorientado en su nuevo cuerpo. Mas cuando es entrevistado por sus viejos amigos, "él" exhibe las cualidades personales del Sr. Jones. El Sr. Jones vive nuevamente en la forma de una computadora. Ahora, su único problema es ingeniárselas para evitar ser borrado de la memoria de la computadora.

Aunque este relato pudiera parecer fantástico, algunos de los pensadores más influyentes de la ciencia moderna mundial, toman muy seriamente los principios básicos detras del mismo. En efecto, los investigadores de Ciencias Naturales, ahora asumen, casi universalmente, que un ser viviente no es nada más que una maquinaria altamente compleja, construída a partir de componentes moleculares. En los campos de la Filosofía y la Psicología, esta presunción conlleva a la inevitable conclusión de que la mente no implica nada más que el funcionamiento bio-físico del cerebro. De acuerdo a esta opinión, podemos definir en términos enteramente mecanicistas las palabras que normalmente aplicamos a la personalidad humana, palabras tales como conciencia, percepción, significación, propósito e inteligencia.

Junto con esta corriente de pensamiento, siempre se han sucedido paralelamente, especulaciones ociosas acerca de la construcción de las maquinarias que puedan exhibir estos rasgos de la personalidad. Mas ahora, las cosas han ido más allá de la mera especulación. El advenimiento de las modernas computadoras electrónicas, nos ha brindado un nuevo campo de investigación científica, dedicado a la construcción real de tales maquinarias. Este es el campo de la investigación de la inteligencia-artificial, o "Ingeniería Cognoscitiva", en el cual los científicos obran sobre la presunción de que las computadoras digitales de suficiente velocidad y complejidad, pueden en efecto producir todos los aspectos de la personalidad consciente. En tal sentido, aprendemos en el Catálogo Universitario del M.I.T. de 1979, que la Ingeniería Cognoscitiva involucra una aproximación a los temas de la mente y la inteligencia, esto es, "bastante diferente a la de los filósofos y psicólogos, en que el ingeniero cognoscitivo, trata de producir inteligencia".

En este artículo, examinaremos la cuestión de si es posible que una máquina posea un ser consciente, que se perciba a sí mismo como observador y hacedor. Nuestra tesis será que si bien las computadoras pueden, en principio, generar secuencias complejas de comportamiento, comparables a las producidas por los seres humanos, las computadoras no pueden poseer conocimiento consciente, sin la intervención de principios de naturaleza superior a los conocidos por la ciencia moderna. Irónicamente, podemos fundamentar fuertes argumentos en apoyo de esta tesis, en algunos de los propios conceptos que forman el basamento de la investigación de la inteligencia-artificial. En lo que a las computadoras respecta, la inferencia más razonable que podemos derivar de estas argumentaciones, es que las computadoras no pueden ser conscientes. Cuando se aplican a la maquinaria del cerebro humano, estos argumentos sostienen un entendimiento alternativo, no-mecanicista, del ser consciente.

Para comenzar, permítasenos presentar algunos interrogantes con relación a una computadora hipotética que posea inteligencia y un conocimiento auto-consciente, a nivel humano. Esta computadora, no necesita duplicar la mente de un ser humano en particular, tal como nuestro Sr. Jones, sino que simplemente experimenta un conocimiento de los pensamientos, sentimientos y percepciones sensoriales, comparables a los nuestros.

Primero, examinemos brevemente la organización interna de nuestra consciente computadora. Puesto que pertenece a la especie de las computadoras digitales, consiste en una memoria, o almacenamiento de información, un aparato llamado unidad procesadora central (CPU) y varios implementos para intercambiar información con el medio ambiente.

La memoria, es simplemente un medio pasivo utilizado para registrar grandes cantidades de información, en la forma de números. Podemos visualizar una memoria típica de computadora, como una serie de casilleros etiquetados, cada uno de los cuales almacena un número. Algunos de estos casilleros contienen normalmente instrucciones codificadas numéricas, que especifican el programa de actividad de la computadora. Otros, contienen datos de diversos tipos, y otros más, almacenan los pasos intermedios para los cálculos. Estos números, pueden ser representados físicamente en la memoria, como patrones de cargos, en capacitores micro-miniaturizados, patrones de magnetización sobre pequeños magnetos o de muchas otras formas.

El CPU, realiza todas las operaciones activas de la computadora, que consisten en una cantidad determinada de operaciones simples, de manipulación simbólica. Estas operaciones, abarcan típicamente los siguientes pasos: Primero, a partir de una ubicación específica (o "dirección") en la memoria, el CPU obtiene una instrucción codificada, que identifica la operación a ser realizada. Conforme a esta instrucción, el CPU puede obtener datos adicionales de la memoria. Luego, el CPU realiza la propia operación. Esto puede abarcar entrada (lectura de un número en la memoria, a partir de un implemento externo) o salida, (transmisión de un número desde la memoria a un artefacto externo). O la operación puede abarcar la transformación de un número, de acuerdo a cierta regla simple, o traslado de un número de una ubicación en la memoria a otra. En todo caso, el paso final de la operación siempre involucrará la selección de una dirección en la memoria, donde la siguiente orden codificada será buscada.

La actividad de una computadora, no consiste en otra cosa que pasos en este sentido, realizados uno tras otro. Los códigos de instrucción almacenados en la memoria pasiva, especifican las operaciones que el CPU ha de ejecutar. La función del CPU es simplemente ejecutarlas secuencialmente. La construcción material del CPU, como la de la memoria, puede incluir muchas clases de componentes, que van desde uniones semiconductoras microminiaturizadas, hasta reguladores electromecánicos. Es sólo el arreglo lógico de estos componentes, y no su constitución física particular, lo que determina el funcionamiento del CPU.

La Tesis de Church

Podemos entender fácilmente la operación de una computadora, considerando un ejemplo simple. La Figura 1, ilustra un programa de las instrucciones de una computadora para calcular la raíz cuadrada de un número. (1)Las 13 expresiones, corresponden a la lista de instrucciones codificadas, almacenadas en la memoria de la computadora. (Aquí, a los fines del esclarecimiento, los hemos escrito en inglés).

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(1) (2) (3) (4) (5)
1. Escribir 0 en (2)
2. Aumento (2)
3. Escribir 0 en (3)
4. Copiar (2) en (4)
5. Si (4) igual a 0, ir a paso 12
6. Disminución (4)
7. Copiar (2) en (5)
8. Si (5) igual a 0, ir a paso 5
9. Disminución (5)
10. Aumento (5)
11. Ir a paso 8
12. Si (3) no es mayor que (1), ir a paso 2
13. Disminución (2)

Fig.1. El programa de la computadora para computar la raíz cuadrada de un número. Para estimular la operación de la computadora, colocar el número en la casilla (1) y seguir las instrucciones, comenzando con el paso 1. Cuando el paso 13 esté completado, la raíz cuadrada del número (redondeada a un número entero), estará en la casilla (2). En estas instrucciones, "aumento de un número" significa sumarle un 1 al mismo, y "disminución de un nùmero", significa restarle un 1 al mismo).

Las cinco casillas, corresponden a zonas en la memoria que almacenan datos y a pasos intermedios computarizados. Para estimular la operación de la computadora, colocar un número como ser 9, en la casilla (1). Luego, seguir simplemente las instrucciones. Cuando se ha completado la última instrucción, la raíz cuadrada de su número original, estará en la casilla (2). En una computadora, cada una de estas instrucciones debe ser ejecutada por el CPU. Ellas ilustran la clase de operaciones elementales usadas por las computadoras de hoy en día (aunque las operaciones no corresponden exactamente a las de ninguna computadora en particular).

El método para hallar una raíz cuadrada, brindado en nuestro ejemplo, puede parecer oscuro y pesado, pero es típico de la forma en que actúan las computadoras. En efecto, la aplicación práctica de las computadoras, descansa en la observación de que cada esquema fijo de computación formulado, puede ser reducido a una lista de operaciones simples, como la de nuestro ejemplo. Esta observación, hecha por primera vez por varios matemáticos de la década del ' 30 y del ' 40, se conoce comúnmente como la Tesis de Church. Implica que, en principio, todo esquema o manipulación simbólica que podemos definir precisamente, puede ser ejecutada por una computadora digital moderna.

A esta altura, consideremos a nuestra computadora hipotética consciente. De acuerdo con los exponentes de la inteligencia artificial, la conducta característicamente compleja de un ser humano, no es nada más que un elevado esquema complejo de manipulación simbólica. Empleando la tesis de Church, podemos desarmar este esquema, en un programa de instrucciones comparable a nuestro ejemplo de la Fig.1. La única diferencia es que este programa será muchísimo más largo y complicado, puede que atraviese por millones de pasos. Por supuesto, hasta ahora, nadie se ha aproximado siquiera a producir una descripción simbólica formal del comportamiento humano. Pero a los fines del razonamiento, supongamos que dicha descripción pudiera ser escrita y expresada como un programa de computadora.

Ahora bien, asumiendo que una computadora esté ejecutando un programa tan altamente complicado, veamos lo que podemos entender sobre los posibles estados de conciencia de la computadora. Al ejecutar el programa, el CPU de la computadora, estará ejecutando solo una instrucciòn, en un momento dado, y los millones de instrucciones que componen el resto del programa, existirán solo como un registro inactivo, en la memoria de la computadora. Ahora bien, intuitivamente parecería dudoso que un mero registro inactivo pudiera tener algo que ver con la conciencia. ¿Dónde, entonces, reside la conciencia de la computadora? En cualquier momento dado, el CPU ejecuta simplemente alguna operación elemental, como ser, "Copiar el número en la casilla (1687002) a la casilla (9994563)". ¿De qué manera podemos correlacionar esta actividad, con la percepción consciente de pensamientos y sensaciones?

Los investigadores de la inteligencia artificial, poseen una respuesta a esta pregunta, la cual basan sobre la idea de los niveles de organización, en un programa de computadora. Tomaremos unos pocos párrafos de aquí, para explicar brevemente su respuesta, e investigarla. Primero, necesitamos saber qué se entiende por "niveles de organización". En consecuencia, consideremos una vez más el simple programa de la computadora de la Fig.1. Luego, aplicaremos el concepto de niveles de organización, en el programa de nuestra computadora "consciente" y veremos qué luz puede arrojar este concepto, en la relación entre la conciencia y los estados físicos internos de la computadora.

Niveles de Organización

Aunque el programa de raíz cuadrada de la Fig. 1, pueda parecer una informe lista de instrucciones, posee ciertamente una estructura definida, la cual es delineada en la Fig. 2. Esta estructura consta de cuatro niveles de organización. En el nivel más alto, la función del programa se describe en una sola oración que usa la raíz cuadrada del símbolo. En el siguiente nivel, el significado de este símbolo se define mediante una descripción del método que utiliza el programa para encontrar raíces cuadradas. Esta descripción hace uso del símbolo al cuadrado, que se define de manera similar en el siguiente nivel inferior en términos de otro símbolo, suma. Finalmente, la suma de símbolos se define en el nivel más bajo en términos de la combinación de operaciones elementales realmente utilizadas para calcular sumas en el programa. Aunque por razones de claridad, hemos usado oraciones en inglés en la Figura 2, la descripción en cada nivel normalmente usaría solo símbolos para operaciones elementales, o símbolos de orden superior definidos en el siguiente nivel hacia abajo.


1. Hallar la raíz cuadrada de X.
2. La raíz cuadrada de X, es uno menos el primer número Y con Y cuadrada, mayor que X.
3. Y cuadrada, es la suma de Y copias de Y.
4. La suma de Y y otro número, es el resultado de aumentar ese número Y veces.



Fig. 2. Niveles de organización del programa en la Figura 1. El programa de la Figura 1, es analizado en términos de una jerarquía de niveles abstractos. El nivel de operaciones elementales, está al pie, y cada nivel superior, recurre al empleo de símbolos (tales como cuadrada) que se definen en el nivel inmediato inferior.

Esta estructura, consiste en cuatro niveles de organización. En el nivel más alto, la función del programa se describe en una sola expresión, que emplea el símbolo de raíz cuadrada. En el siguiente nivel, se define el significado de este simbolo, mediante una descripción del método que el programa utiliza para hallar raíces cuadradas. Esta descripción, recurre al empleo del símbolo cuadrada, que es asimismo definido en el siguiente nivel inferior, en términos de otro símbolo, suma. Finalmente, el símbolo suma, es definido en el nivel más inferior, en términos de la combinación de operaciones elementales, ciertamente empleadas para calcular sumas en el programa. Aunque en bien de la claridad, hemos utilizado expresiones en inglés en la Fig. 1, la descripción de cada nivel normalmente emplearía sólo símbolos para las operaciones elementales, o símbolos de orden más elevado, definidos en el siguiente nivel inmediato inferior.

Ciertamente podemos avanzar aún más y señalar que incluso esta última declaración no es estrictamente cierta, puesto que lo que llamamos "las operaciones elementales", son en sí mismas, símbolos, como ser Incrementar (3), que se refiere a propiedades abstractas de la maquinaria fundamental de la máquina. Cuando una computadora opera, todo lo que realmente sucede, es que la materia y la energía pasan por determinadas transformaciones, de acuerdo a un patrón determinado por la estructura material de la computadora.

En general, todo programa de computadora que ejecute cierto objetivo complejo, puede ser resuelto en una jerarquía de niveles de descripción, similar al que hemos brindado . Los estudiosos de la inteligencia artificial, generalmente visualizan sus programas "inteligentes" o "sensibles" proyectados, en términos de una jerarquía como la siguiente: En el nivel inferior, ellos proponen describir el programa en términos de operaciones elementales. Luego, devienen niveles sucesivos que involucran procedimientos matemáticos de complejidad y sofisticación gradualmente mayores. Después de esto, se llega a un nivel en el cual ellos esperan definir los símbolos que se refieren a los componentes básicos de los pensamientos, sentimientos y percepciones sensoriales. Seguidamente, viene una serie de niveles que abarcan rasgos mentales más y más sofisticados, en el nivel del ego, o ser.

Aqui, luego, se produce lo que los investigadores de inteligencia-artificial comprenden como la relación entre las operaciones de la computadora y la conciencia. La conciencia se asocia con un programa "consciente" de altos niveles operativos, niveles en los cuales ocurren las transformaciones simbólicas que se corresponden directamente con elevados procesos sensorios y la transformación de pensamientos. Por otro lado, los niveles inferiores, no se asocian con la conciencia. Su estructura puede ser variada sin que se afecte la conciencia de la computadora, en la medida en que los símbolos de alto nivel aún continúen proporcionando definiciones equivalentes. Retomando nuestro programa de raíz cuadrada, observamos que esta idea se confirma por el hecho de que los procesos para descubrir una raíz cuadrada, dados en el nivel 2 de la Figura 2, continuarán siendo esencialmente los mismos, incluso si definimos la operación de cuadrado en el nivel 3, de algún modo diferente, pero equivalente.

Si debiéramos adoptar un empleo de estricto comportamiento de la palabra conciencia, luego este entendimiento de conciencia computarizada podría ser satisfactorio, siempre y cuando, por supuesto, que alguien pudiera ciertamente crear un programa con la organización de alto nivel requerida. Utilizando dicho criterio, designaríamos ciertos patrones de comportamiento, como ser "conscientes" y otros, no. Por lo general, una secuencia de hechos de conducta debería ser lo bastante larga como para calificarlo de "consciente". Por ejemplo, un prolongado discurso, exhibiría ciertas características complejas que lo identificarían como "consciente", pero ninguna de las palabras o frases cortas que lo conforman podría ser lo bastante larga como para exhibir tales rasgos. Utilizando tal criterio, se podría desear diseñar una determinada secuencia de operaciones computarizadas, como "conscientes", puesto que posee ciertas propiedades abstractas de alto nivel. Luego, se podría analizar el comportamiento de la computadora como "consciente", en términos de estas propiedades, mientras que cualquier operación elemental simple, sería demasiado breve para ser calificada.

Definiendo la Conciencia

Estamos interesados, sin embargo, no en categorizar los patrones de conducta como "conscientes" o "inconscientes", sino antes bien en entender la verdadera experiencia subjetiva del conocimiento consciente. Para distinguir claramente este concepto de conciencia del de comportamiento, haremos aquí una breve pausa para describirla y establecer su norma como tema de fomal interrogante. Por conciencia, significamos el conocimiento de los pensamientos y sensaciones que percibimos directamente y sabemos que percibimos. Dado que las demás personas son similares a nosotros, es natural suponer que ellas son asimismo conscientes. Si esto es aceptado, luego se deriva que la conciencia es un aspecto objetivamente existente de la realidad, que tiende a asociarse con determinadas estructuras materiales, como ser los cuerpos de los seres humanos vivientes.

Ahora bien, cuando una persona común oye que una computadora puede ser consciente, naturalmente tiende a interpretar esta expresión, en el sentido que acabamos de describir. De tal modo, ella imaginará que una computadora puede tener experiencias subjetivas conscientes, similares a las suyas. Ciertamente, esta es la idea que subyace en tales historias, como aquella con la cual comenzamos esta obra. Uno se imagina al computarizado "Sr. Jones", mientras mira toda la habitación a través de las cámaras de TV, como sintiendo realmente azoramiento ante su extraña transformación.

Si el computarizado Sr. Jones pudiera ciertamente tener tal experiencia subjetiva, entonces encararía la situación ilustrada en la Figura 3. Por otro lado, la experiencia consciente de la computadora, que existiera, -su experiencia subjetiva de colores, sonidos, pensamientos y sentimientos, sería una verdadera realidad. Por otra parte, las estructuras materiales de la computadora, existirían. Sin embargo, no podemos correlacionar directamente nuestra conciencia con los verdaderos procesos materiales de la computadora, como tampoco podemos relacionar nuestra conciencia con la ejecución de las operaciones elementales individuales, como las de la Figura 1. Conforme a los investigadores de la inteligencia artificial, la conciencia correspondería a propiedades abstractas de un orden más elevado, de los estados materiales de la computadora, propiedades descritas mediante simbolos como pensamiento y sentimiento, que se yerguen en la cima de una altísima pirámide de definiciones abstractas. Ciertamente, estas propiedades abstractas son los únicos aspectos concebibles de nuestra sensible computadora, que podrían tener alguna correlación directa con el contenido de la conciencia.

Conocimiento consciente de pensamientos, sentimientos y percepciones
"Ego"
*
*
*
"Pensamientos", "sentimientos" y "percepciones"
*
*
*
Construcciones elementales sensoriales
*
*
*
Procedimientos matemáticos sofisticados
*
*
*
Operaciones más elevadas
*
*
*
Operaciones elementales

Fig. 3. La relación entre la conciencia y las estructuras físicas de una computadora consciente material. Si asumimos que la computadora es consciente, luego, tanto los contenidos de la conciencia de la computadora como el conjunto de accesorios mecánicos (hardware)de la computadora, son reales. Sin embargo, los contenidos de la conciencia sólo pueden corresponder a propiedades abstractas de alto nivel de este hardware. Estas propiedades, se representan dentro de la sección coloreada, por una jerarquía de descripciones simbólicas. Tales propiedades solo existen en un sentido abstracto, ellas no están realmente presentes en el hardware natural de la computadora.

Ya que la conciencia es real, sin embargo, y estas propiedades abstractas no lo son, podemos concluir solamente que debe existir algo en la naturaleza que puede, de alguna manera "leer" estas propiedades de los estados naturales de la computadora. Esta entidad, se representa en el Cuadro 3, por la flecha que conecta los contenidos reales de la conciencia, con niveles más elevados, en la jerarquía de descripciones simbólicas abstractas de la computadora consciente.

La entidad debe poseer las siguientes características:

Conocimiento consciente de pensamientos, sentimientos y percepciones
"Ego"
*
*
*
"Pensamientos", "sentimientos" y "percepciones"
*
*
*
Construcciones elementales sensoriales
*
*
*
Procedimientos matemáticos sofisticados
*
*
*
Operaciones más elevadas
*
*
*
Operaciones elementales

Fig. 4. La relación entre la conciencia y las estructuras físicas del cerebro. Tanto los contenidos de la conciencia como las estructuras físicas son reales, pero los contenidos de la conciencia solo pueden corresponder a propiedades abstractas de orden superior de estas estructuras. Como en la Figura 3. estas propiedades están representadas por la jerarquía de descripciones simbólicas encerradas dentro de la sección teñida.]

(1) Debe poseer suficientes facultades discriminatorias, para reconocer ciertos patrones altamente abstractos de organización, en ajustes materiales.

(2) Debe poder establecer un eslabón entre la conciencia y tales ajustes materiales. En particular, debe modificar los contenidos de la experiencia consciente, conforme a los cambios por los que pasan estas propiedades abstractas, a medida que transcurre el tiempo y los ajustes por los que se transforma la materia.

Está claro que una entidad de esta clase no cabe dentro de los cánones nuestros habituales de lo que sucede en una computadora. Por cierto, podemos concluir solamente que esta entidad debe corresponder a un aspecto de la naturaleza, completamente desconocido para la ciencia moderna.

Esta, luego, es la obligada conclusión a la que llegamos, si asumimos que una computadora puede ser consciente. Por supuesto, podemos eludir sencillamente esta conclusión, suponiendo que ninguna computadora podrá jamás ser consciente, y quizás éste sea ciertamente el caso. Al margen de las computadoras, -sin embargo-, ¿qué podemos decir acerca de la relación entre la conciencia y el cuerpo físico de un ser humano? Por un lado, sabemos que los seres humanos poseen conciencia, y por el otro, la ciencia moderna nos enseña que el cuerpo humano es una maquinaria sumamente compleja, compuesta de elementos moleculares. ¿Podemos arribar a una comprensión de la conciencia humana que no requiera de la presentación de una entidad del tipo descrito en las expresiones (1) y (2)?

Irónicamente, si tratamos de fundamentar nuestro entendimiento en la teoría científica moderna, entonces la respuesta es no. La razón es que todos los intentos científicos modernos en relación al entendimiento de la conciencia humana, dependen directa o indirectamente en una analogía entre el cerebro humano y una computadora. De hecho, ¡el modelo científico para la conciencia humana, es una conciencia mecánica!

El Cerebro Mecánico

Los científicos modernos consideran al cerebro como el asiento de la conciencia. Ellos entienden que el cerebro consiste de muchas diferentes clases de células, cada una de ellas, una máquina molecular. De éstas, las células nerviosas, o neuronas, se sabe exhiben actividades electromecánicas aproximadamente análogas a los elementos de transferencia lógica usados en el circuito de la computadora. Aunque los científicos actualmente entienden las operaciones cerebrales solo de manera vaga, ellos por lo general conjeturan que estas neuronas conforman una red sistemática de procesamiento de información, equivalente a la de una computadora.

Esta conjetura, nos conduce naturalmente al cuadro del cerebro señalado en la Fig. 4. Aquí, los pensamientos, sensaciones y percepciones, se corresponden con elevados niveles de actividad cerebral, que se asemejan a los elevados niveles organizativos de un complejo programa computarizado. Así como dichos elevados niveles de programa, son abstractos, estos elevados niveles de actividad cerebral, también deben ser abstractos. Ellos no pueden tener existencia real, pues todo lo que sucede ciertamente en el cerebro es la ocurrencia de determinados procesos materiales, como ser el bombeo de iones de Sodio, a través de las paredes de la neurona. Si intentáramos registrar la existencia de la conciencia humana, dentro del contexto de este cuadro cerebral, concluiremos obligadamente (por la misma razón antedicha) que debe existir cierta entidad, descrita en las expresiones (1) y (2), que registra la conexión entre la conciencia y las propiedades abstractas de los estados cerebrales.

Además, si examinamos puntualmente la opinión científica universal corriente, observaremos que su concepción del cerebro como una computadora, no depende meramente de determinados detalles superficiales de nuestra comprensión del cerebro. Antes bien, en un nivel más profundo, el concepto se deduce necesariamente de una visión mecanicista del mundo. Las explicaciones mecanicistas de los fenómenos están basadas por definición en los sistemas de cálculo. Por la Tesis de Church, todos los sistemas de cálculo pueden en principio ser representados en términos de las operaciones de las computadoras. En efecto, toda explicación de los fenòmenos, a criterio de la opinión científica mundial corriente, puede ser expresada ya sea en términos de operaciones computarizadas o algún otro esquema simbólico equivalente.

Esto implica que todos los intentos por describir la conciencia humana, dentro del sistema básico de la ciencia moderna, conduce a los mismos problemas que hemos encontrado en nuestro análisis de la conciencia mecanicista. A los fines de registrar la conciencia, requerimos inevitablemente de alguna entidad como la descrita en las expresiones (1) y (2). Empero, en el actual sistema teórico científico, no hallamos nada, ni en el cerebro, ni en la computadora digital, que se corresponda con dicha entidad. Por cierto, el actual sistema teórico nunca puede facilitar dicha entidad, pues todo agregado mecanicista al cuadro actual, digamos, del cerebro, simplemente constituiría otra parte de ese sistema mecánico, y surgiría la necesidad de una entidad que satisfaciera a (1) y (2).

En consecuencia, es claro que debemos revisar el estudio básico teórico de la ciencia moderna, si es que habremos de registrar adecuadamente la naturaleza de los seres conscientes. Si no podemos hacerlo en términos mecanicistas, luego habremos de adoptar algún otro modo de explicación científica. Esto nos trae a la cuestión de lo que constituye una explicación científica.

Una Explicación No-Mecanicista

Toda teoría tendiente a explicar un fenómeno, debe recurrir al empleo de una variedad de términos descriptivos. Podemos definir algunos de estos términos, combinando otros términos de la teoría, pero inevitablemente habrá ciertos términos, llamados primitivos o fundamentales, que no podemos definir de esa manera. En una teoría mecanicista, todos los términos primitivos corresponden a números o combinaciones de números, y los científicos, actualmente, generalmente tratan de precisar todas sus teorías de este modo. Pero una teoría no tiene que ser mecanicista para cualificarse como científica. Es perfectamente válido adoptar la visión de que una explicación teórica es científica, si es lógicamente congruente, y nos permite abordarla prácticamente con el fenómeno en cuestión, y ampliar nuestro conocimiento de la misma, a través de la experiencia directa. Tal explicación científica, puede que contenga términos primitivos que quizás no se correspondan con las combinaciones numéricas.

En el espacio que nos resta, delinearemos un estudio alternativo en relación al entendimiento de la conciencia, un acercamiento que es cientìfico en el sentido que hemos descrito, que empero no es mecanicista. Esta propuesta, llamada sanātana-dharma, se expone en las antigua literatura védica de la India, como ser el Bhagavad-gītā y el Śrīmad-Bhāgavatam. Brindaremos una breve descripción del sanātana-dharma y demostraremos cómo explica la relación entre la conciencia y la mecánica. Esta explicación está, en efecto, basada en la clase de entidades descritas en las expresiones (1) y (2) y el sanatana-dharma describe con mucha precisión y claridad la naturaleza de estas entidades. Finalmente, brindaremos una breve indicación sobre la manera en que esta forma de pensamiento puede ampliar nuestro entendimiento de la conciencia, dando apertura a nuevos reinos de la experiencia práctica.

Aceptando que la personalidad consciente es la base irreductible de la realidad, el sanatana-dharma se aparta radicalmente del punto de vista mecanicista. Para quienes se adhieren a este punto de vista, todas las descripciones de la realidad en definitiva se reducen a combinaciones de entidades simples, representables numéricamente, tales como las partículas y los campos de la Física. El sanatana-dharma, por otro lado, enseña que el fundamento último de la realidad es una Personalidad Absoluta, a la cual se puede referir con muchos nombres personales, tales como Kṛṣṇa y Govinda. Esta Persona primordial, posee plenamente conciencia, sentidos, inteligencia, voluntad y todas las demás facultades personales. Conforme al sanatana-dharma, todos estos atributos son absolutos, y no es posible reducirlos a patrones de transformación de algún sustrato impersonal. Antes bien, todos los fenómenos, tanto personales como impersonales, son manifestaciones de la energía de la Persona Suprema, y no podemos entender cabalmente estos fenómenos, sin referirnos a su fuente original.

La Persona Suprema posee dos energías básicas, la energía interna y la energía externa. La energía externa incluye lo que se conoce comúnmente como materia y energía. Es la base para todas las formas y fenómenos que percibimos mediante nuestros sentidos materiales, pero es inconsciente.

La energía interna, por otro lado, incluye a innumerables seres conscientes, llamados atmas. Cada atma es consciente y posee todos los atributos de una persona, incluyendo los sentidos, la mente y la inteligencia. Estos atributos, son características inherentes al atma, y son de la misma naturaleza irreductible de los atributos correspondientes a la Persona Suprema. Las atmas son atómicas, personalidades individuales que no pierden sus identidades, ya sea a través de la amalgamación dentro de un todo mayor o por división de sus partes.

El sanātana-dharma enseña que un organismo vivo, consiste en un atma asociado con el cuerpo físico, compuesto de energía externa. El Bhagavad-gītā describe el cuerpo material como una máquina o yantra, y el ātmā es el pasajero que conduce la máquina. Cuando el atma está encarnada, sus sentidos naturales se concatenan con el sistema físico procesador de información del cuerpo, y de tal modo, percibe al mundo a través de los sentidos corporales. El atma es el verdadero ser consciente del ser viviente, y el cuerpo es simplemente un mecanismo insensible similar a un vehículo.

Volviendo a nuestros argumentos anteriores referentes a la conciencia de la máquina, podemos observar que el atma juega en el cuerpo, el rol especificado en las expresiones (1) y (2). El atma es inherentemente consciente y posee las facultades sensorias y la inteligencia necesaria para interpretar las propiedades abstractas de los complejos estados cerebrales. En efecto, si examinamos las expresiones (1) y (2), podemos observar que ellas no se satisfacen meramente con el atma; sino que realmente convocan alguna clase de entidad inteligente conocedora.

Podemos entender mejor la posición del atma, como el percibidor consciente del cuerpo, considerando lo que sucede cuando una persona lee un libro. Cuando una persona lee, es consciente de diversos pensamientos e ideas correspondientes a propiedades abstractas de alto nivel, a partir del arreglo de imprenta de las páginas. Empero, ninguna de estas propiedades abstractas existe realmente en el propio libro, como tampoco cabe imaginar que el libro sea consciente de lo que registra. Como lo muestra el Cuadro 5, para establecer una interrelación entre el libro, por un lado, y el conocimiento consciente de su contenido, por el otro, debe haber una persona consciente, con inteligencia y sentidos, que pueda leer el libro. Asimismo, para que el conocimiento consciente se asocie con las propiedades abstractas de los estados de una máquina, debe haber alguna entidad consciente que lea estos estados.

Conciencia consciente de la trama y las imágenes de la historia
*
Trama
*
Temas y descripciones de personajes
*
Ideas básicas
*
Oraciones
*
Palabras
*
Cartas (tinta sobre papel)

Fig. 5. La relación entre la conciencia y las estructuras físicas de un libro. Cuando una persona lee un libro, se da cuenta de las propiedades abstractas de orden superior de los patrones de tinta sobre papel que no están directamente presentes en estas estructuras físicas. De manera similar, se puede entender la correlación entre la conciencia y las propiedades abstractas de las estructuras en la Figura 4 si postulamos la existencia de una agencia no física con las facultades sensoriales y cognitivas de una persona consciente.

A esta altura, podría objetarse que si tratamos de explicar a una persona consciente, postulando la existencia de otra persona consciente dentro de su cuerpo, entonces realmente no habríamos explicado nada en absoluto. Luego, podría preguntarse cómo se puede explicar la conciencia de ésta persona, y ésto nos lleva a una regresión infinita.

En respuesta, señalamos que esta objeción presupone que la explicación de la conciencia debe ser mecanicista, pero nuestros argumentos en relación a la conciencia mecanicista, realmente se resumen a la observación de que la personalidad consciente no puede ser explicada mecánicamente. Una regresión infinita de este tipo, es de hecho inabordable, a menos que, o abandonamos nuestro intento por entender la conciencia, o postulamos la existencia de una entidad consciente, que no puede ser reducida a una combinación de partes inconscientes. El sanatana-dharma considera a la personalidad consciente como fundamental e irreductible, y en tal sentido, la "regresión infinita", se detiene en el ātmā.

El valor real del concepto del ātmā como explicación de la conciencia, es que conduce directamente a mayores vías de estudio y explicación. La propia idea de que el ser consciente posee sus propios sentidos inherentes, sugiere que estos sentidos deben ser capaces de funcionar independientemente del aparato físico del cuerpo. En efecto, de acuerdo con el sanatana-dharma, los sentidos naturales del atma, ciertamente no están limitados a la interpretación de los estados materiales del cerebro material. El atma puede obtener niveles mucho más elevados de percepción, y el sanatana-dharma trata fundamentalmente de los medios por los cuales una persona realiza estas capacidades en la práctica.

La Ciencia de la Conciencia

Puesto que ni la Persona Suprema ni las atmas individuales son combinaciones de elementos materiales, no es posible escrutarlas directamente, a través de los aparatos materiales sensorios. Sobre la base de la información material sensorial, solo podemos inferir su existencia, mediante razonamientos indirectos, como los que se han presentado en este artículo. Conforme al sanatana-dharma, sin embargo, podemos observar directamente y entender tanto a la Persona Suprema como a las atmas, aprovechando las facultades naturales sensoriales del atma. De tal modo, sanatana-dharma provee la base para una verdadera ciencia de la conciencia.

Dado que esta ciencia se ocupa de todas las potencialidades del ātmā, necesariamente va mucho más allá del ámbito del pensamiento mecanicista. Cuando el ātmā está restringido al estado físicamente encarnado, puede participar en actividades personales solo a través de máquinas, como el cerebro, que generan comportamiento mediante la concatenación de operaciones impersonales. En esta situación difícil, el ātmā no puede manifestar todo su potencial.

Pero el ātmā puede alcanzar un estado más elevado de actividad, en la cual participa directamente, en una relación de reciprocidad amorosa con la Persona Suprema, Kṛṣṇa. Puesto que tanto el atma como Kṛṣṇa son por naturaleza personales y conscientes, esta relación implica el pleno uso de todas las facultades de percepción, pensamiento, sensación y acción. En efecto, el intercambio recíproco directo entre el ātmā y Kṛṣṇa, define la función última y el significado de la personalidad consciente, tal como la interacción de un electrón con un campo eléctrico, puede decirse que define el significado último de la carga eléctrica. Sanatana-dharma enseña que la verdadera naturaleza de la conciencia, puede ser comprendida por el atma, sólo en este nivel de actividad consciente.

En tal sentido, sanatana-dharma nos facilita un registro de la naturaleza del ser consciente, que nos lleva mucho más allá de las concepciones de la visión mecanicista universal. Si bien sostiene el concepto de que el cuerpo es una máquina, este análisis sostiene que la esencia de la personalidad consciente, se halla en una entidad que interactúa con esta máquina, pero que es completamente distinta de la misma. Además, podemos conocer la naturaleza real de esta entidad, solo en un contexto absoluto, que trasciende completamente el dominio de las máquinas.

Hemos argumentado que el estudio estrictamente mecanicista de la vida, es incapaz de explicar satisfactoriamente a la conciencia. Si hemos de progresar en este campo, necesitamos claramente algún estudio radicalmente diferente, y hemos indicado brevemente cómo el sanatana-dharma facilita dicha alternativa. El sanātana-dharma explica la relación entre la conciencia y las máquinas, postulando audazmente que la personalidad consciente es irreductible. Luego, se deriva la elucidación del significado fundamental de la existencia personal, abriendo un reino más elevado de actividad consciente, un reino que puede ser explorado por la experiencia directa. En contraste, la visión mecanicista universal, en el mejor de los casos nos brinda una caricatura humorística y estéril de la personalidad consciente, epitomizada por el computarizado Sr. Jones.

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